European Central Bank - eurosystem
Opciones de búsqueda
Home Medios El BCE explicado Estudios y publicaciones Estadísticas Política monetaria El euro Pagos y mercados Empleo
Sugerencias
Ordenar por

El año en síntesis

En 2020, la economía de la zona del euro se vio golpeada por la extraordinaria y grave perturbación originada por la pandemia de coronavirus (COVID-19). La actividad económica se contrajo notablemente durante el primer semestre del año como consecuencia de las medidas de confinamiento y del aumento de la aversión al riesgo. La respuesta firme y coordinada de las políticas monetaria y fiscal, junto con las noticias positivas sobre las vacunas, ayudaron a estabilizar la actividad en el segundo semestre. En conjunto, el PIB de la zona del euro se contrajo un 6,6 % en 2020. La inflación general anual se redujo hasta el 0,3 %, desde el 1,2 % de 2019, en gran parte como resultado del descenso de los precios de la energía, aunque también de otros factores relacionados con la pandemia. Por ejemplo, los sectores más duramente afectados por la crisis, como el transporte y la hostelería, contribuyeron a la caída de la inflación durante el segundo semestre del año.

El BCE relajó considerablemente la orientación de su política monetaria para contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la economía de la zona del euro mediante un amplio conjunto de medidas que se recalibraron a lo largo del año. Estas medidas incluyeron un nuevo programa de compras de emergencia frente a la pandemia de carácter temporal, la relajación de los criterios de admisión de los activos de garantía, y nuevas operaciones de financiación a plazo más largo. La respuesta de política monetaria fue crucial para estabilizar los mercados y contribuyó a hacer frente a los importantes riesgos derivados de la pandemia para el mecanismo de transmisión de la política monetaria, para las perspectivas de la economía de la zona del euro y, en última instancia, para el objetivo de estabilidad de precios del BCE. Asimismo, las políticas macroprudenciales se centraron en mantener el flujo de crédito a la economía, mientras que la Supervisión Bancaria del BCE introdujo medidas microprudenciales para moderar el impacto de la crisis y promover la resiliencia del sector bancario europeo.

En enero, el Consejo de Gobierno inició una revisión de la estrategia de política monetaria del BCE para asegurar que siga siendo adecuada para su fin. Su objetivo es analizar detalladamente las implicaciones de los profundos cambios ocurridos desde la anterior revisión en 2003, que incluyen un descenso persistente de la inflación y de los tipos de interés de equilibrio, así como los efectos de la globalización, la digitalización y el cambio climático. En la revisión se estudiará si el BCE debe adaptar su estrategia de política monetaria, y de qué manera, para responder a estos cambios, y se espera que concluya en el segundo semestre de 2021.

El BCE está examinando todas las vías posibles en el marco de su mandato para contribuir a limitar las consecuencias económicas y sociales potencialmente graves del cambio climático. Esto incluye un análisis detenido de todas las áreas de política pertinentes, invertir el fondo de pensiones y las carteras de recursos propios del BCE de manera sostenible y responsable, y focalizar la atención en la huella de carbono del BCE. El BCE ha creado recientemente un centro sobre el cambio climático que definirá y dirigirá su agenda climática.

El Eurosistema ha desarrollado una estrategia amplia para los pagos minoristas con el fin de aprovechar el potencial de innovación de la digitalización, centrada en implantar los pagos inmediatos, desarrollar una solución paneuropea de pagos e investigar la posibilidad de un euro digital. En octubre de 2020 se inició una consulta pública sobre un euro digital para asegurar que cualquier nueva forma de dinero y medio de pago que proporcione el Eurosistema mantenga la confianza del público.

El BCE aumentó sus actividades de divulgación y comunicación con el público en 2020 para afrontar los retos derivados de la pandemia y comprender mejor las preocupaciones económicas y las necesidades de los ciudadanos europeos. El BCE también lanzó el blog del BCE, en el que se publicaron diecinueve entradas en 2020, muchas de ellas sobre la respuesta del BCE a la crisis. El primer encuentro de la serie «El BCE te escucha» se celebró en octubre de 2020 y el portal «El BCE te escucha» recibió cerca de 4.000 comentarios sobre la estrategia de política monetaria.

2020 fue un año de actividad intensa y urgente, llevada a cabo en estrecha colaboración con las instituciones europeas, pero también con otros bancos centrales de todo el mundo, para responder a la extraordinaria perturbación exógena que afrontó la economía mundial. El BCE asumió su papel en este proceso.

Fráncfort del Meno, abril de 2021

Christine Lagarde

Presidenta

El año en cifras

1 La economía se vio golpeada por la extraordinaria y grave perturbación originada por la pandemia

En 2020, la economía mundial se vio sumida en una recesión profunda, en un contexto de retos sin precedentes. Con todo, la perturbación generada por el COVID-19 fue de carácter más exógeno que el de los factores que causaron las crisis de 2008 y 2011-2012. Mientras que en episodios de crisis anteriores los problemas específicos del sector financiero ocuparon el primer plano, la recesión de 2020 no tuvo su origen en la economía. La propagación del COVID-19 tuvo un impacto muy severo en la actividad económica, inicialmente en China y luego a escala global. El comercio internacional experimentó una contracción pronunciada, el funcionamiento de las cadenas globales de valor se vio seriamente perjudicado y la incertidumbre aumentó de forma vertiginosa en los mercados financieros mundiales.

La economía de la zona del euro también padeció el fuerte impacto de la pandemia. Este impacto fue evidente, por ejemplo, en el consumo, que se contrajo con intensidad en la primera mitad del año como resultado de la imposición generalizada de medidas de confinamiento y de la mayor aversión al riesgo. La producción, en especial la del sector servicios, también se debilitó de forma notable, debido a la falta de demanda y a las restricciones a la actividad. En consecuencia, el PIB real se redujo a un ritmo excepcionalmente rápido en el segundo trimestre del año. Al mismo tiempo, las autoridades monetarias y fiscales actuaron con celeridad y determinación para hacer frente al desplome de la demanda y a los altos niveles de incertidumbre asegurando, entre otras cosas, unas condiciones de financiación favorables y estables, y el acceso continuado a la liquidez. Desde el comienzo de la crisis del COVID-19, las expectativas sobre la profundidad y la duración de la recesión se vieron notablemente afectadas por las perspectivas de disponibilidad de soluciones médicas, en especial de una vacuna. Junto con la enérgica actuación coordinada de las autoridades, a finales del otoño, las noticias positivas sobre los avances en el desarrollo de vacunas propiciaron una recuperación gradual de la confianza. Aunque la evolución del crecimiento siguió siendo volátil en el segundo semestre del año cuando se produjo una nueva ola de contagios, las expectativas de crecimiento se afianzaron y se estabilizaron. La pandemia también incidió con fuerza en la dinámica de los precios. Como consecuencia de la pérdida de impulso de la demanda, del descenso de los precios del petróleo y del debilitamiento de la actividad, la inflación medida por el IAPC descendió durante el año, y a partir de agosto se situó en territorio negativo. Otros factores, como la reducción temporal del IVA en Alemania en la segunda mitad del año, también ejercieron presiones a la baja sobre la inflación. Al mismo tiempo, las expectativas de una sólida recuperación en 2021 y la reversión de factores transitorios, como la citada reducción del IVA en Alemania, sostuvieron las perspectivas de repunte de la inflación. Las contundentes medidas de las autoridades hicieron que las condiciones crediticias y financieras continuaran siendo favorables y contrarrestaron, en gran parte, el endurecimiento de los criterios de concesión del crédito bancario derivado del deterioro del entorno de riesgos. Pese a que las disrupciones en los mercados inducidas por la perturbación de la pandemia provocaron un endurecimiento pronunciado de las condiciones financieras en marzo, la rápida actuación de las autoridades contribuyó a una disminución general de los rendimientos de la deuda pública de la zona del euro en 2020 y, en el segundo semestre del año, a la recuperación paulatina de los precios de las acciones de la zona desde los mínimos registrados durante la pandemia. El período de elevada incertidumbre también dio lugar a una aceleración del crecimiento monetario y crediticio, reflejo de una acusada preferencia por la liquidez y de su acumulación por parte de las empresas y los hogares.

1.1 La pandemia provocó un fuerte desplome económico

El coronavirus provocó la mayor contracción de la economía mundial desde la Gran Depresión, pero las noticias positivas sobre las vacunas dieron lugar a una recuperación gradual de la confianza

La evolución de la pandemia de COVID-19, junto con las medidas asociadas de contención del virus y las actuaciones de apoyo para amortiguar el impacto económico de la pandemia, fueron los determinantes clave de la tendencia de crecimiento en todo el mundo. La economía mundial se vio golpeada por una fuerte perturbación externa y, en general, los Gobiernos respondieron con contundentes medidas de respaldo dirigidas a mitigar los efectos económicos de la pandemia. Después de registrar un mínimo en el segundo trimestre de 2020, como consecuencia de las medidas adoptadas para contener el virus, la economía mundial empezó a recuperarse en el tercer trimestre, en un contexto en el que la pandemia perdía fuerza, las medidas de contención se relajaban y se publicaban noticias sobre vacunas eficaces. No obstante, la irrupción de la segunda ola y la reintroducción de estrictas medidas de contención en algunas economías avanzadas ralentizaron considerablemente el crecimiento en el último trimestre del año (véase gráfico 1). En las principales economías emergentes, el crecimiento intertrimestral fue negativo en la primera mitad de 2020, pero repuntó de forma pronunciada en el segundo semestre.

Gráfico 1

Crecimiento del PIB mundial

(tasas de variación interanual; datos trimestrales)

Fuentes: Haver Analytics, fuentes nacionales y cálculos del BCE.
Notas: Los agregados regionales se calculan utilizando el PIB ajustado por ponderaciones de la paridad del poder adquisitivo. Las líneas continuas muestran datos hasta el cuarto trimestre de 2020. Las líneas discontinuas indican las medias de largo plazo (primer trimestre de 1999-cuarto trimestre de 2020). Las últimas observaciones corresponden al 25 de febrero de 2021.

La fuerte contracción económica mundial estuvo determinada principalmente por la acusada caída de la producción de los servicios, que se vio considerablemente afectada por las medidas de contención de la pandemia, así como por la contracción del comercio y de la inversión. El crecimiento de la producción de las manufacturas se recuperó con mayor celeridad que los servicios, y se vio favorecido por los planes de estímulo de los Gobiernos, por el aumento de la demanda de productos electrónicos, informáticos y médicos, y por el levantamiento más rápido de las medidas de contención que en el sector servicios, que requiere un mayor grado de interacción personal.

El comercio y la inversión experimentaron una contracción considerable en 2020, debido a las medidas de contención del virus y a las disrupciones en el comercio

Las disrupciones y la incertidumbre asociadas al COVID-19 aumentaron de manera acusada y siguieron siendo considerables, lo que debilitó la economía mundial. La pandemia también alteró el comercio internacional y las cadenas globales de suministro. Estas disrupciones disminuyeron moderadamente en la segunda mitad de 2020 cuando las medidas de contención del virus se relajaron parcialmente. Pese a la firma de la primera fase del acuerdo entre Estados Unidos y China, las tensiones comerciales entre ambos países continuaron siendo elevadas, como mostraron diversos indicadores. En un contexto de fuertes tensiones comerciales, el impacto de la pandemia en la demanda y los aranceles adoptados anteriormente provocaron una caída pronunciada de los flujos comerciales, mientras que la mayor incertidumbre y el deterioro del clima económico frenaron la inversión (véase gráfico 2).

Gráfico 2

Crecimiento del comercio mundial (importaciones reales)

(tasas de variación interanual; datos trimestrales)

Fuentes: Haver Analytics, fuentes nacionales y cálculos del BCE.
Notas: El crecimiento del comercio mundial se define como el crecimiento de las importaciones mundiales, incluida la zona del euro. Las líneas continuas muestran datos hasta el cuarto trimestre de 2020. Las líneas discontinuas indican las medias de largo plazo (cuarto trimestre de 1999-cuarto trimestre de 2020). Las últimas observaciones corresponden al 25 de febrero de 2021.

La inflación subyacente disminuyó menos que la inflación general

La inflación mundial descendió en 2020 como reflejo de la debilidad de la demanda global relacionada con la pandemia (véase gráfico 3) y de la fuerte caída de los precios de muchas materias primas. En los países de la OCDE, la inflación general medida por los precios de consumo se redujo desde una tasa interanual de alrededor del 2 % en el segundo semestre de 2019 hasta el 1,2 % en diciembre de 2020, como consecuencia de la bajada de los precios de la energía y de la moderación de la inflación de los precios de los alimentos. La inflación subyacente (excluidos la energía y los alimentos) disminuyó menos que la inflación general y se situó en torno al 1,6 % al final de 2020.

Gráfico 3

Tasas de inflación medida por los precios de consumo en la OCDE

(tasas de variación interanual; datos mensuales)

Fuente: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Nota: Las últimas observaciones corresponden a enero de 2021.

Los precios del petróleo fluctuaron, debido a las expectativas de debilidad de la demanda mundial

Los precios del petróleo descendieron de forma acusada en la primera mitad del año tras la fuerte disminución de la demanda mundial, sobre todo porque las restricciones a los desplazamientos y el teletrabajo provocaron una caída del consumo de esta materia prima. El precio del Brent (referencia internacional) experimentó amplias fluctuaciones ―entre 20 dólares (su nivel más bajo en dos décadas) y 70 dólares por barril― en 2020. El precio del West Texas Intermediate (referencia en Estados Unidos) se redujo hasta situarse por debajo de cero durante un breve período en abril.

El euro se apreció frente a las monedas de los socios comerciales de la zona del euro

El euro se apreció en torno a un 7 % en términos efectivos nominales durante 2020. Bilateralmente, esta evolución se debió principalmente a la revalorización de la moneda única frente al dólar estadounidense. El tipo de cambio del euro frente a la libra esterlina también se incrementó, aunque mostró una volatilidad significativa a lo largo del año, sobre todo como resultado de los cambios en las expectativas relacionadas con el Brexit.

Los riesgos para la actividad mundial siguieron orientados a la baja, pero las perspectivas de disponer de una solución médica podrían impulsar la recuperación económica

Al final de 2020, en un contexto de avances positivos en relación con las vacunas contra el COVID-19, las perspectivas de crecimiento global señalaban una fuerte recuperación en 2021. Con todo, estas perspectivas eran muy inciertas y, en general, los riesgos para la actividad mundial siguieron orientados a la baja, dado que el repunte de nuevos contagios y las medidas de contención adicionales adoptadas en economías importantes estaban afectando al ritmo de recuperación[1].

1.2 La economía de la zona del euro evolucionó en paralelo a la economía mundial[2]

Después de que la actividad económica se moderase en 2019, el PIB real de la zona del euro se redujo un 6,6 % en 2020 (véase gráfico 4). La drástica disminución de la actividad económica y la desigual caída a lo largo de 2020 fueron consecuencia del impacto de la perturbación generada por la pandemia de COVID-19 y de las medidas de confinamiento adoptadas para contener la propagación del virus. La primera ola de la pandemia afectó a los países de la zona del euro principalmente entre marzo y abril, a una velocidad y con una intensidad inauditas, y llevó aparejada la aplicación de estrictas medidas de contención al conjunto de la economía en la mayoría de ellos. Como resultado de estas medidas, la actividad económica de la zona del euro se contrajo un 15,3 %, en términos acumulados, en la primera mitad de 2020. La contención de la pandemia y la retirada de las medidas a partir de mayo de 2020 en la mayor parte de los países se tradujo en un fuerte repunte de la actividad en el tercer trimestre. No obstante, para el otoño, la actividad económica comenzó a ralentizarse otra vez, y el nuevo repunte de los contagios dio lugar a una nueva ronda de confinamientos en el último trimestre del año, que, sin embargo, tuvieron un carácter más focalizado que los de la primera ola. Aunque la pandemia fue, ante todo, una perturbación común que golpeó a todas las economías, su impacto económico en los diferentes países de la zona del euro fue también heterogéneo hasta cierto punto, en gran parte debido a los distintos grados de exposición a los sectores más afectados por las medidas de distanciamiento social, y también como reflejo de diferencias en la intensidad de la propia crisis sanitaria, así como del alcance y la naturaleza de las medidas de estímulo implementadas. Al final de 2020 la actividad económica se situaba un 4,9 % por debajo de los niveles previos a la pandemia en la zona del euro y presentaba una heterogeneidad considerable de unos países a otros, con un retroceso del 9,1 % en España y del 3 % en los Países Bajos con respecto a antes de la pandemia.

Gráfico 4

PIB real de la zona del euro

(tasas de variación interanual; contribuciones en puntos porcentuales)

Fuentes: Eurostat y cálculos del BCE.
Nota: Las últimas observaciones corresponden al cuarto trimestre de 2020.

En comparación con episodios recesivos prolongados recientes, como la crisis financiera global de 2008-2009 o la crisis de deuda soberana de la zona del euro de 2011-2012, la recesión que llevó aparejada la pandemia fue más intensa en las fases iniciales. Al mismo tiempo, se observaron sólidas señales y expectativas de recuperación mucho antes que en otras crisis. Ello fue reflejo, principalmente, de la naturaleza exógena de la perturbación generada por el COVID-19, del papel de las oportunas y contundentes medidas de política monetaria y fiscal adoptadas, y de los avances en el desarrollo de vacunas, así como de unos efectos de retroalimentación con el sector financiero muchos más contenidos que en episodios de crisis anteriores, a lo que también contribuyeron las medidas específicas aplicadas por los bancos centrales.

El consumo privado de la zona del euro disminuyó un 8 % en 2020, con una contracción particularmente intensa en la primera mitad del año, principalmente como consecuencia de las medidas de confinamiento. Como las pérdidas de renta real disponible derivadas de los confinamientos se vieron amortiguadas por sustanciales transferencias públicas, la caída del consumo también se tradujo en un incremento acusado de la tasa de ahorro. Cuando las medidas de confinamiento se relajaron de forma significativa en el tercer trimestre de 2020, el consumo privado registró un fuerte repunte, aunque se vio interrumpido en el último trimestre del año durante la segunda ola de la pandemia. Al final de 2020, el consumo privado continuaba por debajo de los niveles previos a la pandemia en el contexto del impacto sufrido por los mercados de trabajo y del alto grado de incertidumbre.

La inversión empresarial también se desplomó en la primera mitad de 2020. Como consecuencia de las medidas de confinamiento aplicadas y de las intensas caídas de ingresos resultantes, las empresas aplazaron sus decisiones de inversión. Además, el deterioro de la demanda interna y mundial siguió lastrando la inversión. En la segunda mitad del año, las perspectivas de inversión empresarial se caracterizaron por un nuevo aumento de la incertidumbre en el contexto de la segunda ola de la pandemia y por la expectativa de una evolución moderada y prolongada, en vista del debilitamiento del entorno exterior, de una demanda final más contenida y del deterioro de los balances de las empresas.

