¿Qué son las reservas mínimas?
11 de agosto de 2016 (actualizado el 27 de octubre de 2022)
Las entidades de crédito de la zona del euro deben mantener obligatoriamente en las cuentas que tienen abiertas en sus bancos centrales nacionales un determinado nivel de fondos, que se denominan «reservas mínimas». Las reservas mínimas obligatorias de las entidades de crédito se fijan para un período de seis a siete semanas, denominado «período de mantenimiento». El importe de los fondos que han de mantener se calcula en función del balance de la entidad antes de que comience el período de mantenimiento.
Durante ese período, las entidades de crédito deben asegurarse de que el nivel medio de fondos que mantienen como reservas cumple sus obligaciones de reservas mínimas. No es necesario que las entidades mantengan en todo momento el importe total en sus cuentas en el banco central nacional. Esto les permite reaccionar a cambios a corto plazo en los mercados monetarios depositando o retirando fondos de sus reservas, lo que, a su vez, contribuye a estabilizar los tipos de interés de esos mercados.
En la actualidad, las entidades de crédito están obligadas a mantener en su banco central nacional un nivel mínimo del 1 % de pasivos específicos, principalmente depósitos de clientes. El total de reservas mínimas de las entidades de crédito de la zona del euro se publica diariamente en la página de análisis de la liquidez.
Al final del período de mantenimiento, los bancos centrales nacionales de la zona del euro pagan intereses por las reservas mínimas que las entidades de crédito mantienen con ellos. Esta remuneración ha estado vinculada históricamente al tipo de interés de las operaciones principales de financiación (OPF). A partir del 21 de diciembre de 2022, las reservas mínimas se remuneran al tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito. Este cambio ajusta mejor el interés pagado por las reservas mínimas a los tipos vigentes en los mercados monetarios.
Las reservas mínimas son un instrumento de política monetaria utilizado habitualmente por los bancos centrales. Sin embargo, algunos de ellos, como el Banco de la Reserva de Australia, el Banco de Canadá y el Sveriges Riksbank, no las utilizan.