La contribución neta del sector exterior al producto de la zona del euro también fue negativa en 2020. El confinamiento impuesto en China para eliminar el COVID-19 hizo mella en el comercio de la zona del euro a principios del año, y las medidas adoptadas para frenar la propagación del virus en Europa provocaron un desplome tanto de las importaciones como de las exportaciones en el segundo trimestre, aunque estas últimas fueron las más perjudicadas por la suspensión temporal de las actividades empresariales. Durante los meses de verano, la relajación de las restricciones allanó el camino para un repunte de los flujos comerciales, aunque las mejoras fueron menores en los sectores más afectados —viajes, turismo y hostelería—. La nueva ola de la pandemia ralentizó la recuperación del comercio de la zona del euro, que al final del año seguía siendo incompleta.

El impacto del COVID-19 en el crecimiento del producto también fue desigual en los distintos sectores, y los servicios fueron los que más contribuyeron a la caída del valor añadido bruto real, reflejo de su especial exposición a las medidas de distanciamiento social, así como a la composición sectorial de la economía de la zona del euro (véase gráfico 5).

Gráfico 5

Valor añadido bruto real de la zona del euro por actividad económica

(tasas de variación interanual; contribuciones en puntos porcentuales)

Fuente: Eurostat.
Nota: Las últimas observaciones corresponden al cuarto trimestre de 2020.

Los mercados de trabajo de la zona del euro se debilitaron, aunque las políticas públicas contribuyeron a amortiguar el impacto sobre el desempleo

Las pérdidas de empleo se mantuvieron contenidas en 2020, reflejo del impacto de los programas de mantenimiento del empleo

Aunque el crecimiento del empleo también se vio muy afectado por la pandemia, las políticas de empleo determinaron la evolución de los mercados de trabajo en la zona del euro en 2020 (véase gráfico 6). En comparación con la rápida e intensa contracción de la actividad económica, de alrededor del 15 % en la primera mitad de 2020, la caída del empleo fue menor, pero, aun así, también muy sustancial. El empleo total se redujo en unos 5 millones de personas durante el mismo período, con lo que volvió a situarse en los niveles anteriores a 2018. Las medidas de apoyo público adoptadas en los países de la zona del euro contribuyeron a limitar los despidos (para un análisis de los programas de mantenimiento del empleo, véase el recuadro 1). En comparación con crisis económicas y financieras anteriores, los Gobiernos de la zona incluyeron a un mayor número de trabajadores en los programas de mantenimiento del empleo, lo que ayudó de forma notable a contener los despidos, contribuyendo así a proteger el capital humano específico de cada trabajador y cada empresa. Con todo, la tasa de actividad descendió considerablemente durante la crisis provocada por la pandemia y la población activa disminuyó en unos 3 millones de personas en la primera mitad de 2020. El ajuste en curso del mercado de trabajo ha afectado a los trabajadores de manera diferente, debido a la incidencia de la crisis actual en el sector servicios y en las empresas más perjudicadas por las medidas de distanciamiento social y por las restricciones a la movilidad. En concreto, la población activa disminuyó casi un 7 % en el colectivo de trabajadores poco cualificados y un 5,4 % en el caso de los trabajadores de cualificación media, pero de hecho creció un 3,3 % en el de los de alta cualificación.

Gráfico 6

Indicadores del mercado de trabajo

(porcentaje de la población activa; tasa de crecimiento intertrimestral; datos desestacionalizados)

Fuente: Eurostat.
Nota: Las últimas observaciones corresponden al cuarto trimestre de 2020.

La tasa de paro aumentó menos que en recesiones anteriores

El empleo se contrajo un 1,9 % en 2020, mientras que la tasa de paro creció hasta el 8,4 %. La tasa de paro aumentó menos que en recesiones anteriores, como las de 2008-2009 y 2011-2012, también gracias a la oportuna y amplia respuesta de los Gobiernos de la zona del euro. Al mismo tiempo, el crecimiento de la productividad por hora trabajada fue de alrededor del 1 %, en promedio, en 2020 y se vio frenado por la sustancial reducción de las horas trabajadas debido al recurso a los programas de mantenimiento del empleo.

Recuadro 1
El impacto económico del COVID-19 a medio y largo plazo

Los mercados de trabajo de la zona del euro han mostrado bastante capacidad de resistencia a las repercusiones económicas de la pandemia de COVID-19, y se han visto respaldados por políticas económicas ―como los programas de mantenimiento del empleo y los avales para préstamos― que han contribuido a limitar las pérdidas de empleo y a evitar un aumento brusco de la desaparición de empresas como consecuencia de la pandemia. Para impedir que la crisis deje secuelas a largo plazo y para no dificultar la necesaria reestructuración de la economía, el diseño y el calendario de implementación de las estrategias de retirada de estas políticas serán tan importantes como los de los propios paquetes de apoyo. De cara al futuro, las secuelas a largo plazo de la pandemia para la movilidad laboral, así como la creciente adopción de la digitalización, pueden requerir una reasignación sustancial del empleo y de la actividad empresarial.

En una encuesta reciente a empresas líderes de la zona del euro se hizo gran hincapié en cómo la pandemia ha acelerado la adopción de tecnologías digitales, lo que incrementa la productividad pero reduce el empleo en el largo plazo[3]. Al pedir a los encuestados que indicaran, por orden de importancia, hasta tres aspectos en los que la pandemia causaría un impacto a largo plazo en su negocio, los efectos señalados con más frecuencia fueron el mayor uso del teletrabajo y la aceleración del uso de tecnologías digitales. Otros factores ampliamente mencionados fueron una disminución más permanente de los viajes de trabajo y un aumento de las reuniones virtuales, así como el crecimiento del comercio electrónico (o, en las relaciones comerciales entre empresas, de las «ventas virtuales»). Una amplia mayoría de los participantes en la encuesta se mostraron de acuerdo en que la eficiencia y la capacidad de resistencia de su negocio se incrementarían como consecuencia de las lecciones aprendidas durante la pandemia. Alrededor de tres cuartas partes de los encuestados coincidieron en que una proporción sustancialmente más elevada de la plantilla seguiría trabajando a distancia en el largo plazo. Al mismo tiempo, no creían que el teletrabajo reduciría la productividad de los empleados. En este sentido, aunque la menor interacción personal de carácter informal se consideraba un aspecto negativo, también se percibían muchas ventajas, entre ellas el ahorro de tiempo en desplazamientos al lugar de trabajo, la posibilidad de compaginar mejor los compromisos familiares y los profesionales, y la mayor conectividad. En consonancia con estas opiniones, más de la mitad de los entrevistados afirmaron que la productividad de su empresa o sector aumentaría, mientras que casi ninguno pensaba que una repercusión a largo plazo de la pandemia sería una disminución de la productividad. En cambio, más de la mitad preveía un efecto negativo en el empleo a largo plazo, frente a solo aproximadamente el 10 % que anticipaba un impacto positivo. Las opiniones sobre el efecto a largo plazo en las ventas, así como en los precios, costes y salarios, fueron más dispares, aunque, en general, se consideró que sería negativo.

La crisis provocada por la pandemia ha tenido un impacto significativo en el mercado de trabajo de la zona del euro. La reacción de la tasa de paro de la zona (véase la línea de color azul del gráfico A) ha sido tímida si se compara con la contracción de la actividad económica, y no refleja por completo los efectos del COVID-19 en el mercado laboral. Para medir mejor el grado de infrautilización del factor trabajo durante la crisis de la pandemia, la tasa de paro convencional puede ajustarse para reflejar el número de trabajadores desanimados actualmente inactivos (véase la línea de color amarillo del gráfico A). Además, una característica especial de esta crisis ha sido el uso generalizado de programas de mantenimiento del empleo, que han contribuido a proteger puestos de trabajo al tiempo que han reducido las horas trabajadas y han sostenido las rentas de los trabajadores. El número de ocupados acogidos a estos programas se situó en unos 30 millones de personas (alrededor del 19 % de la población activa) en abril de 2020. Por lo tanto, si a la tasa de paro convencional se añaden los trabajadores desanimados y los acogidos a programas de mantenimiento del empleo (véase la línea de color rojo del gráfico A) se obtiene una imagen más representativa de la situación en cuanto a la infrautilización del factor trabajo.

Gráfico A

Indicadores convencionales y no convencionales de paro

(porcentajes)

Fuente: Cálculos del BCE basados en datos de Eurostat[4].

En general, la perturbación generada por el COVID-19 ha incrementado la proporción de empresas en riesgo, lo que podría tener un efecto adicional en el largo plazo en términos de pérdidas de empleo. Tras el fuerte retroceso de la actividad económica registrado en el segundo trimestre de 2020, la recuperación observada durante el tercero apuntaba a que el shock de la pandemia podría ser, en gran medida, de naturaleza temporal. Sin embargo, la segunda oleada de medidas de confinamiento intensificó el riesgo de que se produjeran secuelas a largo plazo en el crecimiento económico y en el empleo. La perturbación del COVID-19 ha incidido de forma heterogénea en los distintos sectores, y su impacto ha sido más débil en las empresas que han aumentado el uso de tecnologías digitales y más intenso en aquellas que requieren la interacción personal. Estas últimas podrían estar expuestas al riesgo de salida del mercado, lo que dependerá de la duración de la pandemia y de si las medidas adoptadas en el ámbito nacional logran limitar y cubrir los déficits de liquidez. La segunda característica distintiva de esta perturbación está relacionada con su carácter exógeno, lo que hace que haya afectado tanto a las empresas productivas como a las improductivas. De hecho, el efecto de «depuración» resultante de la desaparición de empresas menos productivas, que suelen verse más afectadas por una perturbación de productividad, será menor que en crisis anteriores porque la supervivencia de empresas más productivas con problemas transitorios de liquidez también podría estar amenazada[5].

1.3 La respuesta de la política fiscal a la crisis

La pandemia de COVID-19 planteó retos sin precedentes para las finanzas públicas

En 2020, las finanzas públicas estuvieron muy marcadas por la pandemia de COVID-19, que planteó retos sin precedentes a los Gobiernos, pero también suscitó una respuesta contundente. La posición fiscal se vio muy afectada en ambas vertientes de los presupuestos públicos, a través del incremento del gasto necesario para afrontar la crisis y de la disminución de los ingresos fiscales, reflejo de la intensa recesión y de las medidas de gasto dirigidas a las empresas y los hogares. Como resultado, la ratio de déficit de las Administraciones Públicas de la zona del euro aumentó desde el 0,6 % del PIB en 2019 hasta el 8 % del PIB en 2020, según las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema de diciembre de 2020 (véase gráfico 7). Así pues, como reflejo del firme respaldo económico proporcionado por los Gobiernos, la orientación de la política fiscal[6] pasó de ser ligeramente expansiva en 2019 a adoptar un tono muy acomodaticio —4,8 % del PIB— en 2020, aunque se ha de señalar que la magnitud de la respuesta de la política fiscal y, por tanto, la orientación fiscal, variaron sustancialmente de un país a otro. Sin embargo, en general, la rapidez y el alcance del apoyo prestado por los Gobiernos de la zona del euro pusieron de manifiesto una mayor capacidad de reacción y de coordinación en tiempos de crisis, a lo que contribuyó la activación de la cláusula general de salvaguardia prevista en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

Gráfico 7

Saldo presupuestario de las Administraciones Públicas y orientación de la política fiscal

(porcentaje del PIB)

Fuentes: Eurostat y cálculos del BCE.

El grueso del gasto adicional estuvo relacionado con los costes directos de la crisis sanitaria o con el apoyo proporcionado a los hogares y a las empresas

Según estimaciones de la Comisión Europea[7], las medidas fiscales adoptadas en respuesta a la pandemia ascendieron al 4,2 % del PIB en 2020 para la zona del euro en su conjunto. El grueso de este gasto adicional estuvo relacionado con los costes públicos directos de la crisis sanitaria o con las medidas de apoyo dirigidas a los hogares y a las empresas (véase gráfico 8). Un objetivo primordial de estas medidas fue preservar el empleo y la capacidad productiva para que, cuando la pandemia remita, la economía se encuentre en una buena posición para recuperarse con rapidez. En consonancia con este objetivo, la mayor parte del apoyo proporcionado a los hogares se canalizó a través de programas de regulación temporal de empleo diseñados para evitar una situación de desempleo masivo, mientras que solo una proporción menor del respaldo se instrumentó mediante trasferencias fiscales directas a las familias[8]. Hacia el final de la primera ola de la pandemia se introdujeron algunas medidas más limitadas para contribuir a la recuperación económica, como recortes de los impuestos indirectos o un aumento de los proyectos de inversión pública. Sin embargo, como la pandemia distó mucho de terminar en 2020, dada la irrupción de una segunda ola en el otoño, es más probable que estas medidas desempeñen un papel destacado en el futuro próximo.

Gráfico 8

Estimación de la composición de las medidas relacionadas con el COVID-19 en 2020

Fuente: Cálculos del BCE basados en los proyectos de planes presupuestarios de 2021.

Los Gobiernos también proporcionaron un importante apoyo de liquidez a la economía

Además de brindar apoyo fiscal a sus economías, los países de la zona del euro proporcionaron considerables avales públicos para préstamos con el fin de reforzar la posición de liquidez de las empresas, en particular a pequeñas y medianas empresas que, con frecuencia, no tienen facilidades de acceso a la financiación externa. Este respaldo en forma de liquidez fue particularmente importante en la combinación de medidas adoptadas en la fase inicial de la crisis, antes de que se introdujeran otros programas de apoyo. En total, estos avales ascendieron a alrededor del 17 % del PIB para la zona del euro en su conjunto[9]. Los avales para préstamos constituyen pasivos contingentes para los Gobiernos y, por tanto, el importe por el que se ejecuten supondrá un incremento del gasto público. Además, muchos Gobiernos también concedieron aplazamientos en el pago de impuestos y proporcionaron préstamos e inyecciones de capital a las empresas. Estas inyecciones y otras medidas de apoyo a la liquidez no suelen recogerse en el saldo presupuestario, pero una parte queda reflejada en la deuda pública.

Los niveles de deuda pública se vieron adversamente afectados, pero los riesgos para la sostenibilidad de la deuda se mantuvieron bastante contenidos

La crisis también llevó a un aumento pronunciado de los niveles de deuda pública en toda la zona del euro. Este aumento se reflejó en las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema de diciembre de 2020, según las cuales la ratio agregada de deuda en relación con el PIB se habría incrementado de forma acusada y se habría situado en el 98,4 % del PIB en 2020, 14,5 puntos porcentuales por encima de 2019. Además, los Estados contrajeron cuantiosos pasivos contingentes en forma de avales para préstamos. Aunque lograr una reducción sustancial de los niveles de deuda llevará tiempo, no hay indicios de que la sostenibilidad de la deuda pública en la zona del euro vaya a verse comprometida. Esta valoración se basa en la mejora de las expectativas de recuperación en 2021, en especial tras los avances positivos en varias vacunas contra el COVID-19, pero también en las condiciones de financiación, que deberían continuar siendo favorables en el futuro próximo. Asimismo, la actuación fiscal coordinada emprendida a escala de la UE debería tener un efecto estabilizador (en el recuadro 4 se presenta un ejemplo reciente). Con todo, sigue siendo importante que los Estados miembros retornen a unas posiciones fiscales saneadas cuando la actividad económica se haya recuperado.

1.4 La inflación disminuyó notablemente por la caída de los precios del petróleo y la contracción económica[10]

La inflación general de la zona del euro se situó, en promedio, en el 0,3 %, en 2020, frente al 1,2 % de 2019. En términos de los componentes del Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC), este descenso reflejó, básicamente, la menor contribución de la tasa de variación de los precios de la energía y, en la segunda mitad del año, también de la inflación medida por el IAPC, excluidos la energía y los alimentos (véase gráfico 9). En términos de sus determinantes, el proceso de desinflación tuvo lugar en un contexto de una intensa contracción de la actividad económica que debilitó considerablemente la demanda de los consumidores y planteó importantes riesgos a la baja para las perspectivas económicas. Las presiones desinflacionistas también reflejaron algunos factores específicos de las implicaciones económicas de la pandemia de COVID-19 y las respuestas instrumentadas. Así, por ejemplo, la disminución adicional de la inflación en la segunda mitad del año se debió, en parte, a la caída de los precios de los servicios relacionados con turismo y viajes (en especial, el transporte y la hostelería) —que fueron los más afectados por la crisis— y al impacto de la rebaja temporal del IVA en Alemania.

Gráfico 9

Inflación medida por el IAPC y contribuciones por componentes

(tasas de variación interanual; contribuciones en puntos porcentuales)

Fuentes: Eurostat y cálculos del BCE.

Los componentes volátiles del IAPC evolucionaron, en parte, en direcciones opuestas

La evolución de la tasa de variación de los precios de la energía contribuyó en gran medida a la reducción de la inflación media en 2020 con respecto a 2019, reflejo de la caída de los precios del petróleo al comienzo de la pandemia. En cambio, la contribución de la tasa de variación total de los precios de los alimentos a la inflación medida por el IAPC general aumentó ligeramente en 2020, 0,4 puntos porcentuales, algo por encima de nivel de 2019, debido, sobre todo, al notable incremento temporal de la inflación de los alimentos no elaborados, en particular, en el contexto de la pandemia (con un repunte del 7,6 % en abril de 2020)[11].

La inflación subyacente retrocedió a lo largo de 2020

Los indicadores de la inflación subyacente retrocedieron a lo largo de 2020. La inflación medida por el IAPC, excluidos la energía y los alimentos, se situó, en promedio, en el 0,7 %, frente al 1 % observado en 2019, y en los cuatro últimos meses de 2020 registró un mínimo histórico. La debilidad de la tasa de variación de los precios de los bienes industriales no energéticos y de los servicios contribuyó a moderar la inflación medida por el IAPC, excluidos la energía y los alimentos. La inflación de los bienes industriales no energéticos pasó a ser negativa en agosto de 2020lo y registró un mínimo sin precedentes en diciembre de 2020, mientras que la tasa de variación de los precios de los servicios se situó en un mínimo histórico (0,4 %) en octubre de 2020, aunque aumentó levemente a partir de entonces. La evolución de estos dos componentes se vio afectada por un conjunto común de factores, pero en un grado algo diferente. La apreciación del euro en la segunda mitad del año influyó ligeramente más en la inflación de los bienes industriales no energéticos que en la de los servicios. Lo mismo es aplicable a las modificaciones de los impuestos indirectos, ya que algunos componentes de los servicios, como los alquileres, están exentos de IVA. Los confinamientos y las medidas de contención que se impusieron en el contexto de la pandemia tuvieron un impacto mayor en la tasa de variación de los precios de los servicios, que fue particularmente evidente en la caída de la inflación de las partidas relacionadas con turismo, viajes y ocio. Sin embargo, en términos más generales, la inflación de los precios de los bienes industriales no energéticos y la de los servicios se vieron dominadas sobre todo por el desplome de la demanda provocado por la pandemia que se plasmó en un aumento de la incertidumbre y de la aversión al riesgo, en medidas de contención y en pérdidas de renta y de empleo. Esta dinámica contrarrestó con creces algunos efectos al alza derivados de las disrupciones de oferta en determinados sectores. Además, la pandemia dificultó la recopilación de datos de precios para la elaboración del IAPC. Como resultado, el porcentaje de precios imputados en su elaboración aumentó de manera notable en abril y se redujo posteriormente, y de julio a octubre solo se utilizó en algunos componentes. Este porcentaje volvió a ser elevado en noviembre y en diciembre, aunque fue menor que el observado durante la primavera[12]. También es probable que los efectos de demanda y de oferta hicieran que las contribuciones al consumo de los bienes y servicios individuales fuesen distintas de las utilizadas en la elaboración del IAPC en 2020.

Las presiones de costes de origen interno crecieron

En 2020, las presiones de costes de origen interno, medidas por el avance del deflactor del PIB, aumentaron, en media, a un ritmo superior al promedio registrado en 2019 (véase gráfico 10). En cambio, la tasa de crecimiento interanual de la remuneración por asalariado se redujo con rapidez en 2020 y se situó en el −0,6 %, muy por debajo del valor de 2019. Al mismo tiempo, el avance de la productividad registró una caída aún más acusada que se tradujo en un incremento sustancial de los costes laborales unitarios, lo que contribuyó al avance observado en el deflactor del PIB. El crecimiento de los costes laborales unitarios fue del 4,6 % en 2020, frente al 1,9 % de 2019. Con todo, la evolución del crecimiento de estos costes, del de la productividad y del de la remuneración por asalariado en 2020 se vio afectada por la aplicación generalizada de programas de regulación temporal de empleo, lo que implicó, por ejemplo, que el empleo mantuviese una capacidad de resistencia mucho mayor que el producto o las horas reales trabajadas. También hubo problemas relacionados con el registro estadístico de estos indicadores, lo que hizo que la contribución de los subsidios a la evolución de los costes internos fuese inusualmente elevada y que la dinámica reciente fuera difícil de comparar con la anterior[13]. Por el lado del gasto, estos problemas estadísticos se apreciaron claramente, por ejemplo, en el fuerte incremento de la tasa de crecimiento del deflactor del consumo público en el segundo trimestre.

Gráfico 10

Descomposición del deflactor del PIB

(tasas de variación interanual; contribuciones en puntos porcentuales)

Fuentes: Eurostat y cálculos del BCE.

Las expectativas de inflación a largo plazo se mantuvieron en niveles históricamente bajos

Las expectativas de inflación a largo plazo reflejadas en la encuesta a expertos en previsión económica (EPE) del BCE se mantuvieron en mínimos históricos en 2020, fluctuando entre el 1,6 % y el 1,7 %, después de haber caído hasta esos niveles en el año anterior. Las expectativas de inflación dentro de cinco años obtenidas de la encuesta EPE se situaron en el 1,7 % en el cuarto trimestre de 2020, sin variación con respecto al cuarto trimestre de 2019. Los indicadores de mercado de las expectativas de inflación a largo plazo, en particular el tipo swap de inflación a cinco años dentro de cinco años, mostraron una volatilidad notable a lo largo del año. Este último tipo disminuyó drásticamente al comienzo de la pandemia y registró su nivel más bajo al final del primer trimestre de 2020 (el 23 de marzo se situó en el 0,7 %), antes de recuperarse y estabilizarse en niveles próximos a los observados con anterioridad a la pandemia hacia finales de año (el 31 de diciembre alcanzó el 1,3 %). Con todo, los indicadores de mercado de las expectativas de inflación a largo plazo siguieron siendo muy moderados.

1.5 La enérgica actuación de las autoridades permitió mantener unas condiciones crediticias y de financiación favorables

Los rendimientos de la deuda pública de la zona del euro disminuyeron en 2020 en el contexto de una respuesta decidida de las políticas monetaria y fiscal a la crisis

La pandemia de COVID-19 provocó un rápido deterioro de las perspectivas económicas nacionales y mundiales, así como un fuerte aumento de los diferenciales soberanos en un entorno de endurecimiento general de las condiciones financieras. Para contrarrestar el impacto de la perturbación generada por la pandemia en la economía y en la inflación, y ante los riesgos emergentes para la estabilidad financiera y para el correcto funcionamiento de la transmisión de la política monetaria, las autoridades monetarias y fiscales respondieron con celeridad y determinación (véase sección 2.1). Por lo tanto, contrarrestaron con efectividad el tensionamiento de las condiciones financieras provocado por la perturbación y contribuyeron, en particular, a la disminución de los tipos de interés libres de riesgo a largo plazo, así como a la reducción con respecto a los máximos de la pandemia de los diferenciales de rendimiento de la deuda pública a diez años de los países de la zona del euro frente al tipo swap del eonia a diez años. Como resultado, la media ponderada por el PIB de los rendimientos de la deuda pública a diez años de la zona se redujo 50 puntos básicos entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2020, cuando se situó en el -0,23 % (véase gráfico 11).

Gráfico 11

Rendimientos a largo plazo de la zona del euro y de Estados Unidos

(porcentajes; datos diarios)

Fuentes: Bloomberg, Thomson Reuters Datastream y cálculos del BCE.
Notas: Los datos de la zona del euro se refieren a la media ponderada por el PIB de los rendimientos de la deuda pública a diez años y del tipo swap del eonia (OIS, por sus siglas en inglés) a diez años. Las últimas observaciones corresponden al 31 de diciembre de 2020.

Pese a la recuperación de los precios con respecto a los mínimos de la pandemia, las cotizaciones de las acciones de la zona del euro se mantuvieron por debajo de los niveles registrados a principios de 2020

Tras desplomarse a mediados de marzo, las cotizaciones bursátiles experimentaron una recuperación gradual, pero continuada, como consecuencia del repunte de la actividad y del afianzamiento de las expectativas de crecimiento, respaldadas por las políticas monetaria y fiscal, y por las noticias alentadoras sobre las posibles vacunas, lo que probablemente redujo las primas de riesgo de las acciones y sostuvo las expectativas de los mercados de un repunte de los beneficios. Por tanto, esta evolución se diferenció bastante de la corrección más intensa y, sobre todo, más prolongada, que se produjo en el mercado de renta variable a raíz de la crisis financiera de 2008-2009. Al mismo tiempo, los precios de las acciones de la zona del euro mostraron distintas evoluciones sectoriales en relación con los respectivos niveles de finales de 2019. El índice amplio de los precios de las acciones de las sociedades no financieras de la zona del euro cerró el año ligeramente por encima de los niveles observados al final de 2019, mientras que las cotizaciones del sector bancario de la zona descendieron de forma más acusada y se mantuvieron alrededor de un 24 % por debajo de esas cotas (véase gráfico 12).

Gráfico 12

Índices bursátiles de la zona del euro y de Estados Unidos

(índice: 1 de enero de 2019 = 100)

Fuentes: Bloomberg, Thomson Reuters Datastream y cálculos del BCE.
Notas: Para la zona del euro se muestran los índices EURO STOXX Banks (entidades de crédito) y Datastream (sociedades no financieras), y para Estados Unidos, el S&P Banks (entidades de crédito) y Datastream (sociedades no financieras).

Las últimas observaciones corresponden al 31 de diciembre de 2020.

La financiación bancaria y la emisión de valores representativos de deuda de las sociedades no financieras aumentaron

En 2020, los flujos de financiación externa de las sociedades no financieras aumentaron con respecto al año anterior, pero se mantuvieron por debajo del máximo más reciente, registrado en 2017 (véase gráfico 13). Durante 2020, los tipos de interés de los préstamos bancarios permanecieron prácticamente estables en torno a sus mínimos históricos, en línea con la evolución de los tipos de mercado. Al mismo tiempo, se observó un crecimiento pronunciado de la financiación bancaria de las sociedades no financieras y de su emisión de valores representativos de deuda, que fue reflejo de unas necesidades de liquidez extraordinariamente elevadas a la luz de la acusada contracción económica y de las intensas caídas de las ventas y de los flujos de efectivo de las empresas. La emisión neta de acciones cotizadas fue negativa, lo que puede explicarse principalmente por una exclusión de cotización en el segundo trimestre de 2020. En cambio, la emisión neta de acciones no cotizadas y de otras participaciones fue robusta, incluso después de corregir por el impacto de la exclusión, también debido, probablemente, a las inyecciones de capital efectuadas para hacer frente a las pérdidas. Por último, el uso de otras fuentes de financiación —como los préstamos entre empresas relacionadas y el crédito comercial— se mantuvo estable, en general.

Gráfico 13

Flujos netos de financiación externa de las sociedades no financieras de la zona del euro

(flujos interanuales; mm de euros)

Fuentes: Eurostat y BCE.
Notas: «Otros préstamos» incluye préstamos de entidades distintas de IFM (otros intermediarios financieros, fondos de pensiones y empresas de seguros) y del resto del mundo. Los «préstamos de las IFM» y los «otros préstamos» están corregidos por titulizaciones y otras transferencias. «Otros» es la diferencia entre el total y los instrumentos incluidos en el gráfico, y comprende préstamos entre empresas relacionadas y crédito comercial. Las últimas observaciones corresponden al tercer trimestre de 2020.

El crecimiento monetario y de los préstamos se aceleró en respuesta a la crisis del COVID-19

El crecimiento del agregado monetario amplio aumentó de forma acusada en respuesta a la crisis del COVID-19 (véase gráfico 14), impulsado principalmente por el agregado monetario estrecho M1. Esta aceleración fue consecuencia de la acumulación de colchones de liquidez por parte de las empresas y los hogares en un contexto de mayor incertidumbre, pero también, en el caso de los hogares, de cierto ahorro forzoso, debido a las menores oportunidades de consumo. El factor impulsor de la creación de dinero fue la expansión del crédito interno, tanto del concedido al sector privado como a los Gobiernos, que en este último caso reflejó sobre todo las compras de activos por parte del Eurosistema. Las oportunas e importantes medidas adoptadas por las autoridades monetarias, fiscales y supervisoras han garantizado el flujo de crédito a la economía de la zona del euro en términos favorables.

Gráfico 14

M3 y préstamos al sector privado

(tasas de variación interanual; datos desestacionalizados y ajustados de efectos de calendario)

Fuentes: Eurostat y BCE.
Nota: Las últimas observaciones corresponden a diciembre de 2020.

La mayor percepción de riesgos de las entidades de crédito propició el endurecimiento de los criterios de concesión de los préstamos

Aunque, en general, las condiciones de financiación bancaria fueron favorables durante el año, la encuesta sobre préstamos bancarios en la zona del euro mostró que las entidades de crédito endurecieron los criterios de concesión de préstamos a empresas en la segunda mitad de 2020. Ello se debió principalmente a la mayor percepción de riesgos de las entidades asociada al impacto de la pandemia en las perspectivas de solvencia de los prestatarios. Al mismo tiempo, las entidades de crédito indicaron que las adquisiciones de activos efectuadas al amparo del programa de compra de activos y del programa de compras de emergencia frente a la pandemia, así como la tercera serie de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico —sobre todo tras los reajustes de marzo y abril—, habían contribuido a mejorar su posición de liquidez y sus condiciones de financiación en los mercados. Estas medidas, junto con las introducidas por los Gobiernos, como los avales públicos para préstamos y las moratorias, evitaron un endurecimiento más pronunciado de los criterios de aprobación.

2 Política monetaria: mantenimiento de unas condiciones de financiación favorables

El BCE relajó de forma sustancial la orientación de la política monetaria a lo largo de 2020, con el fin de contrarrestar el impacto negativo de la pandemia de COVID-19 en la economía de la zona del euro. El amplio conjunto de medidas implementadas y sus posteriores recalibraciones mitigaron la amenaza de que se produjeran restricciones de liquidez y de crédito al mantener unas condiciones holgadas de liquidez en el sistema bancario, protegieron el flujo de crédito a la economía real y preservaron el tono acomodaticio de la política monetaria evitando un endurecimiento procíclico de las condiciones de financiación. En 2020, la respuesta de la política monetaria fue crucial para estabilizar los mercados y contribuyó a hacer frente a los importantes riesgos originados por la rápida propagación del virus para el mecanismo de transmisión de la política monetaria, para las perspectivas económicas de la zona del euro y, en última instancia, para el objetivo de estabilidad de precios del BCE. El tamaño del balance del Eurosistema alcanzó un máximo histórico de 7 billones de euros en 2020, 2,3 billones de euros más que al cierre del ejercicio anterior. Al final de 2020, los activos relacionados con operaciones de política monetaria representaban el 79 % de los activos totales en el balance del Eurosistema. El marco de gestión de riesgos del BCE siguió reduciendo los riesgos asociados al elevado tamaño del balance.

2.1 La respuesta de política monetaria del BCE a la situación de emergencia generada por la pandemia fue crucial para sostener la recuperación económica y las perspectivas de inflación[14]

La respuesta inicial del BCE a la pandemia de COVID-19

El clima de cauto optimismo imperante a principios de año se vio bruscamente interrumpido por el COVID-19

La información disponible a principios de año señalaba un avance continuado, pero moderado, de la economía de la zona del euro. Pese a que la debilidad del comercio internacional seguía lastrando el crecimiento, en un contexto de incertidumbre global, la conjunción de mejoras del empleo y subidas salariales, la orientación ligeramente expansiva de las políticas fiscales en la zona del euro y el avance sostenido ―aunque algo más lento― de la actividad mundial sustentaron la economía de la zona del euro. A pesar de que la inflación continuó siendo, en general, débil, se observaron señales de un alza moderada de la inflación subyacente en línea con las expectativas. Las medidas de política monetaria adoptadas en 2019 estaban apuntalando unas condiciones de financiación favorables, contribuyendo así a la expansión económica de la zona, a la acumulación de presiones inflacionistas internas y a la convergencia de la inflación hacia el objetivo a medio plazo del Consejo de Gobierno.

En su reunión de enero de 2020, el Consejo de Gobierno decidió iniciar una revisión de la estrategia de política monetaria del BCE. Desde su última revisión de la estrategia, las economías de la zona del euro y mundial han experimentado cambios estructurales profundos. La tendencia a la baja del crecimiento, relacionada con el descenso de la productividad y el envejecimiento de la población, junto con el legado de la crisis financiera, han presionado a la baja los tipos de interés, reduciendo el margen del BCE y de otros bancos centrales para relajar la política monetaria con instrumentos convencionales frente a acontecimientos cíclicos adversos. Por otra parte, hacer frente a bajos niveles de inflación es distinto del reto histórico de abordar niveles de inflación elevados. Las amenazas para la sostenibilidad del medio ambiente, la rápida digitalización, la globalización y la evolución de las estructuras financieras han transformado en mayor medida el entorno en el que opera la política monetaria, incluida la dinámica de la inflación. Frente a estos retos, el Consejo de Gobierno decidió iniciar una revisión de su estrategia de política monetaria, respetando plenamente el mandato de estabilidad de precios del BCE consagrado en el Tratado (véase recuadro 2).

El clima de cauto optimismo imperante a principios de año se vio bruscamente interrumpido a finales de febrero por la irrupción y la propagación global del COVID-19. Aunque la magnitud y la duración de la revisión a la baja de las perspectivas de crecimiento eran inciertas, se fue haciendo evidente que la pandemia tendría un impacto importante en la economía de la zona del euro. Aunque se consideró que las disrupciones en las cadenas globales de suministro podrían ejercer algunas presiones al alza sobre la inflación de la zona del euro, se esperaba que estas se vieran dominadas por la contención de la inflación derivada de una mayor debilidad de la demanda. Además, el acusado deterioro de la percepción de riesgo provocó un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras y de financiación bancaria, lo que ―junto con la moderada apreciación del tipo de cambio del euro― amenazaba con añadir presiones a la baja sobre la inflación.

Fue necesario adoptar un amplio paquete de medidas de política monetaria

En este contexto, en su reunión de política monetaria celebrada el 12 de marzo de 2020, el Consejo de Gobierno decidió que era necesario adoptar un amplio paquete de medidas de política monetaria. El objetivo de las medidas era, por un lado, mitigar la amenaza de que se produjeran restricciones de liquidez y de crédito manteniendo unas condiciones holgadas de liquidez en el sistema bancario y facilitando el flujo de crédito a la economía real y, por otro, preservar el tono acomodaticio de la política monetaria evitando un endurecimiento procíclico de las condiciones de financiación en la economía.

En concreto, el Consejo de Gobierno decidió llevar a cabo operaciones de financiación a plazo más largo (OFPML) adicionales con un tipo de interés igual al tipo aplicable a la facilidad de depósito. Asimismo, acordó aplicar unas condiciones considerablemente más favorables a todas las operaciones de la tercera serie de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO III, por sus siglas en inglés) durante el período comprendido entre junio de 2020 y junio de 2021. El tipo de interés de las TLTRO III se redujo 25 puntos básicos, y podría ser tan bajo como el tipo de interés medio aplicable a la facilidad de depósito en el citado período menos 25 puntos básicos en todas las operaciones TLTRO III vigentes durante ese período. Además, el importe máximo total de la financiación que podrían obtener las entidades de contrapartida en las operaciones TLTRO III se incrementó hasta el 50 % de sus préstamos computables. Por lo tanto, en la práctica, las OFPML adicionales permitirían que las entidades de crédito se beneficiaran inmediatamente de unas condiciones de financiación muy favorables y proporcionarían financiación puente hasta que comenzaran a realizarse las operaciones TLTRO III recalibradas, que tenían por objeto relajar las condiciones de financiación de las entidades de manera más sostenible a fin de apoyar los flujos de crédito a los sectores afectados e impedir una contracción de la oferta de crédito.

Asimismo, el Consejo de Gobierno decidió realizar con carácter temporal compras netas de activos por valor de 120 mm de euros adicionales en el marco del programa de compra de activos (APP, por sus siglas en inglés) hasta final de año, lo que aseguraría una fuerte contribución de los programas de compras del sector privado. La limitación de la dotación adicional al año natural en curso se consideró una respuesta adecuada a una perturbación que se pensó que sería transitoria. Junto con el APP vigente, estas compras temporales estaban orientadas a sostener unas condiciones de financiación favorables para la economía real en momentos de aumento de la incertidumbre.

En la semana siguiente a la reunión de marzo de 2020 del Consejo de Gobierno, la situación empeoró significativamente por la rápida propagación del COVID-19, y casi todos los países de la zona del euro impusieron medidas de contención de amplio alcance. Los mercados financieros registraron una volatilidad extrema y se detectaron señales de graves perturbaciones como consecuencia de la falta de liquidez y de la paralización de la actividad en los mercados, así como de la creciente fragmentación. Todo ello provocó un endurecimiento acusado de las condiciones de financiación que podría haber dificultado la transmisión fluida de la política monetaria del BCE en todos los países de la zona del euro y poner en peligro la estabilidad de precios.

En vista de este rápido deterioro de la situación, el 18 de marzo de 2020, el Consejo de Gobierno decidió que era precisa una respuesta más contundente de la política monetaria para estabilizar los mercados y contrarrestar el acusado endurecimiento de las condiciones financieras. El objetivo de esta respuesta era paliar los graves riesgos originados por la pandemia para las perspectivas de la economía de la zona del euro, para el mecanismo de transmisión de la política monetaria y, en última instancia, para el objetivo de estabilidad de precios del BCE. El Consejo de Gobierno anunció las siguientes medidas adicionales.

El Consejo de Gobierno decidió poner en marcha un nuevo programa temporal de compra de valores, el programa de compras de emergencia frente a la pandemia

En primer lugar, decidió poner en marcha un nuevo programa temporal de compra de valores, el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés). En este programa, con una dotación total de 750 mm de euros, se incluirían todas las categorías de activos admisibles en el APP. Además, el Consejo de Gobierno amplió el conjunto de activos admisibles en el programa de compras de bonos corporativos (CSPP, por sus siglas en inglés) para incluir el papel comercial no financiero, con lo que podrían adquirirse instrumentos de renta fija negociables con plazo de vencimiento inicial inferior a un año si su vida residual era, como mínimo, de 28 días en el momento de la adquisición. La ampliación de los activos admisibles brindaría apoyo a la situación de financiación de las empresas, proporcionando así una ayuda crucial a una parte de la economía que estaba resultando duramente golpeada por los efectos del virus. En las compras que se realizarían en el marco del PEPP, el Consejo de Gobierno acordó también conceder una exención del cumplimiento de los requisitos de admisión a los valores de renta fija emitidos por la República Helénica. Asimismo, el Consejo de Gobierno decidió que los valores del sector público con vencimiento residual inferior a un año, pero de al menos 70 días, podrían ser adquiridos en el PEPP, debido a su carácter temporal.

El PEPP se diseñó para cumplir una doble función. En primer lugar, junto con los demás componentes del marco de la política monetaria, el objetivo de este programa era proporcionar el grado de acomodación monetaria necesario para asegurar que la estabilidad de precios a medio plazo quedara protegida, contribuyendo así a que la economía se recuperara de la crisis generada por la pandemia. En segundo lugar, las compras del PEPP se llevarían cabo con flexibilidad, permitiendo fluctuaciones en la distribución de los flujos de adquisición a lo largo del tiempo entre las distintas clases de activos y entre jurisdicciones. La flexibilidad inherente al diseño del programa garantizó que el PEPP desempeñara un papel estabilizador de los mercados con eficiencia, sobre todo en vista de la elevada incertidumbre asociada a los efectos de la pandemia observada en los distintos mercados de activos y países de la zona del euro.

Además, en esa misma reunión, el Consejo de Gobierno anunció que relajaría temporalmente los criterios aplicables a los activos de garantía ajustando los principales parámetros de riesgo del sistema de activos de garantía para asegurar que las entidades de contrapartida pudieran seguir participando plenamente en las operaciones de crédito del Eurosistema. Más en concreto, posteriormente, el Consejo de Gobierno adoptó dos paquetes de medidas temporales de flexibilización de los criterios de admisión de los activos de garantía. El primer conjunto de medidas, anunciadas el 7 de abril de 2020, tenían por objeto que las entidades de contrapartida del Eurosistema pudieran disponer de activos admisibles para participar en las operaciones de provisión de liquidez, como las TLTRO III. El 22 de abril de 2020, el Consejo de Gobierno acordó seguir aceptando activos negociables y a los emisores de dichos activos que a fecha de 7 de abril de 2020 cumplían los requisitos mínimos de calidad crediticia en el caso de que sus calificaciones crediticias se rebajaran, siempre que las calificaciones se mantuvieran por encima de un nivel determinado de calidad crediticia y todos los demás criterios de admisión se siguiesen cumpliendo. Esta medida iba dirigida a mitigar el efecto de posibles rebajas de las calificaciones sobre la disponibilidad de activos de garantía y a evitar posibles dinámicas de carácter procíclico.

Cuando se celebró la reunión de política monetaria del Consejo de Gobierno de abril de 2020, la situación económica seguía deteriorándose con rapidez mientras la actividad económica se contraía y las condiciones del mercado de trabajo empeoraban de manera perceptible. Las medidas adoptadas para contener la propagación del virus habían paralizado gran parte de la actividad económica en la zona del euro y en todo el mundo. Aunque el alcance completo y la duración de las secuelas de la pandemia en la economía todavía eran difíciles de predecir, en esos momentos era evidente que la economía de la zona del euro se encaminaba hacia un retroceso de la actividad económica a una velocidad y de una magnitud sin precedentes en la historia reciente.

El empeoramiento de las perspectivas económicas, unido a la fuerte caída de los precios del petróleo y a las menores expectativas de inflación, introdujeron importantes riesgos a la baja para las perspectivas de inflación de la zona del euro. Por consiguiente, en abril de 2020, el Consejo de Gobierno decidió seguir reforzando sus medidas de apoyo a los hogares y las empresas. En concreto, acordó relajar adicionalmente las condiciones de las TLTRO III y redujo el tipo de interés de esas operaciones durante el período comprendido entre junio de 2020 y junio de 2021, en el que se aplicaría un tipo 50 puntos básicos por debajo del tipo de interés medio aplicable a las operaciones principales de financiación del Eurosistema vigentes durante ese período. Asimismo, para las entidades de contrapartida para las que la variación neta de sus préstamos computables alcanzara el umbral de concesión de préstamos, el tipo de interés durante el período comprendido entre junio de 2020 y junio de 2021 sería 50 puntos básicos inferior al tipo de interés medio de la facilidad de depósito durante ese período. Además, el Consejo de Gobierno decidió llevar a cabo una nueva serie de operaciones de financiación a plazo más largo sin objetivo específico de emergencia frente a la pandemia (PELTRO, por sus siglas en inglés) para inyectar liquidez al sistema financiero de la zona del euro y contribuir a mantener el buen funcionamiento de los mercados monetarios ofreciendo un mecanismo eficaz de respaldo de la liquidez. Por último, a lo largo de marzo y abril de 2020, el BCE también estableció líneas swap y repo de carácter temporal con bancos centrales de países no pertenecientes a la zona del euro, y en junio de 2020 activó una facilidad repo del Eurosistema para bancos centrales (EUREP) de naturaleza temporal, con el fin de mejorar la provisión de liquidez en euros fuera de la zona y evitar efectos de retorno (spillback effects) en los mercados financieros de la zona del euro.

Recalibración de la orientación de la política monetaria en junio

La información disponible confirmó que la economía de la zona del euro estaba experimentando una contracción sin precedentes

En junio, la información disponible confirmó que la economía de la zona del euro estaba experimentando una contracción sin precedentes como resultado de la pandemia y de las medidas adoptadas para contenerla. Las graves pérdidas de puestos de trabajo y de ingresos, junto con la incertidumbre excepcionalmente elevada sobre las perspectivas económicas, se tradujeron en una caída significativa del gasto en consumo y de la inversión. Pese a que los datos procedentes de las encuestas y los indicadores en tiempo real habían mostrado signos de que la actividad económica había tocado fondo en paralelo a la retirada gradual de las medidas de contención, la mejora observada hasta ese momento fue leve en comparación con la velocidad del desplome de los indicadores en los dos meses precedentes. Aunque las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema de junio 2020 se vieron sujetas a un grado extraordinariamente elevado de incertidumbre, preveían una contracción récord de la actividad económica en el segundo trimestre del año. Se esperaba que las presiones sobre los precios siguieran siendo débiles, debido al fuerte retroceso del PIB real y al consiguiente aumento significativo de la capacidad productiva sin utilizar. Las proyecciones de junio de 2020 incluyeron una sustancial revisión a la baja tanto del nivel de actividad económica como de las perspectivas de inflación durante todo el horizonte de proyección. Concretamente, la inflación se redujo del 1,6 % previsto al final del horizonte contemplado en las proyecciones macroeconómicas del Eurosistema de diciembre de 2019, al 1,3 % en las de junio de 2020.

El Consejo de Gobierno decidió incrementar la dotación del PEPP en 600 mm de euros hasta un total de 1.350 mm de euros

En ese contexto, el Consejo de Gobierno decidió adoptar una serie de medidas de política monetaria adicionales para dar apoyo a la economía durante su reapertura gradual y salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo. En concreto, acordó incrementar la dotación del PEPP en 600 mm de euros hasta un total de 1.350 mm de euros, con el fin de ampliar el horizonte de las compras netas en el marco del programa al menos hasta el final de junio de 2021, así como seguir reinvirtiendo el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que fueran venciendo al menos hasta el final de 2022[15]. La recalibración del PEPP tenía por objeto relajar en mayor medida la orientación de la política monetaria y, de ese modo, contribuir a que las condiciones de financiación continuaran siendo favorables para todos los sectores y jurisdicciones, así como, en última instancia, asegurar el avance de la inflación hacia el objetivo del Consejo de Gobierno de forma sostenida.

Durante el verano, la información disponible señalaba un fuerte repunte de la actividad económica, debido principalmente a la relajación de las medidas de contención. Sin embargo, la recuperación fue asimétrica y más intensa en el sector de manufacturas que en el de servicios, y los niveles de actividad se mantuvieron muy por debajo de los registrados antes de la pandemia. Los bajos precios de la energía y las débiles presiones inflacionistas siguieron frenando la inflación general, en un contexto de atonía de la demanda y de holgura significativa en el mercado de trabajo.

Recalibración de la orientación de la política monetaria en diciembre

Tras un intenso repunte ―aunque parcial y desigual― de la actividad económica durante los meses de verano, la recuperación de la zona del euro fue perdiendo impulso

En otoño se fue haciendo cada vez más evidente que, tras un intenso repunte ―aunque parcial y desigual― de la actividad durante los meses de verano, la recuperación de la economía de la zona del euro estaba perdiendo impulso a una velocidad mayor de la esperada. El aumento de los contagios por COVID-19 y las medidas de contención asociadas volvieron a plantear retos para la salud pública y para las perspectivas de crecimiento de la economía mundial y de la zona del euro. La inflación continuaba en niveles muy bajos, en un entorno de atonía de la demanda y elevada holgura en los mercados de trabajo y de productos. En conjunto, los datos más recientes señalaban un impacto de la pandemia en la economía más pronunciado a corto plazo y una debilidad de la inflación más prolongada de lo previsto. En consecuencia, en octubre de 2020, el Consejo de Gobierno indicó que en su próxima reunión de diciembre de 2020 ajustaría sus instrumentos, según procediese, para responder al curso de la situación y asegurar que las condiciones de financiación continuaran siendo favorables a fin de apoyar la recuperación económica y contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de inflación proyectada.

Cuando se celebró la reunión del Consejo de Gobierno de diciembre de 2020, los datos disponibles y las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema sugerían un impacto de la pandemia en la economía más pronunciado a corto plazo y una inflación débil más prolongada de lo previsto. El recrudecimiento de la pandemia estaba restringiendo significativamente la actividad económica mundial y de la zona del euro, que se esperaba que se contrajese durante el cuarto trimestre de 2020. Se esperaba que la inflación general se mantuviera en territorio negativo durante más tiempo del previsto, los indicadores de la inflación subyacente estaban descendiendo y se preveía que las presiones inflacionistas siguieran siendo moderadas, debido a la debilidad de la demanda, a las menores presiones salariales y a la apreciación del euro durante la primavera y el verano de 2020.

En vista de las consecuencias económicas de la reactivación de la pandemia, el Consejo de Gobierno recalibró sus instrumentos de política monetaria.

El Consejo de Gobierno decidió incrementar la dotación del PEPP en 500 mm de euros hasta un total de 1.850 mm de euros

El Consejo de Gobierno decidió incrementar la dotación del PEPP en 500 mm de euros hasta un total de 1.850 mm de euros, ampliar el horizonte de las compras netas en el marco del PEPP al menos hasta finales de marzo de 2022 y seguir reinvirtiendo el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que fueran venciendo al menos hasta finales de 2023. Las compras continuarían realizándose con flexibilidad a lo largo del tiempo de acuerdo con las condiciones de mercado, entre distintas clases de activos y entre jurisdicciones, con vistas a evitar un endurecimiento de las condiciones de financiación que impidiera contrarrestar el impacto a la baja de la pandemia en la senda de inflación proyectada y respaldar la transmisión fluida de la política monetaria. El Consejo de Gobierno anunció también que, si las condiciones de financiación favorables pudieran mantenerse con unos flujos de compras de activos que no agotaran la dotación del PEPP durante el horizonte de las compras netas del programa, no sería necesario utilizarla íntegramente. Asimismo, esta dotación podría incrementarse si fuera necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables, con el fin de contribuir a paliar el efecto de la perturbación originada por la pandemia en la senda de la inflación.

Además, el Consejo de Gobierno decidió reajustar las condiciones de las operaciones TLTRO III. En concreto, anunció que ampliaría en doce meses, hasta junio de 2022, el período durante el que se aplicarían condiciones considerablemente más favorables, que efectuaría tres operaciones adicionales durante 2021 y que aumentaría el importe total que las entidades de contrapartida podrían obtener del 50 % al 55 % de sus préstamos computables.

Por último, el Consejo de Gobierno acordó extender, hasta junio de 2022, la duración de las medidas de flexibilización de los criterios de admisión de activos de garantía adoptadas en abril de 2020, realizar cuatro PELTRO adicionales en 2021, ampliar, hasta marzo de 2022, todas las líneas swap y repo de carácter temporal con bancos centrales de países no pertenecientes a la zona del euro, así como la facilidad repo para bancos centrales (EUREP), y seguir ejecutando todas las operaciones regulares de financiación mediante subastas a tipo de interés fijo con adjudicación plena en las condiciones vigentes mientras fuera necesario.

Las medidas de política monetaria adoptadas tenían por objeto contribuir a mantener unas condiciones de financiación favorables durante el período de la pandemia

En conjunto, las medidas de política monetaria adoptadas tenían por objeto seguir contribuyendo a mantener unas condiciones de financiación favorables durante el período de la pandemia, lo que apoyaría el flujo de crédito a todos los sectores de la economía, respaldaría la actividad económica y salvaguardaría la estabilidad de precios a medio plazo. Al mismo tiempo, la incertidumbre continuó siendo elevada, también en lo relativo al desarrollo de la pandemia y a las fechas de distribución de las vacunas, así como a la evolución del tipo de cambio del euro. Por ello, el Consejo de Gobierno señaló que estaba preparado para ajustar todos sus instrumentos según procediese, a fin de asegurar que la inflación avanzase hacia su objetivo de forma sostenida, en línea con su compromiso de simetría.

En síntesis, para contrarrestar el impacto negativo de la pandemia, a lo largo de 2020, la política monetaria se acomodó de forma sustancial. El amplio conjunto de medidas y sus recalibraciones posteriores fueron cruciales para estabilizar los mercados y contribuyeron a revertir el endurecimiento de las condiciones financieras observado en los primeros meses del año. Las medidas lograron contener los rendimientos de la deuda pública (véase gráfico 15), que son la base para determinar los costes de financiación de los hogares, las empresas y las entidades de crédito. También contribuyeron a que los costes de financiación de las entidades de crédito continuaran siendo muy favorables durante la pandemia (véase gráfico 16). Asimismo, garantizaron que los hogares y las empresas se beneficiaran de estas condiciones de financiación propicias, con unos tipos de interés del crédito que se situaron en mínimos históricos, el 1,32 % y el 1,46 %, respectivamente (véase gráfico 17). Por lo tanto, la respuesta de la política monetaria en 2020 aseguró unas condiciones de financiación favorables para apoyar la recuperación económica y paliar el efecto negativo de la pandemia en la senda de inflación proyectada, promoviendo así la convergencia de la inflación hacia el objetivo del Consejo de Gobierno de manera sostenida.

Gráfico 15

Variaciones en el rendimiento de la deuda pública a diez años de la zona del euro ponderado por el PIB

(puntos porcentuales)

Fuente: Cálculos del BCE.
Notas: Las últimas observaciones corresponden al 31 de diciembre de 2020. OIS: tipo swap del eonia.

Gráfico 16

Coste sintético de la financiación de la deuda de las entidades de crédito

(coste sintético de la financiación mediante depósitos y mediante deuda no garantizada; porcentajes)

Fuentes: BCE, Markit iBoxx y cálculos del BCE.
Notas: El coste sintético de los depósitos se calcula como una media de los tipos de interés de las nuevas operaciones de depósitos a la vista, depósitos a plazo y depósitos con preaviso, ponderada por los correspondientes saldos vivos. Las últimas observaciones corresponden a diciembre de 2020.

Gráfico 17

Tipos de interés sintéticos de los préstamos bancarios concedidos a las sociedades no financieras y a los hogares

(porcentajes)

Fuente: BCE.
Notas: Los tipos de interés sintéticos de los préstamos bancarios se calculan agregando los tipos a corto y a largo plazo, utilizando una media móvil de 24 meses del volumen de nuevas operaciones. Las últimas observaciones corresponden a diciembre de 2020.

2.2 Evolución del balance del Eurosistema en momentos difíciles

Desde que se inició la crisis financiera global en 2007-2008, el Eurosistema ha tomado una serie de medidas de política monetaria convencionales y no convencionales que, con el tiempo, han tenido un impacto directo en el tamaño y en la composición del balance del Eurosistema. Las medidas no convencionales han incluido operaciones de financiación con plazo de vencimiento inicial de hasta cuatro años para proporcionar financiación a las entidades de contrapartida, así como compras de activos emitidos por entidades privadas y públicas (en el marco del APP). En 2020, el BCE adoptó un amplio paquete de medidas de política monetaria complementarias en respuesta a la irrupción del COVID-19, que se sumaron a las medidas no convencionales vigentes y que tuvieron un efecto significativo en el balance del Eurosistema. En marzo de 2020, el BCE incrementó temporalmente la dotación del APP y puso en marcha el programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés). Ambos programas dieron lugar a un incremento de las carteras de activos. Además, entre marzo y abril de 2020, el BCE relajó (en dos ocasiones) las condiciones de las operaciones TLTRO III, y modificó el marco de activos de garantía y de control de riesgos. Todas estas medidas complementarias se tradujeron en un aumento considerable de la intermediación del Eurosistema[16]. En conjunto, el balance del Eurosistema siguió creciendo durante 2020 como consecuencia de estas medidas no convencionales, que proporcionaron liquidez adicional al sistema bancario por importe de 2,2 billones de euros, y al cierre del año su tamaño había alcanzado un máximo histórico de 7 billones de euros, un 49 % (2,3 billones de euros) más que al final de 2019.

Al final de 2020, las partidas del activo relacionadas con la política monetaria ascendían a 5,5 billones de euros, lo que supone el 79 % de los activos totales del balance del Eurosistema (frente al 70 % al final de 2019). Estas partidas incluyen préstamos concedidos a entidades de crédito de la zona del euro, que constituían el 26 % de los activos totales (el 13 % al final de 2019), y valores adquiridos con fines de política monetaria, que representaban alrededor del 53 % de los activos totales (frente al 56 % al final de 2019) (véase gráfico 18). El resto de activos financieros del balance eran principalmente activos en moneda extranjera y oro en poder del Eurosistema, y carteras denominadas en euros no relacionadas con operaciones de política monetaria.

En cuanto al pasivo, el importe total de las tenencias de reservas y el recurso a la facilidad de depósito de las entidades de contrapartida creció hasta situarse en 3,5 billones de euros (frente a 2 billones de euros al final de 2019) y constituía el 50 % del pasivo al final de 2020 (el 39 % al final de 2019). Los billetes en circulación aumentaron a un ritmo superior a la tendencia histórica de crecimiento, debido al fuerte incremento registrado en marzo de 2020, y suponían el 21 % del pasivo al final de 2020 (frente al 28 % al final de 2019). Otros pasivos, incluidos el capital y las cuentas de revalorización, se elevaron hasta situarse en 2,1 billones de euros (1,6 billones de euros al final de 2019) y representaban el 30 % (34 % al final de 2019) (véase gráfico 18). El crecimiento de otros pasivos tuvo su origen principalmente en el aumento de los depósitos de las Administraciones Públicas, que pasaron de 0,2 billones de euros a 0,5 billones de euros y representaron el 25 % de otros pasivos (11 % al final de 2019).

Gráfico 18

Evolución del balance consolidado del Eurosistema

(mm de euros)

Fuente: BCE.
Notas: Las cifras positivas se refieren a los activos y las negativas a los pasivos. La línea que muestra el exceso de liquidez se presenta como una cifra positiva, aunque se refiere a la suma de las siguientes partidas del pasivo: saldos en cuenta corriente por encima de las exigencias de reservas y recurso a la facilidad de depósito.

Vencimiento de las carteras del APP y del PEPP, y distribución por categorías de activos y por jurisdicciones

El APP está integrado por cuatro programas de compras de activos vigentes: el tercer programa de adquisiciones de bonos garantizados (CBPP3, por sus siglas en inglés), el programa de compras de bonos de titulización de activos (ABSPP, por sus siglas en inglés), el programa de compras de valores públicos (PSPP, por sus siglas en inglés) y el programa de compras de bonos corporativos (CSPP, por sus siglas en inglés). El PEPP se puso en marcha en 2020, y en él se aceptan todas las categorías de activos admitidos en el APP. Para las compras realizadas en el marco del PEPP se concedió una exención del cumplimiento de los criterios de admisión a los instrumentos de deuda emitidos por la República Helénica. Además, en marzo de 2020, el papel comercial emitido por entidades no financieras admisible en el CSPP se amplió para incluir valores con una vida residual de al menos 28 días.

Al final de 2020, las tenencias de valores adquiridos en el marco del APP ascendían a 2,9 billones de euros

Al final de 2020, las tenencias de valores adquiridos en el marco del APP ascendían a 2,9 billones de euros (a coste amortizado). El ABSPP representaba el 1 % (29 mm de euros) del total de las tenencias de valores del APP al cierre del año, el CBPP3, el 10 % (288 mm de euros), y el CSPP, el 9 % (250 mm de euros). Entre los programas de compra de activos del sector privado, el CSPP fue el que más contribuyó al aumento de las tenencias de valores del APP en 2020, con compras netas por importe de 66 mm de euros. En el CSPP, las adquisiciones se efectúan basándose en una cartera de referencia que refleja la capitalización de mercado del universo de bonos admisibles.

El PSPP representaba el 80 % del total de los valores mantenidos en el marco del APP

Al final de 2020, el PSPP constituía la mayor parte del APP y ascendía a 2,3 billones de euros o el 80 % del total de los valores mantenidos en el marco del APP, frente al 82 % al final de 2019. En el PSPP, la asignación de las compras por jurisdicciones se determinó en función de la clave en el capital del BCE y sobre la base de las tenencias acumuladas. Además, algunos bancos centrales nacionales (BCN) adquirieron valores emitidos por instituciones supranacionales de la UE. El vencimiento medio ponderado de las tenencias de valores del PSPP era de 7,3 años al cierre de 2020, algo más que los 7,12 años del final de 2019, con algunas variaciones entre jurisdicciones[17].

Al final de 2020, las tenencias de valores adquiridos en el marco del PEPP ascendían a 753,7 mm de euros

Al final de 2020, las tenencias de valores adquiridos en el marco del PEPP ascendían a 753,7 mm de euros (a coste amortizado). Las tenencias de bonos garantizados representaban menos del 1 % (3,1 mm de euros) del total de activos adquiridos al amparo del PEPP al final del año, las de activos del sector privado, el 6 % (43,2 mm de euros), y las de valores públicos, el 94 % (707,4 mm de euros).

En las adquisiciones de valores del sector público en el marco del PEPP, la referencia para la asignación entre jurisdicciones se determina en función de las aportaciones de los BCN al capital del BCE. Al mismo tiempo, las compras se llevaron a cabo con flexibilidad, lo que permitió que hubiera fluctuaciones en la distribución de los flujos de adquisición a lo largo del tiempo entre las distintas clases de activos y entre jurisdicciones. El vencimiento medio ponderado de los valores del sector público del PEPP era de 7 años al final de 2020, con algunas diferencias de unas jurisdicciones a otras.

El Eurosistema reinvirtió los pagos de principal de los valores adquiridos en el marco del APP y del PEPP a medida que fueron venciendo. Las amortizaciones efectuadas en el marco de los programas de compra de activos del sector privado ascendieron a 80,2 mm de euros en 2020, mientras que las realizadas en el contexto de los programas de compras de valores públicos se situaron en 229,4 mm de euros. Los activos adquiridos en el PSPP, el CSPP y el CBPP3 siguieron estando disponibles para operaciones de préstamo de valores[18], con el fin de respaldar la liquidez en los mercados de renta fija y de cesiones temporales (repos)[19]. Asimismo, los valores mantenidos en el marco del PEPP están disponibles para operaciones de préstamo de valores en las mismas condiciones que en el APP. En noviembre de 2020, el Eurosistema ajustó las condiciones de precio de sus facilidades de préstamo de valores para que fueran más favorables para las entidades de contrapartida y garantizar que sigan siendo un mecanismo de respaldo eficaz.

Evolución de las operaciones de financiación del Eurosistema

El saldo vivo de las operaciones de financiación del Eurosistema registró un incremento de 1,2 billones de euros desde el final 2019 y se situó en 1,8 billones de euros al final de 2020. Este incremento es atribuible, en gran parte, a los 1,75 billones de euros adjudicados en las operaciones de la serie TLTRO III, además de los 26,6 mm de euros adjudicados en las PELTRO. Los reembolsos voluntarios por importe de 192 mm de euros y el vencimiento de 303 mm de euros de las operaciones de la serie TLTRO II contrarrestaron en escasa medida el aumento de las operaciones de financiación vivas. A las entidades de crédito se les ofreció la oportunidad de renovar los saldos vivos de TLTRO anteriores en las operaciones TLTRO III de junio, septiembre y diciembre de 2020. El vencimiento medio ponderado de las operaciones de financiación vivas del Eurosistema pasó de alrededor de 1,2 años al final de 2019 a unos 2,4 años al final de 2020.

Las medidas de flexibilización de los criterios de admisión de los activos de garantía del BCE

Las medidas temporales de flexibilización de los criterios de admisión de los activos de garantía anunciadas por el BCE en abril de 2020 y prolongadas en diciembre de ese año fueron un elemento esencial de la respuesta de política monetaria de la institución a la pandemia. Un componente fundamental de las medidas fue la extensión temporal de la aceptación de préstamos y créditos como activos de garantía, en concreto ofreciendo la posibilidad de ampliar los marcos de préstamos adicionales (ACC, por sus siglas en inglés). Con arreglo al marco temporal revisado, los BCN pueden aceptar como garantía, entre otros, préstamos a pequeñas y medianas empresas o a autónomos que se beneficien de los programas de avales públicos relacionados con el COVID-19.

Para evitar posibles dinámicas de carácter procíclico de las rebajas de las calificaciones crediticias, el Consejo de Gobierno también decidió mantener temporalmente la aceptación de los activos negociables y de los emisores de esos activos que, a 7 de abril de 2020, cumplían los requisitos mínimos de calidad crediticia. En concreto, el Eurosistema continúa admitiendo como garantía los activos negociables aceptados en las operaciones de liquidez en la fecha de referencia, siempre que la calificación se mantenga por encima de un nivel determinado de calidad crediticia y se sigan cumpliendo todos los demás criterios de admisión.

Asimismo, el BCE decidió reducir de forma general y transitoria los recortes de valoración de los activos de garantía por un factor fijo del 20 % en todas las categorías de activos de garantía admitidos, con lo que aumentó temporalmente el nivel de tolerancia al riesgo en el balance del Eurosistema. Además, el Consejo de Gobierno acordó incrementar el límite de concentración de los bonos bancarios no garantizados del 2,5 % al 10 % y redujo el importe mínimo no armonizado de los préstamos en garantía para uso doméstico de 25.000 euros a 0 euros, con el objetivo de facilitar la utilización de préstamos a pequeñas empresas como activos de garantía. Como parte de su respuesta de política monetaria a la perturbación económica originada por la pandemia, el Consejo de Gobierno decidió también conceder una exención temporal del cumplimiento del requisito de calidad crediticia mínima a los instrumentos de deuda negociables emitidos por la República Helénica.

Los activos negociables admitidos como garantía aumentaron en 1.493 mm de euros y alcanzaron un nivel de 15.657 mm de euros al final de 2020 (véase gráfico 19). Los valores emitidos por las administraciones centrales continuaron siendo la categoría de activo más importante (8.385 mm de euros). Otras categorías incluyen bonos bancarios no garantizados (1.667 mm de euros), bonos garantizados (1.640 mm de euros) y bonos corporativos (1.872 mm de euros). Los valores emitidos por las administraciones regionales (552 mm de euros), los bonos de titulización (584 mm de euros) y los otros activos negociables (958 mm de euros) representaron, respectivamente, una proporción relativamente reducida del conjunto de activos admisibles.

Gráfico 19

Evolución de los activos de garantía admisibles

(mm de euros)

Fuente: BCE.
Notas: Los valores de los activos de garantía se expresan en términos nominales. Se muestran las medias de los datos de fin de mes para cada período.

El importe de los activos de garantía movilizados aumentó de forma considerable, de 1.543 mm de euros a 2.595 mm de euros (véase gráfico 20). Este aumento es atribuible, en gran parte, a los préstamos y créditos (incluidos los préstamos adicionales), en los que los importes utilizados como garantía se duplicaron con creces y pasaron de 378 mm de euros a 825 mm de euros. Los bonos bancarios garantizados fueron la segunda clase de activo por orden de importancia (629 mm de euros) en lo que respecta a su utilización como garantía. Los valores emitidos por las administraciones centrales (383 mm de euros) y los bonos de titulización (387 mm de euros) también constituyeron una parte importante de los activos usados como garantía. Los bonos bancarios no garantizados, la deuda pública emitida por las administraciones regionales y los bonos corporativos se emplearon en menor medida (145 mm de euros, 90 mm de euros y 78 mm de euros, respectivamente).

Gráfico 20

Evolución de los activos de garantía movilizados

(mm de euros)

Fuente: BCE.
Notas: Desde el primer trimestre de 2013, los «activos no negociables» se han dividido en «préstamos y créditos» y en «depósitos a plazo y a la vista». En el caso de los activos de garantía se muestran las medias de los datos de fin de mes para cada período, y los importes son los obtenidos después de la valoración y de la aplicación de los recortes de valoración. Para los créditos se utilizan datos diarios.

2.3 Mitigación de los riesgos financieros asociados al PEPP y al APP a través de los marcos adecuados

El APP y el PEPP son instrumentos complementarios con objetivos de política monetaria diferentes

El principal objetivo de las compras netas de activos en el marco del APP es respaldar la sólida convergencia de la inflación hacia el objetivo a medio plazo del Consejo de Gobierno. El APP se complementó con el PEPP, que tiene por objeto contrarrestar los graves riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria y para las perspectivas de la economía de la zona del euro derivados de la pandemia de COVID-19.

La eficiencia en términos de riesgo es un principio fundamental de la función de gestión de riesgos del Eurosistema

Todos los instrumentos de política monetaria, incluidas las compras simples de activos, conllevan riesgos financieros de cuya gestión y control se ocupa el Eurosistema. Cuando existen varias opciones para cumplir los objetivos de política monetaria, la opción elegida debería ser eficiente desde las perspectivas tanto operativa como del riesgo. En ese contexto, la función de gestión de riesgos del Eurosistema trata de lograr la eficiencia en términos de riesgo, es decir, alcanzar los objetivos de política monetaria con la menor cantidad de riesgo posible para el Eurosistema[20].

Las compras simples de activos requieren marcos específicos de control de riesgos

Las compras simples de activos requieren marcos específicos de control de los riesgos financieros que dependen de los objetivos concretos de política monetaria y de las características y los perfiles de riesgo de las categorías de activos involucrados. Cada uno de estos marcos está integrado por criterios de admisión, sistemas de evaluación del riesgo de crédito y procedimientos de diligencia debida, sistemas de valoración, carteras de referencia y límites. Los marcos de control de los riesgos del APP y del PEPP se aplican a las adquisiciones de activos adicionales, a la reinversión del principal de los valores que van venciendo y a las tenencias de valores adquiridos mientras estén en el balance del Eurosistema.

Los marcos de control de riesgos no solo sirven para mitigar los riesgos financieros, sino que también contribuyen a la consecución de los objetivos de política monetaria dirigiendo las compras de activos, tanto como sea posible en consonancia con el objetivo establecido, hacia una asignación diversificada y neutral para el mercado. Además, al diseñar los marcos de control de riesgos también se tienen en cuenta riesgos no financieros como los riesgos legales, operacionales y reputacionales.

A continuación se describen los marcos actuales de control de los riesgos financieros que rigen la ejecución del APP y del PEPP[21]. En el cuadro 1 se presenta un resumen de los principales elementos de los marcos aplicables.

Cuadro 1

Principales elementos de los marcos de control de riesgos del APP y del PEPP

Fuente: BCE.
Notas: ABS se refiere a los bonos de titulización de activos, CAC a las cláusulas de acción colectiva, y CQS al nivel o categoría de calidad crediticia en la escala de calificación armonizada del Eurosistema (véase el sistema de evaluación del crédito del Eurosistema).
1) Los ABS con calificación inferior a la categoría 2 de calidad crediticia deben cumplir requisitos adicionales, entre ellos, los siguientes: i) no pueden utilizarse préstamos dudosos para respaldar el ABS en el momento de la emisión ni añadirse durante la vida del ABS, ii) los activos que generan flujos financieros que respaldan los ABS no deben estar estructurados, sindicados o apalancados, y iii) deben contener disposiciones que garanticen la continuidad del servicio de administración de los activos titulizados.

2) Véase la página «Implementation aspects of the public sector purchase programme (PSPP)» en el sitio web del BCE.

Criterios de admisión en las compras simples de activos

Los criterios de admisión se aplican a todas las categorías de activos

En principio, en las compras simples de activos únicamente son admisibles activos negociables aceptados como garantía en las operaciones de crédito del Eurosistema. Los criterios de admisión de los activos de garantía en dichas operaciones están establecidos en el marco general de instrumentos de política monetaria. Entre otros, los activos admisibles deben cumplir criterios de alta calidad crediticia, en concreto, han de tener al menos una calificación crediticia[22] otorgada por una agencia externa de evaluación de crédito (ECAI, por sus siglas en inglés) aceptada en el sistema de evaluación del crédito del Eurosistema (ECAF, por sus siglas en inglés) que corresponda a la categoría 3 de calidad crediticia en la escala de calificación armonizada del Eurosistema o a una categoría superior (categorías 1 y 2 de calidad crediticia). En el caso de los instrumentos de deuda negociables emitidos por la República Helénica, se ha concedido una exención temporal del cumplimiento de este requisito aplicable a las compras que se realicen en el marco del PEPP y de las medidas de emergencia para flexibilizar los criterios de admisión de los activos de garantía que se adoptaron en respuesta a la pandemia de COVID-19. Además, los activos han de estar denominados en euros y deben emitirse y liquidarse en la zona del euro.

Además de los criterios de admisión anteriormente indicados, se aplican otros criterios específicos en función del programa de compras. Por ejemplo, en el PSPP, el CSPP y el PEPP existen restricciones al vencimiento mínimo y máximo. En el caso del CSPP, no pueden adquirirse activos emitidos por entidades de crédito o por emisores cuya matriz sea una entidad de crédito. Asimismo, en el CSPP, el CBPP3 y el ABSPP, los activos emitidos por entidades de liquidación ordenada y por sociedades de gestión de activos quedan excluidos de las compras. En el CBPP3, los valores deben cumplir las condiciones necesarias para su aceptación como activos de garantía de uso propio en las operaciones de crédito del Eurosistema, es decir, pueden ser utilizados como garantía por la entidad de crédito emisora[23]. En el caso de los bonos de titulización de activos, los deudores de los respectivos activos deben estar ubicados principalmente en la zona del euro.

Evaluaciones del riesgo de crédito y procedimientos de diligencia debida

Se llevan lleva a cabo de forma continuada evaluaciones del riesgo de crédito y procedimientos de diligencia debida

En los programas de compra de activos del sector privado, el Eurosistema lleva a cabo de forma continuada evaluaciones del riesgo de crédito y procedimientos de diligencia debida adecuados al conjunto de valores susceptibles de ser adquiridos. Los marcos de seguimiento se establecen empleando ciertos indicadores de riesgo. Estas evaluaciones y procedimientos siguen el principio de proporcionalidad, según el cual los activos de mayor riesgo se someten a un análisis más exhaustivo. En caso necesario pueden aplicarse medidas adicionales de gestión de los riesgos, también sujetas al principio de proporcionalidad, en concreto, limitaciones o la suspensión de las compras y, en casos extraordinarios, incluso ventas de activos, que requieren una valoración caso por caso por parte del Consejo de Gobierno.

Sistemas de valoración

Los sistemas de valoración garantizan que las compras de activos se realicen a precios de mercado

Los sistemas de valoración del APP y del PEPP garantizan que las compras de activos se realicen a precios de mercado, con el fin de minimizar las distorsiones en los mercados y contribuir a alcanzar la eficiencia en la gestión de riesgos. Estos sistemas tienen en cuenta los precios de mercado disponibles, la calidad de los precios y los valores razonables. También se llevan a cabo comprobaciones ex post para determinar si los precios de las operaciones a los que se realizaron las compras reflejaban los precios de mercado en la fecha de las operaciones.

En todos los programas de compra de activos se pueden adquirir instrumentos de deuda con rentabilidad negativa a vencimiento, incluidos, en la medida en que sea necesario, aquellos con rendimientos inferiores al tipo de interés de la facilidad de depósito.

Carteras de referencia

Se utilizan carteras de referencia para asegurar la diversificación

Se utilizan carteras de referencia para asegurar la diversificación y contribuir a mitigar los riesgos. En los programas de compra de activos del sector privado, la composición de estas carteras se guía por la capitalización de mercado del conjunto de activos que pueden adquirirse, es decir, los saldos vivos nominales de los activos admisibles que cumplan determinadas consideraciones de riesgo. En el caso de los valores del sector público adquiridos en el marco del PSPP y el PEPP, la clave de capital del BCE guía la asignación de las compras entre las distintas jurisdicciones sobre la base de las tenencias acumuladas. En cualquier caso, las adquisiciones efectuadas en el contexto del PEPP se llevan a cabo con flexibilidad, lo que permite que haya fluctuaciones en la distribución de los flujos de adquisición a lo largo del tiempo entre las distintas categorías de activos y entre jurisdicciones.

Límites

Los límites por emisión y por emisor son una herramienta eficaz para limitar la concentración de riesgos

En el APP se aplican marcos de límites. La calibración de los límites por emisión y por emisor[24] tiene en cuenta consideraciones de política monetaria, operacionales, legales y relativas a la gestión de los riesgos. Los límites se ajustan en función de la categoría de activos, diferenciando entre activos del sector público y del sector privado. Al anunciar el PEPP, el Consejo de Gobierno aclaró que en la medida en que algunos de los límites autoimpuestos pudieran obstaculizar las actuaciones que el Eurosistema debe llevar a cabo para cumplir su mandato, el Consejo de Gobierno consideraría revisarlos, en la medida necesaria, con el fin de que sus actuaciones resulten proporcionadas a los riesgos que afronta.

En el PSPP se aplican límites por emisión y por emisor para salvaguardar el correcto funcionamiento de los mercados y la formación de precios, garantizar la proporcionalidad, limitar la concentración de riesgos y velar por que el Eurosistema no se convierta en el principal acreedor de los Gobiernos de los países de la zona del euro. En el caso de la deuda supranacional, el límite por emisión es el 50 % del saldo vivo de los valores emitidos. Para los demás valores admitidos en este programa, el límite por emisión se ha fijado en el 33 % del saldo vivo de los valores emitidos, sujeto a una verificación, caso por caso, de que las compras no conduzcan a una situación en la que el Eurosistema tenga una minoría de bloqueo a efectos de las cláusulas de acción colectiva. En caso contrario, el límite por emisión es el 25 %. Para los valores emitidos por instituciones supranacionales, el límite por emisor se ha fijado en el 50 % del saldo vivo de los activos admisibles emitidos por la institución respectiva, y para los demás emisores admisibles, en el 33 %.

En el caso del ABSPP, el CBPP3 y el CSPP, el límite por emisión a las tenencias del Eurosistema es el 70 %. En el CSPP se aplican límites por emisión más bajos en casos específicos, por ejemplo, a los valores emitidos por empresas públicas, que reciben un tratamiento coherente con el aplicado en el PSPP. Aparte de los límites por emisión, en el CBPP3 y el CSPP se aplican límites por emisor. En el CSPP, estos límites se definen con arreglo a una cartera de referencia basada en la capitalización de mercado del grupo emisor, con el fin de garantizar la diversificación en la asignación de las adquisiciones. Además, se pueden aplicar límites más bajos si se considera necesario en función del resultado de la evaluación del riesgo de crédito y de los procedimientos de diligencia debida, como se ha explicado anteriormente.

Recuadro 2
La revisión de la estrategia de política monetaria del BCE

Una estrategia de política monetaria parte de los objetivos adoptados por las autoridades monetarias o asignados a dichas autoridades, establece cómo lograr estos objetivos y hace referencia al conjunto adecuado de instrumentos, indicadores y objetivos intermedios de política monetaria. Dicha estrategia persigue dos propósitos básicos: en primer lugar, proporciona a los responsables de formular la política monetaria un marco analítico coherente en el que la evolución económica real o esperada guía las decisiones de política monetaria y, en segundo lugar, sirve también de vehículo de comunicación con el público. Si la estrategia de política monetaria se analiza durante un período de tiempo prolongado, se observa que siempre ha ido evolucionando en línea con los avances teóricos y empíricos y con la experiencia, pero que también ha reflejado los principales retos de política económica del momento.

Los principales pilares de la estrategia de política monetaria actual del BCE se basan en la estrategia inicial orientada a la estabilidad de precios que la institución anunció en 1998 y que ajustó en la última revisión de la estrategia realizada en 2003[25]. Esta estrategia está diseñada para preservar la estabilidad de precios en la zona del euro, cumpliendo así el mandato encomendado al Sistema Europeo de Bancos Centrales en el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea. La asignación del objetivo primordial de la estabilidad de precios a un banco central independiente responde al convencimiento de que una política monetaria que mantiene dicha estabilidad de forma creíble y duradera será la que más contribuirá, en general, a mejorar las perspectivas económicas y los niveles de vida.

Desde la última revisión de la estrategia por parte del BCE en 2003 se han producido cambios profundos en la economía mundial y en la de la zona del euro. La pasada década se caracterizó por una disminución persistente de la inflación y de los tipos de interés de equilibrio, reflejo de la influencia secular y aún presente de la globalización, la digitalización y el envejecimiento de la población, que se ha visto reforzada por el legado de la crisis financiera. La existencia de tipos de interés ultrarreducidos ha hecho que a los bancos centrales les resulte más difícil relajar la política monetaria cuando la inflación se sitúa por debajo del objetivo y el crecimiento económico es débil. La aplicación de tipos de interés oficiales negativos ha llevado al BCE y a otros bancos centrales a un contexto en el que estos tipos se sitúan próximos a su límite inferior efectivo, y si se aplican nuevos recortes de los tipos por debajo de ese límite, podrían perder su capacidad para proporcionar un estímulo económico adicional. En este entorno, muchos bancos centrales, como el BCE, han ampliado su conjunto de instrumentos de política monetaria, por ejemplo, mediante la puesta en marcha de programas de compras de activos y la introducción de nuevas operaciones de financiación a largo plazo del sector bancario. Por último, y no menos importante, el cambio climático ha surgido recientemente como una amenaza inquietante y generalizada para el bienestar económico y social futuro en todo el mundo, y sus posibles implicaciones para la política monetaria todavía están por dilucidar.

En este contexto, el Consejo de Gobierno inició la revisión de su estrategia en enero de 2020 con el objetivo de analizar exhaustivamente los factores que están impulsando todos estos cambios estructurales y de considerar si el BCE debe ajustar su estrategia de política monetaria, y de qué manera, con el fin de asegurar que siga siendo adecuada para su fin. En la revisión se respeta el mandato asignado por el Tratado. La pandemia ha supuesto un ligero retraso en este proceso de revisión, que se espera que concluya en la segunda mitad de 2021.

Proceso de revisión y alcance

En principio, la revisión de la estrategia abarca todos los temas relevantes de la política monetaria del BCE en el marco de su mandato. Los elementos pueden agruparse en función del objetivo primordial de la institución y de otras consideraciones relevantes. En lo que respecta al objetivo primordial, los aspectos que deben analizarse y discutirse son los siguientes: ¿Cuál es la mejor forma de medir la inflación? ¿Qué factores determinan la evolución de la inflación? ¿Cuál es el grado de eficacia y eficiencia de los instrumentos de política monetaria del BCE ―tanto individualmente como en su conjunto― para orientar la inflación hacia su objetivo? ¿Cómo se debe cuantificar el objetivo de estabilidad de precios? ¿Cuál es la mejor forma de comunicar la política monetaria? En cuanto a otras consideraciones relevantes, la cuestión principal es en qué medida y en qué condiciones la política monetaria también puede tener en cuenta la evolución de la economía real (es decir, el ciclo económico y las condiciones de empleo), los riesgos para la estabilidad financiera y consideraciones relativas a la sostenibilidad medioambiental (cambio climático) cuando se aplica una política orientada a la estabilidad de precios. En este contexto, la revisión cubre asimismo la interacción de la política monetaria con las políticas fiscal y macroprudencial. Para comprender mejor todas estas cuestiones clave, el BCE ha establecido trece líneas de trabajo (véase figura A) en las que expertos del Eurosistema ―tanto del BCE como de los bancos centrales nacionales (BCN)― están colaborando estrechamente, con el fin de elaborar juntos el análisis que sirva de apoyo en las deliberaciones del Consejo de Gobierno.

Figura A

Líneas de trabajo para la revisión de la estrategia del BCE

Fuente: BCE.

Escuchar: un elemento clave del proceso de revisión

Con el fin de garantizar que su estrategia de política monetaria sea entendida con carácter general y apoyada, el BCE invitó a una extensa variedad de interesados a que dieran su opinión sobre el proceso de revisión de la estrategia. A tal fin, el BCE organizó una serie de encuentros y actividades de escucha. La revisión de la estrategia ocupó un lugar destacado en los intercambios regulares y ad hoc con miembros del Parlamento Europeo. También se organizaron sesiones específicas con académicos, y la revisión de la estrategia fue un tema clave en numerosas conferencias y seminarios ―entre ellos el ECB Forum on Central Banking, un foro de alto nivel presidido por el BCE― que contaron con la participación de expertos del mundo académico, agentes del mercado, representantes de bancos centrales y de los medios de comunicación.

Los ciudadanos tuvieron la oportunidad de expresar su opinión al través del portal «El BCE te escucha». A lo largo de ocho meses se recabaron las opiniones de unas 4.000 personas, que se recopilaron en un informe y se enviaron al Consejo de Gobierno para su consideración. Entre los temas abordados por los ciudadanos se incluyeron la estabilidad de precios y su significado en la vida cotidiana, y un amplio conjunto de cuestiones económicas, desde la desigualdad, el ahorro y las pensiones, pasando por el desempleo y la precariedad laboral, hasta las perspectivas económicas y el cambio climático.

La revisión de la estrategia también sirvió de impulso para potenciar en mayor medida las relaciones del BCE con organizaciones no gubernamentales. En este sentido, el primer encuentro de la serie «El BCE te escucha» se celebró el 21 de octubre de 2020 y contó con la participación de Christine Lagarde, presidenta del BCE, y de Philip R. Lane, miembro del Comité Ejecutivo. En este encuentro virtual participaron 22 representantes de 18 organizaciones de la sociedad civil activas en nueve sectores. Varias de estas organizaciones señalaron que la actual crisis constituye una oportunidad para revisar la estrategia de política monetaria del BCE tomando en consideración las preocupaciones del público y de la sociedad civil. En el sitio web del BCE puede consultarse un resumen de las opiniones de las organizaciones de la sociedad civil. Los comentarios recibidos, junto con las aportaciones realizadas en otras iniciativas de escucha, se están teniendo en cuenta en las deliberaciones del Consejo de Gobierno.

El BCE y los BCN seguirán organizando encuentros de escucha a lo largo del proceso de revisión de la estrategia, pero también posteriormente, con el objetivo de involucrar a todos los interesados y garantizar un conocimiento general de la nueva estrategia de política monetaria que resultará de dicho proceso.

3 El sector financiero europeo: afrontar el aumento de los riesgos debido a la pandemia

El entorno de la estabilidad financiera se vio afectado significativamente por la propagación de la pandemia de COVID-19 durante 2020. Esta pandemia no fue solo una crisis de salud pública, sino que provocó también un aumento acusado de las vulnerabilidades para la estabilidad financiera en los distintos mercados y sectores. Los bancos centrales, los Gobiernos y otras autoridades adoptaron amplias medidas de apoyo que ayudaron a contener los riesgos inmediatos para la estabilidad financiera. No obstante, las vulnerabilidades a medio plazo continuaron siendo elevadas, destacando una creciente vulnerabilidad frente a correcciones de los precios de los activos, mayores dificultades de las empresas, los hogares y los Gobiernos para atender el pago de la deuda, un deterioro adicional de la rentabilidad bancaria, y los riesgos de crédito y de liquidez para las entidades financieras no bancarias. En este entorno, el BCE actuó para mitigar las perturbaciones financieras derivadas de la pandemia. En concreto, las medidas de política macroprudencial se centraron en mantener el flujo de crédito a la economía, mientras que las medidas microprudenciales de la Supervisión Bancaria del BCE se focalizaron en mitigar el impacto de la crisis y en promover la resiliencia del sector bancario europeo. En 2020, el BCE continuó contribuyendo a cuestiones estructurales, como la culminación de la unión de los mercados de capitales y afrontar los retos crecientes que el riesgo climático puede generar para el sistema financiero de la zona del euro.

3.1 El entorno de la estabilidad financiera en 2020

Retos en el entorno de la estabilidad financiera para las entidades de crédito y las entidades financieras no bancarias

La pandemia de coronavirus amplificó las vulnerabilidades existentes para la estabilidad financiera que el BCE había identificado en años anteriores. La pandemia, la incertidumbre en torno a su evolución futura y su impacto en las perspectivas económicas, así como el endeudamiento de los Gobiernos, las empresas y los hogares, fueron los factores principales que influyeron en los riesgos para la estabilidad financiera en 2020. El impacto económico de la crisis en la zona del euro ha sido muy significativo, con efectos dispares en el crecimiento del valor añadido entre los distintos sectores y países, en un contexto de incremento pronunciado de la deuda de las empresas y soberana, en particular en aquellos países que previamente ya tenían niveles de deuda elevados. La recuperación desigual entre sectores y países aumentó los riesgos de fragmentación. Las entidades de crédito también afrontaron mayores riesgos, que reflejaron las perspectivas de deterioro de la calidad de los activos asociadas a la caída de la actividad económica. Fuera del sector bancario, en marzo, los fondos de inversión, incluidos los fondos del mercado monetario, registraron salidas de fondos de una magnitud no observada desde la crisis financiera global, lo que amplificó las turbulencias en los mercados. Los fondos habían ido incrementando su vulnerabilidad a salidas a gran escala, ya que se habían inclinado por activos de mayor riesgo y más ilíquidos durante los últimos años, animados por el entorno de baja rentabilidad. Las empresas de seguros también intentaron impulsar sus rendimientos en un contexto particularmente difícil, caracterizado por tipos de interés reducidos y un aumento de los siniestros provocados por la pandemia.

Se identificaron cuatro vulnerabilidades principales para la estabilidad financiera

A corto plazo, los riesgos para la estabilidad financiera resultantes de la pandemia se contuvieron mediante la rápida adopción de numerosas políticas de apoyo. La adopción de medidas para contener el impacto de la pandemia sobre la economía y la estabilidad financiera es tan importante como la gestión de la retirada de este apoyo. En 2020, el BCE identificó cuatro vulnerabilidades principales para la estabilidad financiera de la zona del euro en los dos próximos años, que se describieron en su informe semestral Financial Stability Review (véase figura 1):

Figura 1

Principales vulnerabilidades para la estabilidad financiera de la zona del euro

Fuente: BCE.
Notas: Análisis de la estabilidad financiera a 25 de noviembre de 2020. ROE: rentabilidad de los recursos propios.

  • En primer lugar, la fortaleza de los precios de los activos y la renovada asunción de riesgos hicieron que algunos mercados aumentaran su vulnerabilidad a correcciones. Tras las turbulencias de marzo, los mercados financieros registraron un repunte notable y desigual durante el verano, que contrastó con los débiles fundamentos económicos, posiblemente debido a que los inversores dieron más importancia a la mayor contención de los riesgos económicos a la baja a medida que avanzaba el año y a la implementación de medidas económicas de apoyo. En particular, el dinamismo de algunos mercados de renta variable generó cierta preocupación por la posible disociación de los fundamentos económicos subyacentes. Los diferenciales de crédito retrocedieron a los niveles previos a la pandemia en todo el abanico de calificaciones y se mantuvieron ajustados dadas las perspectivas económicas, especialmente en el segmento de alta rentabilidad del mercado de renta fija privada.
  • En segundo lugar, aumentaron las vulnerabilidades en los sectores público y privado no financiero. Los Gobiernos de la zona del euro desplegaron una amplia gama de medidas de apoyo fiscal en respuesta a la pandemia que acarrearon considerables déficits presupuestarios en 2020. Al mismo tiempo, las empresas utilizaron las líneas de crédito y emitieron grandes volúmenes de bonos para satisfacer las necesidades de liquidez. Por tanto, los niveles más elevados de deuda soberana y corporativa podrían generar nueva inquietud acerca de la sostenibilidad de la deuda en el futuro. Los balances de los hogares se vieron afectados moderadamente por la pandemia gracias a los programas públicos de apoyo a las rentas. Sin embargo, una retirada repentina de las medidas podría reducir la capacidad de este sector para atender el pago de su deuda y debilitar aún más los fundamentos, ya frágiles, de las empresas. El riesgo de una corrección en los mercados de inmuebles residenciales y comerciales también se elevó durante 2020, con signos cada vez más visibles de sobrevaloración en la zona del euro en su conjunto, y una caída brusca y sostenida de la actividad en el mercado inmobiliario comercial.
  • En tercer lugar, las entidades de crédito de la zona del euro se enfrentaron a una combinación de creciente preocupación por la calidad de los activos, persistencia de los problemas estructurales y continuación de las presiones sobre la rentabilidad. Se esperaba que la rentabilidad bancaria siguiera siendo débil y que solo se recuperara de manera muy gradual hasta situarse en los niveles registrados antes del estallido de la pandemia. Además, en 2020 se observaron los primeros indicios de un deterioro de la calidad de los activos, que, en última instancia, darán lugar a pérdidas crediticias y préstamos dudosos.
  • En cuarto lugar, las vulnerabilidades en el sector financiero no bancario continuaron creciendo debido a la renovada asunción de riesgos. Después de que los fondos de inversión de la zona del euro volvieran a recibir entradas de fondos, redujeron la proporción de activos líquidos y aumentaron sus exposiciones a la deuda corporativa no financiera de menor calificación y a más largo plazo. Esta estrategia los hizo vulnerables a grandes salidas de fondos si se produjeran turbulencias en el futuro. Al mismo tiempo, las empresas de seguros se enfrentaron a problemas de rentabilidad derivados de los menores volúmenes de suscripciones y de las mayores provisiones para siniestros como consecuencia de la pandemia y a un número relativamente elevado de catástrofes naturales en 2020.

La posibilidad de que estas vulnerabilidades se materialicen de forma simultánea y se amplifiquen mutuamente exacerba los riesgos para la estabilidad financiera.

No hay que olvidar los riesgos a más largo plazo

En 2020, el BCE también señaló otras vulnerabilidades más allá del corto y del medio plazo que podrían tener un impacto negativo en el sector financiero, entre las que cabe destacar los riesgos para la estabilidad financiera derivados del cambio climático (véase recuadro 3) y los riesgos operacionales vinculados a las vulnerabilidades cibernéticas.

Recuadro 3
El BCE y el cambio climático

Abordar los retos asociados al impacto del cambio climático se ha convertido en una prioridad esencial de las autoridades de todo el mundo, incluidos los bancos centrales. Las posibles consecuencias de los riesgos físicos y de transición derivados del cambio climático son amplias y, por tanto, afectan a una gran variedad de áreas de trabajo, también en el BCE y en la Supervisión Bancaria del BCE. El BCE está estudiando todas las vías posibles para contribuir a limitar los riesgos relacionados con el cambio climático en el marco de su mandato. En este contexto, recientemente ha creado un centro sobre el cambio climático que definirá y dirigirá la agenda climática del BCE, teniendo en cuenta todas las perspectivas relevantes para la banca central.

Contribución del BCE a los debates de políticas sobre el cambio climático

El personal del BCE realiza un seguimiento detallado del impacto del cambio climático desde múltiples ángulos. Se ha empezado a trabajar en la incorporación de los riesgos climáticos a los modelos y métodos de previsión del BCE, y a evaluar sus consecuencias para la ejecución de la política monetaria y para la estabilidad financiera, así como sobre las propias carteras de inversión del BCE. Los bonos verdes han cobrado importancia en los programas de compras de activos del BCE, y los nuevos tipos de instrumentos financieros relacionados con el clima se están analizando atentamente. Los supervisores también están en contacto activo con las entidades de crédito para concienciarlas sobre los riesgos derivados del cambio climático y asegurarse de que los consideren y gestionen adecuadamente en sus estrategias. Con este trasfondo, en este recuadro se presentan las principales áreas de trabajo del BCE en relación con este tema transversal, es decir, las áreas básicas de estabilidad financiera y política prudencial, análisis macroeconómico y política monetaria, operaciones en los mercados financieros y gestión de riesgos, infraestructuras del mercado financiero y pagos, estudios y estadística, así como regulación financiera y políticas de la UE. Asimismo, se describen las actividades más importantes que se están llevando a cabo internamente, en el Eurosistema y en foros internacionales, y se destaca también el trabajo que queda por delante, así como los principales retos en los que se centrarán los expertos del BCE en los próximos años.

En relación con la estabilidad financiera, el BCE está trabajando con el Comité de Estabilidad Financiera del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC), en estrecha colaboración con la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), en el seguimiento y la evaluación del riesgo climático. Esta labor se basa en un primer año de trabajo, cuyos resultados se publicaron en un informe de la JERS en junio de 2020. En su segundo año, el equipo del proyecto pretende desarrollar un conjunto de indicadores de seguimiento del riesgo (risk monitoring dashboard) para intermediarios financieros, así como explorar nuevos enfoques de modelización para reflejar las disyuntivas a largo plazo asociadas a los riesgos climáticos. Las exposiciones de los intermediarios financieros a riesgos relacionados con el clima continuaron siendo objeto de análisis en recuadros específicos del informe sobre estabilidad financiera (Financial Stability Review) del BCE. La institución también está desarrollando una prueba de resistencia top-down centrada en el riesgo climático en el conjunto de la economía, que se basa en información extremadamente detallada sobre la vulnerabilidad de las empresas a los riesgos climáticos y las exposiciones de las entidades de crédito. Este ejercicio se tendrá en cuenta en el debate público sobre la importancia de los riesgos de transición y físicos en los próximos 30 años utilizando escenarios prospectivos, y también sentará las bases de las posibles medidas de política macroprudencial en este ámbito.

La Supervisión Bancaria del BCE publicó la Guía sobre riesgos relacionados con el clima y medioambientales en noviembre de 2020, en la que presenta sus expectativas supervisoras en el marco prudencial vigente. La guía describe cómo espera el BCE que las entidades consideren los riesgos relacionados con el clima y medioambientales al formular e implementar su estrategia de negocio y sus marcos de gobernanza y de gestión de riesgos. También explica cómo espera el BCE que las entidades aumenten su transparencia mejorando su comunicación de información en relación con el clima y el medio ambiente. Asimismo, el BCE analizó la información sobre estos riesgos presentada por todas las entidades sujetas a su supervisión directa. Aunque ha habido cierta mejora desde el año anterior, en el informe se concluye que dicha información está escasamente respaldada por datos cuantitativos y cualitativos relevantes, y que la mayoría de las entidades aún no presenta información completa sobre su perfil de riesgo.

Además, el BCE está trabajando en el impacto macroeconómico de los riesgos climáticos y, en particular, en la investigación de los riesgos macroeconómicos derivados directamente del cambio climático y de las políticas destinadas a la mitigación y adaptación a los riesgos relacionados con el clima. Los expertos del BCE también están evaluando la necesidad de adaptar los modelos y las proyecciones macroeconómicos que respaldan las decisiones de política monetaria. La institución ha analizado las repercusiones macroeconómicas del cambio climático para la ejecución de la política monetaria. El análisis se centró en las implicaciones del cambio climático y de las políticas de transición asociadas para: i) la transmisión de la política monetaria y la provisión de crédito; ii) el tipo de interés natural y el espacio de la política monetaria, y iii) la ejecución de la política monetaria en un entorno de mayor intensidad y volatilidad de las perturbaciones macroeconómicas. En el contexto de la revisión de la estrategia de política monetaria también se ha prestado atención a cómo podría afectar el cambio climático a la ejecución de la política monetaria, teniendo en cuenta el mandato de mantener la estabilidad de precios y de apoyar las políticas económicas generales en la Unión, con el fin de contribuir a la consecución de los objetivos de la Unión previstos en el artículo 3 del Tratado de la Unión Europea. Además, el artículo 11 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea establece que las exigencias de la protección del medio ambiente deberán integrarse en la definición y en la realización de las políticas y acciones de la Unión, en particular con objeto de fomentar un desarrollo sostenible.

El BCE también está reflexionando sobre cómo abordar las consideraciones relativas al cambio climático en los marcos de aplicación de la política monetaria y de gestión del riesgo del Eurosistema. Este análisis gira en torno a la mejora de la información disponible sobre la exposición de los agentes económicos a los riesgos y oportunidades relacionados con el cambio climático. No obstante, los datos actualmente disponibles no son coherentes, no son comparables en gran parte y, en ocasiones, no son fiables. Por tanto, el BCE ha pedido que la información que se divulgue sobre el clima esté más estandarizada y extendida. En este contexto, el BCE, como usuario de las calificaciones crediticias, también está interesado en entender cómo se incorporan los riesgos relacionados con el cambio climático a los respectivos procesos de calificación. Aunque se reconoce que las agencias de calificación crediticia han tomado algunas medidas para incorporar los riesgos medioambientales a sus calificaciones, todavía hay un margen significativo de mejora, especialmente en relación con la divulgación de información sobre la relevancia y materialidad de los riesgos del cambio climático en las calificaciones crediticias.

En su fondo de pensiones para empleados, gestionado pasivamente por dos sociedades gestoras de activos externas, el BCE sigue una política amplia de inversión sostenible y responsable (ISR) basada en la exclusión selectiva y el voto por delegación, que incorpora criterios medioambientales, sociales y de gobernanza. En 2020, todos los índices de referencia convencionales de las carteras de renta variable del fondo de pensiones para empleados se sustituyeron por sus equivalentes bajos en carbono, lo que redujo significativamente la huella de carbono de dichas carteras. De cara al futuro, el BCE pretende estudiar la posible ampliación de los índices bajos en carbono a los activos de renta fija. En su cartera de fondos propios, el BCE aplica una estrategia temática de ISR cuyo objetivo es aumentar la proporción de valores verdes. Esta estrategia se está implantando progresivamente mediante compras directas de bonos verdes en los mercados secundarios que se complementará con exposiciones obtenidas a través de otros vehículos de inversión.

Para realizar un análisis bien fundamentado de los temas relacionados con el cambio climático y los riesgos asociados relevantes para la actividad de banca central es imprescindible contar con estadísticas y datos relacionados con el clima que sean de alta calidad. Para abordar esta necesidad, el Comité de Estadísticas del SEBC preparó un resumen sistemático de las fuentes de datos actuales, de las necesidades de los usuarios, de los retos metodológicos y de las lagunas de datos que es preciso cubrir. En un entorno de cambios en las necesidades de los usuarios, el trabajo estadístico se centrará, en primer lugar, en desarrollar un conjunto de indicadores, inicialmente con carácter experimental, que den cobertura a los instrumentos financieros verdes, la huella de carbono de las entidades financieras y sus exposiciones a los riesgos físicos relacionados con el clima.

Los expertos del BCE llevan a cabo cada vez más proyectos de investigación en el ámbito del cambio climático. Algunos trabajos de investigación ya se han publicado en la serie de documentos de trabajo (Working Paper Series) del BCE, entre los que figuran un estudio del impacto de los desastres naturales en la inflación[26], un análisis del papel de los mercados financieros en la transición verde[27], un estudio del diseño óptimo de los impuestos sobre el carbono[28] y un análisis de la relación entre los contagios por COVID-19 y las características medioambientales locales[29]. Entre los trabajos de investigación en curso se incluyen un análisis de las exposiciones al riesgo de los grandes bancos, el papel de las entidades de crédito en la aceleración del cambio climático, la fijación del precio de los bonos verdes, el efecto del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE en la contaminación de las empresas, la laguna en materia de seguros frente al cambio climático, el impacto del cambio climático en los precios de las acciones y el efecto de los impuestos sobre el carbono en la descarbonización.

En relación con las infraestructuras del mercado financiero (IMF) y los pagos, el BCE, en colaboración con otros bancos centrales nacionales (BCN) de la zona del euro, puso en marcha dos líneas de trabajo: la primera está orientada a entender la mejor forma de estudiar la huella ambiental de los pagos realizados con instrumentos distintos del efectivo, y la segunda va dirigida a conocer el impacto potencial de los riesgos climáticos en las IMF, centrándose inicialmente en las entidades de contrapartida central. En el área de billetes, el BCE, junto con los BCN del Eurosistema y los fabricantes acreditados, continuó trabajando para conseguir unos billetes en euros más ecológicos. Los próximos objetivos acordados incluyen el paso hacia materias primas más respetuosas con el entorno y la realización de proyectos específicos para reducir el impacto ambiental de los billetes durante su fabricación, su uso y al final de su vida.

El BCE siguió contribuyendo al desarrollo del marco regulatorio en foros de la UE e internacionales. Impulsó la agenda de políticas de la UE publicando una exhaustiva respuesta del Eurosistema a las consultas públicas de la Comisión Europea sobre la estrategia renovada de finanzas sostenibles y la revisión de la Directiva de información no financiera. Como miembro del grupo técnico de expertos sobre finanzas sostenibles y su sucesor —la Plataforma sobre finanzas sostenibles—, el BCE respaldó las iniciativas de la UE relacionadas con el marco de la taxonomía y la mejora de su usabilidad para el sector bancario. Recientemente, el BCE ha contribuido a los trabajos de preparación de posibles normas de información no financiera en la UE. También ha puesto de relieve en foros internacionales (como el G-7, el G-20 y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea) la importancia de desarrollar marcos regulatorios comunes a nivel internacional y de evitar la fragmentación regulatoria.

Como miembro de la Network for Greening the Financial System (NGFS), el BCE ha participado activamente en la promoción de una transición fluida hacia una economía baja en carbono, y ha hecho importantes contribuciones a todas las líneas de trabajo específicas que la red tiene articuladas (microprudencial y supervisión; macrofinanciera; impulso a las finanzas verdes; eliminación de las lagunas de datos; e investigación). En reconocimiento a su papel activo y a su contribución, en 2020, el BCE se incorporó al órgano ejecutivo de la red, el Comité de Dirección. El BCE también participa en el grupo de trabajo de alto nivel sobre riesgos financieros relacionados con el clima (TFCR, por sus siglas en inglés) del Comité de Basilea, que está trabajando en dos informes analíticos, uno sobre los canales de transmisión de los riesgos climáticos y el otro sobre las metodologías de medición.

Sostenibilidad y comportamiento medioambiental del BCE

En 2020, el BCE celebró el 10º aniversario de su sistema de gestión medioambiental certificado, que se ajusta al sistema europeo de gestión y auditoría medioambientales (EMAS, por sus siglas en inglés) y a la norma ISO 14001. Los esfuerzos realizados durante la última década para mejorar el comportamiento medioambiental del BCE han dado resultados visibles. Entre 2008 y 2019, la huella de carbono del BCE disminuyó un 38 %, pese al aumento sustancial del alcance de la información y de los puestos de trabajo. En el mismo período, las emisiones por puesto de trabajo se redujeron un 75 %, debido principalmente a la disminución del consumo de energía, a la compra de electricidad renovable, así como a la mejora de las emisiones relacionadas con el desplazamiento del personal al y desde el lugar de trabajo (antes del cambio a un entorno de teletrabajo en 2020). En el Informe ambiental actualizado de 2020 del BCE puede consultarse más información sobre el comportamiento medioambiental de la institución.

En 2020, el BCE llevó a cabo diversas actividades para mejorar el comportamiento medioambiental de las operaciones diarias, pese a los retos planteados por la pandemia de COVID-19. Se han instalado colmenas, hoteles para insectos y casas nido para pájaros y murciélagos, con el fin de fomentar más la biodiversidad en las instalaciones del BCE, y se han ajustado las pautas de riego para seguir rebajando el consumo de agua de la institución. Aunque las exigencias de higiene han afectado al sistema de residuos del BCE, los esfuerzos por reducir dichos residuos continuarán, optando por soluciones reutilizables en la medida de lo posible y mejorando la infraestructura de residuos en cada una de las plantas. En 2020, las actividades de concienciación y participación del personal se llevaron a cabo exclusivamente en remoto, con conferencias y talleres sobre la reducción del impacto ambiental del teletrabajo. Entre estas actividades se incluyeron la participación en la Hora del Planeta de WWF, el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, la Semana Europea de la Movilidad y la Semana Europea de la Reducción de Residuos.

Como la pandemia ha dado lugar a una disminución de los viajes de trabajo y a más reuniones online, se está considerando mantener la reducción de dichos viajes a largo plazo y desarrollar un método sistemático de reuniones y eventos sostenibles, tanto presenciales como online.

De cara al futuro, el BCE fijará objetivos ambientales aún más ambiciosos, en consonancia con los principales esfuerzos internacionales para luchar contra el cambio climático, al tiempo que continuará depurando sus métodos para contabilizar las emisiones de carbono y compensando sus emisiones residuales de carbono junto con un número creciente de instituciones europeas. Por último, a partir de 2022, el BCE prevé informar sobre su sostenibilidad general de una forma holística más allá de su comportamiento medioambiental.

3.2 Política macroprudencial para mitigar la prociclicidad del sector bancario y apoyar la recuperación económica

Las políticas macroprudenciales son un instrumento clave para hacer frente a las vulnerabilidades para la estabilidad financiera

Las vulnerabilidades del sistema financiero capaces de causar riesgos sistémicos pueden abordarse mediante la aplicación de políticas macroprudenciales. El Reglamento del MUS encomienda al BCE una función importante y facultades específicas en esta materia. Esta institución tiene atribuida la tarea de evaluar las medidas macroprudenciales prospectivas dirigidas a las entidades de crédito que se establecen en la legislación de la UE y que adoptan las autoridades nacionales de los países que participan en el Mecanismo Único de Supervisión (MUS), así como la facultad de implementar medidas más estrictas que las nacionales. En respuesta al brote de coronavirus en 2020, las autoridades nacionales de la zona del euro, en consulta con el BCE, tomaron importantes medidas de política macroprudencial para garantizar la estabilidad financiera y mitigar el impacto económico de la perturbación causada por la pandemia.

Política macroprudencial proactiva para apoyar la economía y preservar la estabilidad financiera

El BCE respaldó proactivamente las medidas adoptadas por las autoridades macroprudenciales en toda la zona del euro

El BCE adoptó un enfoque proactivo y actuó rápidamente en el ámbito de la política macroprudencial. De esta forma, contribuyó de manera importante a apoyar la economía real, garantizando al mismo tiempo la estabilidad financiera. Alentó y respaldó las actuaciones de las autoridades macroprudenciales de todos los países participantes en el MUS, permitiendo a las entidades de crédito disponer de capital para absorber pérdidas y apoyar los préstamos a los hogares y las empresas. Dichas autoridades nacionales liberaron más de 20 mm de euros de requerimientos de capital[30], principalmente mediante la liberación total o parcial de los colchones de capital anticíclicos (CCA).

Para que la política macroprudencial sea efectiva es fundamental que se puedan utilizar los colchones de capital. Con este fin, el BCE animó a las entidades de crédito a usar sus colchones de capital y de liquidez para proporcionar financiación y absorber pérdidas, contribuyendo así a estabilizar la economía real. Esta posibilidad de utilizar los colchones se vio respaldada adicionalmente por la decisión de permitir que las entidades operaran por debajo del requerimiento combinado de colchones de capital, al menos hasta el final de 2022, sin activar automáticamente medidas supervisoras. Asimismo, el BCE señaló que no exigirá que los bancos comiencen a restituir sus colchones de capital antes de que este alcance el nivel máximo de caída, y en ningún caso antes de finales de 2022.

Es conveniente crear espacio para la política macroprudencial mediante más colchones liberables

De cara al futuro, crece la concienciación acerca de que, a medio plazo, parece deseable un reequilibrio entre los requerimientos de capital estructurales y los cíclicos, con el fin de crear espacio para la política macroprudencial. Los acontecimientos de 2020 demostraron que, más allá del nivel total de capital bancario, los colchones liberables que se acumulan en tiempos de bonanza son importantes para apoyar la absorción de pérdidas y el crédito en una fase de desaceleración. El espacio de la política macroprudencial era limitado al comienzo de la pandemia, dado que el CCA, que es íntegramente liberable, solo representaba una pequeña parte del capital de las entidades de crédito de la zona del euro (0,11 %, frente a una ratio de CET1 del 14,9 %)[31]. Esto era reflejo, principalmente, de la lenta recuperación del ciclo financiero tras la crisis financiera y la crisis de deuda soberana. De cara al futuro, a medida que las condiciones se normalicen, puede ser necesario revisar el marco de colchones para determinar si un reequilibrio entre los colchones estructurales y los cíclicos puede contribuir a garantizar que se disponga de flexibilidad suficiente en forma de colchones liberables para responder a recesiones económicas.

Por último, pero no por ello menos importante, el BCE continuó mejorando su comunicación sobre cuestiones de política macroprudencial y generó una mayor concienciación incrementando la transparencia de sus trabajos y planteamientos actuales en esta área[32]. El informe Financial Stability Review de noviembre de 2020 incluye una sección en la que se ofrece una perspectiva macroprudencial a futuro sobre la restitución de los colchones de capital. Además de discursos, notas de prensa y otras publicaciones, como documentos ocasionales, el BCE continuó publicando semestralmente su Macroprudential Bulletin, que presenta avances analíticos y evaluaciones de cuestiones macroprudenciales de actualidad. Sobre la base de la experiencia adquirida en la crisis, el último número de 2020 se dedicó a los colchones de capital macroprudenciales, con información sobre el impacto en el crédito, los posibles impedimentos para la utilización de los colchones y la importancia del espacio macroprudencial. El BCE también siguió publicando en su sitio web un resumen de las medidas macroprudenciales vigentes aplicadas en los países sujetos a la Supervisión Bancaria del BCE.

Decisiones de política macroprudencial en 2020

De acuerdo con su mandato legal, en 2020, el BCE evaluó las notificaciones de 116 decisiones de política macroprudencial realizadas por las autoridades nacionales de la zona del euro en relación con instrumentos para abordar los riesgos sistémicos de carácter cíclico y estructural, así como con otras medidas con arreglo al artículo 458 del Reglamento de Requerimientos de Capital (RRC). Entre otras, se recibieron notificaciones del Българска народна банка (Banco Nacional de Bulgaria) y del Hrvatska narodna banka (Banco Nacional de Croacia) durante el último trimestre del año, tras el establecimiento de una cooperación estrecha a partir del 1 de octubre de 2020. La mayor parte de las notificaciones estaban relacionadas con la fijación de CCA o con la identificación de entidades de importancia sistémica mundial (EISM) y de otras entidades de importancia sistémica (OEIS), y la calibración de sus respectivos colchones macroprudenciales de capital. El Consejo de Gobierno del BCE no presentó objeciones a ninguna de las decisiones de política macroprudencial notificadas por las autoridades nacionales en 2020.

Tras el brote de coronavirus, muchas de las medidas notificadas al BCE iban dirigidas a reducir el impacto de la perturbación causada por la pandemia tanto sobre la estabilidad del sistema financiero como sobre la economía real. Así pues, varias autoridades nacionales optaron por liberar algunos de los colchones de capital acumulados en los años anteriores.

De los siete países de la zona del euro que habían activado el CCA, seis decidieron liberarlo total o parcialmente y anular los aumentos del colchón anunciados previamente. El objetivo era permitir que las entidades utilizaran el capital liberado para seguir prestando apoyo a la economía real mediante la financiación de empresas y hogares, así como para absorber posibles pérdidas crediticias. Al cierre de este informe, los países de la zona del euro que aún mantenían un CCA positivo eran Eslovaquia y Luxemburgo.

En relación con los instrumentos macroprudenciales para abordar otros riesgos, el BCE evaluó las decisiones de las autoridades nacionales sobre los colchones para OEIS, los colchones contra riesgos sistémicos y las medidas macroprudenciales con arreglo al artículo 458 del RRC. En respuesta a la perturbación originada por la pandemia de coronavirus, algunos países decidieron liberar total o parcialmente el colchón contra riesgos sistémicos y ajustar los colchones para OEIS de las entidades de crédito que, de otro modo, tendrían restringido el uso del colchón contra riesgos sistémicos, dado que los requerimientos de ambos colchones están interrelacionados según se establece en el artículo 131 de la Directiva de Requerimientos de Capital.

Por último, algunos países optaron por aplazar la introducción progresiva o directa de medidas anunciadas, por ejemplo, la introducción progresiva de colchones para OEIS y la introducción de una medida anunciada con arreglo al artículo 458 del RRC.

Cooperación con la Junta Europea de Riesgo Sistémico

El BCE siguió proporcionando apoyo analítico, estadístico, logístico y administrativo a la Secretaría de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), encargada de la actividad diaria de esta institución. La JERS es responsable de la supervisión macroprudencial del sistema financiero de la UE y de la prevención y mitigación del riesgo sistémico.

El año estuvo marcado por la pandemia de COVID-19. En respuesta a los cambios en el patrón de riesgos, la JERS pasó a operar en modo crisis en abril y mayo de 2020, e incrementó la frecuencia de sus reuniones de política. El SEBC participó y contribuyó de forma activa a la respuesta de la JERS a la pandemia y a los trabajos en curso orientados a identificar y realizar un seguimiento de los riesgos sistémicos potenciales, y le prestó apoyo general en sus trabajos. Por ejemplo, el SEBC participó de forma activa en los trabajos de la JERS, que se tradujeron en varias medidas relacionadas con: i) las implicaciones para el sistema financiero de los programas de garantía para préstamos y de otras medidas fiscales dirigidas a proteger a la economía real; ii) la iliquidez del mercado y sus implicaciones para las sociedades gestoras de activos y las empresas de seguros; iii) el impacto de las rebajas procíclicas de la calificación de los valores de renta fija sobre los mercados y las entidades de todo el sistema financiero; iv) las restricciones en todo el sistema al pago de dividendos, a la recompra de acciones y a otras distribuciones, y v) los riesgos de liquidez derivados del ajuste de los márgenes de garantía. Además, el SEBC participó en el debate celebrado en el seno de la JERS sobre cuestiones a más largo plazo relativas al sector bancario de la UE a la luz de la pandemia de COVID-19. El objetivo de estos trabajos era ofrecer una visión general de los diversos retos que los responsables de elaborar las políticas podrían tener que afrontar en el futuro.

Tras el retorno gradual durante el verano al ciclo ordinario de políticas, el BCE continuó cooperando con la Secretaría de la JERS en el seguimiento de las implicaciones para la estabilidad financiera de las medidas fiscales adoptadas con el fin de proteger a la economía real en el contexto de la pandemia de COVID-19. En junio de 2020 se creó un grupo de expertos bajo los auspicios de la Junta General de la JERS con la misión de realizar un seguimiento periódico a escala de la UE de las implicaciones para la estabilidad financiera de las medidas temporales aplicadas por los Gobiernos en respuesta a la pandemia de COVID-19, centrando la atención en las consecuencias transfronterizas y entre los distintos sectores.

El BCE también siguió contribuyendo al desarrollo de métricas de riesgo para el sector financiero no bancario. Esta labor incluyó la publicación de la quinta edición del informe EU Non-bank Financial Intermediation Risk Monitor, que presenta una descripción general de la evolución de dicho sector y se centra especialmente en la evaluación de los riesgos potenciales para la estabilidad financiera.

Además, el BCE trabajó conjuntamente con la JERS en el desarrollo e implementación de metodologías para realizar un estudio de impacto de diferentes escenarios de cambio climático sobre el sector financiero de la UE. En junio de 2020, la JERS publicó un informe que también ofrece un mapeo de distintas metodologías, una evaluación de la disponibilidad de datos y una descripción general del tipo de exposiciones de las instituciones financieras que deben examinarse en un análisis de riesgos climáticos.

Asimismo, el BCE participó activamente en el Grupo de Trabajo Europeo de Ciberriesgo Sistémico (European Systemic Cyber Group), que está elaborando un marco analítico para la evaluación de los riesgos cibernéticos.

El BCE también presidió un grupo de trabajo encargado de preparar una Recomendación de la JERS para seguir avanzando en la adopción del identificador de entidad jurídica (LEI) en la UE. Los trabajos de este grupo concluyeron con éxito en septiembre de 2020 con la adopción de la Recomendación de la JERS relativa a la identificación de las entidades jurídicas.

Por último, el BCE presidió el Grupo de Trabajo sobre Pruebas de Resistencia (Task Force on Stress Testing) de la JERS, que preparó los escenarios adversos para las pruebas de resistencia de 2021 de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) y de la Autoridad Europea de Seguros y Pensiones de Jubilación (EIOPA, por sus siglas en inglés). Para ello, varias Direcciones Generales del BCE prestaron un apoyo esencial, tanto técnico como de modelización, al grupo de trabajo de la JERS.

Puede consultarse más información sobre la JERS en su sitio web y en sus Informes Anuales.

3.3 Actividades microprudenciales para garantizar la solidez individual de las entidades de crédito

Bulgaria y Croacia fueron los primeros países de fuera de la zona del euro en incorporarse a la supervisión bancaria europea

En 2020, el Mecanismo Único de Supervisión dio la bienvenida a dos nuevos miembros. Bulgaria y Croacia fueron los primeros países de fuera de la zona del euro en incorporarse a la supervisión bancaria europea de conformidad con el régimen de cooperación estrecha previsto en el Reglamento del MUS para los Estados miembros no pertenecientes a la zona del euro. De acuerdo con las decisiones del Consejo de Gobierno de establecer una cooperación estrecha[33] con el Banco Nacional de Bulgaria[34] y el Hrvatska narodna banka[35], el número de entidades significativas supervisadas directamente por el BCE aumentó con la integración de cinco bancos búlgaros y ocho croatas en octubre de 2020[36]. El BCE también es responsable de la vigilancia de las entidades menos significativas y de los procedimientos comunes de todas las entidades supervisadas en los dos países. El Banco Nacional de Bulgaria y el Hrvatska narodna banka tendrán un representante cada uno en el Consejo de Supervisión del BCE con los mismos derechos y obligaciones que los demás miembros, incluidos los derechos de voto.

La Supervisión Bancaria del BCE implantó una estructura organizativa más eficiente y mejoró la transparencia

La Supervisión Bancaria del BCE materializó en 2020 su transformación en una organización más madura y transparente. La supervisión específica de las entidades de crédito se reorganizó en función de sus modelos de negocio y ahora cuenta con el apoyo de equipos expertos en riesgos o en materias concretas. La segunda línea de defensa —la función de riesgo supervisor— se introdujo para ocuparse de la planificación estratégica, mientras que la función de supervisión in situ pasó a ser estructuralmente independiente. La nueva estructura organizativa cambió el enfoque hacia una supervisión más centrada en los riesgos, garantizado, al mismo tiempo, la coherencia de los resultados de la supervisión. La reorganización reforzó tanto el papel del BCE como supervisor prudente, eficiente y transparente, como la cooperación con las autoridades nacionales competentes en el seno del MUS.

En un esfuerzo por aumentar la transparencia, el BCE publicó por primera vez datos agregados por modelo de negocio e información sobre los requerimientos de Pilar 2 (P2R) de cada entidad, es decir, se adelantó un año a las exigencias del Reglamento de Requerimientos de Capital revisado. La publicación de los P2R de cada entidad tenía por objeto arrojar luz sobre el estado de las entidades europeas, así como ayudar a las entidades de crédito a comparar su propia situación con la de entidades semejantes y ofrecer mayor transparencia a los inversores.

Además, el BCE inició una consulta pública relativa al proyecto de guía sobre el enfoque supervisor con respecto a la consolidación bancaria. Esta guía debería aumentar la transparencia y la predictibilidad de las actuaciones supervisoras, y ayudar a las entidades de crédito a diseñar proyectos prudencialmente sostenibles.

La supervisión bancaria europea reaccionó con rapidez al estallido de la crisis del COVID-19 con un paquete de medidas supervisoras de alivio

El coronavirus ha resultado ser una perturbación sin precedentes a escala mundial, pero gracias al papel activo del MUS en los últimos años, las entidades de crédito europeas se adentraron en esta crisis con posiciones de capital y de liquidez mucho más fuertes y una calidad de los activos muy mejorada. El BCE reaccionó con rapidez adoptando varias medidas supervisoras de alivio para permitir a las entidades absorber pérdidas y seguir proporcionando financiación a la economía real. Por ejemplo, el BCE animó a las entidades supervisadas a utilizar íntegramente los colchones de capital y de liquidez, incluido el capital de la recomendación de Pilar 2 (Pillar 2 Guidance) y, al mismo tiempo, indicó a los mercados que no deberían penalizar a los bancos por utilizar la flexibilidad proporcionada[37]. Asimismo, se introdujo flexibilidad supervisora con respecto al tratamiento de los préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés), en particular para permitir que las entidades de crédito se beneficien plenamente de las garantías y de las moratorias establecidas por las autoridades públicas[38]. El BCE adoptó un enfoque pragmático (simplificado) para el proceso de revisión y evaluación supervisora (PRES) de 2020[39]. El nuevo enfoque redujo la carga de las entidades supervisadas, manteniendo al mismo tiempo una visión clara y precisa de su solidez. Además, en esa coyuntura, se alentó a las entidades de crédito a suavizar la prociclicidad incorporada en sus modelos de provisiones por insolvencias de acuerdo con la NIIF 9 y a comenzar a aplicar, si no lo hacían ya, el calendario transitorio de la NIIF 9 previsto en el Reglamento de Requerimientos de Capital[40]. El BCE también amplió los plazos de determinadas medidas supervisoras y solicitudes de información no esenciales, así como los plazos para la aplicación de medidas correctoras derivadas de las inspecciones in situ y de las investigaciones de modelos internos.

Tras haber analizado la vulnerabilidad de las entidades de crédito europeas durante las primeras semanas de la crisis del COVID-19, el BCE revisó algunas de sus decisiones. Por ejemplo, su recomendación inicial a las entidades sobre el reparto de dividendos y la recompra de acciones se amplió hasta el 1 de enero de 2021. Posteriormente, el BCE solicitó a las entidades de crédito que se abstuvieran de repartir dividendos o que los limitaran hasta el 30 de septiembre de 2021. Además, para facilitar la aplicación de la política monetaria, el BCE les permitió excluir de la ratio de apalancamiento determinadas exposiciones frente a los bancos centrales[41].

Todas las medidas supervisoras de alivio se comunicaron a las entidades de crédito y al público de manera eficiente y transparente a través de diversos canales, como cartas, diálogo supervisor con los equipos conjuntos de supervisión, preguntas y respuestas, notas de prensa, publicaciones en blogs y discursos.

Al principio de la crisis del COVID-19, el BCE concedió cierta flexibilidad operativa a las entidades que se estaban preparando para el Brexit, pero, posteriormente, el diálogo supervisor se reanudó y se intensificó. Muchas entidades avanzaron considerablemente, o estaban bien encaminadas, para conseguir los modelos operativos previstos para después del Brexit, lo que les permitirá asumir, registrar y gestionar los riesgos en la UE de una forma que asegure una gestión prudente del riesgo y una supervisión eficaz. El BCE siguió indicando que las entidades tenían que estar preparadas para todos los escenarios posibles al final del período transitorio. Se prestó una atención supervisora considerable a asegurar que las entidades supervisadas tuvieran sus modelos operativos previstos en los plazos establecidos previamente. Ello permitiría abordar cualquier riesgo a medio plazo relacionado con el Brexit de una forma coherente y eficaz.

La supervisión bancaria europea continuó mejorando sus herramientas

Por último, después de una consulta pública, el BCE finalizó la Guía que muestra cómo evalúa el BCE si los modelos utilizados por las entidades de crédito para calcular el riesgo de contraparte cumplen las exigencias regulatorias. Esta guía es pertinente cuando las entidades solicitan ampliar o introducir cambios en sus modelos internos, así como para el seguimiento continuado o las revisiones de modelos internos por parte del BCE. El BCE también adoptó y publicó la Orientación sobre el umbral de importancia de las obligaciones crediticias en mora para las entidades menos significativas, que asegura la coherencia con las normas aplicables a las entidades significativas[42].

Puede consultarse información más detallada sobre la Supervisión Bancaria del BCE en su sitio web y en el Informe Anual sobre las actividades de supervisión del BCE, 2020.

3.4 Contribución del BCE a iniciativas de políticas europeas

Las reformas regulatorias acometidas después de la crisis financiera global crearon un sector financiero más resistente

Los diez años de grandes reformas regulatorias tras la crisis financiera global ayudaron a asegurar que el sistema financiero estuviera bien preparado para resistir las perturbaciones causadas por la pandemia de COVID-19. Aunque se han conseguido avances sustanciales, todavía se deben superar retos legales e institucionales importantes antes de que las entidades de crédito europeas puedan operar en un marco verdaderamente integrado, también en beneficio de los usuarios de los servicios financieros. Asimismo, son necesarios más esfuerzos para desarrollar los mercados de capitales, fortaleciendo, al mismo tiempo, los marcos regulatorio y supervisor del sector financiero no bancario. 2020 fue, además, un año en el que la Unión Europea adoptó medidas sin precedentes en el área de política económica. En julio de 2020, los líderes de la UE acordaron que, por primera vez en su historia, la Unión emitiría deuda común en respuesta a una perturbación económica común. En el recuadro 4 se describe la respuesta más amplia de la UE a la crisis y sus implicaciones para la economía real y el sector financiero.

Culminación de la unión bancaria

El BCE participó en el debate sobre la culminación de la unión bancaria

Tras la carta dirigida por el presidente del Grupo de Trabajo de Alto Nivel sobre un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (SEGD) al presidente del Eurogrupo en diciembre de 2019, el BCE siguió participando en el debate sobre la culminación de la unión bancaria en foros europeos.

En su reunión de finales de noviembre de 2020, el Eurogrupo alcanzó un acuerdo trascendental sobre la revisión del Tratado constitutivo del Mecanismo Europeo de Estabilidad y la introducción anticipada del mecanismo de apoyo común para el Fondo Único de Resolución.

En este contexto, el BCE siguió contribuyendo a los informes de seguimiento de los indicadores de reducción de riesgo (véanse las ediciones de junio y noviembre), elaborados conjuntamente con la Comisión Europea y la Junta Única de Resolución. El informe de noviembre de 2020 también ofrece análisis adicionales de los préstamos dudosos y de los requerimientos mínimos de fondos propios y pasivos admisibles (MREL, por sus siglas en inglés). Sobre la base de este informe, y tras una evaluación positiva de la reducción del riesgo, el Eurogrupo acordó anticipar la introducción del mecanismo de apoyo común.

Asimismo, el BCE contribuyó al debate sobre la integración transfronteriza de grupos bancarios. En este contexto, en una publicación conjunta en el blog, dos altos cargos del BCE realizaron propuestas concretas para fomentar una asignación eficiente de la liquidez en los grupos bancarios, ofreciendo al mismo tiempo garantías a las autoridades de acogida[43].

En relación con la revisión del marco de gestión de crisis, el BCE respaldó los esfuerzos encaminados a asegurar que el marco establezca los mejores instrumentos para abordar las crisis de entidades de crédito más pequeñas. El BCE abogó por mejorar el marco de las medidas de actuación temprana con el fin de facilitar su aplicación práctica[44]. También señaló la importancia de asegurar que las entidades que se ha determinado que son inviables o es previsible que lo sean en un futuro próximo puedan salir del mercado bancario en un plazo de tiempo razonable. Los trabajos relativos a la política de gestión de crisis continuarán. A este respecto, cabe señalar que la Comisión Europea inició la revisión del marco de gestión de crisis bancarias y del sistema europeo de garantía de depósitos.

Avances hacia la unión de los mercados de capitales

El BCE pidió que se redoblaran los esfuerzos para avanzar hacia la unión de los mercados de capitales

En 2020, el BCE pidió que se redoblaran los esfuerzos para avanzar hacia la unión de los mercados de capitales (UMC), en vista de los numerosos retos a los que se enfrenta la UE[45]. Entre estos retos está financiar la recuperación pos-COVID-19, asegurar la transición a una economía baja en carbono, aumentar el papel internacional del euro y abordar las consecuencias del Brexit en los servicios financieros, como se señala en el Financial Stability Review de noviembre de 2020.

El BCE acogió con satisfacción el nuevo Plan de Acción para la UMC de la Comisión Europea publicado en 2020 y puso de relieve la necesidad de actuaciones concretas y de verdadera voluntad y ambición políticas para lograr un avance significativo. El BCE destacó algunas prioridades para impulsar los mercados de capitales, como las destinadas a aumentar la financiación mediante acciones para respaldar el crecimiento y la innovación[46]. Las prioridades se refieren a la armonización de áreas específicas de la normativa sobre insolvencia empresarial y de la retención de impuestos, así como del tratamiento de las operaciones de sociedades en el ámbito de la postnegociación. Los avances hacia la convergencia supervisora, que incluyen una propuesta de medidas para una mayor coordinación supervisora o la supervisión directa por parte de las Autoridades Europeas de Supervisión, serán fundamentales para garantizar la implementación uniforme del código normativo único en toda la Unión Europea. Además, las iniciativas sobre educación financiera o las opciones de ahorro para pensiones ayudarían a los ciudadanos a aprovechar los beneficios de la UMC.

El BCE siguió contribuyendo de forma significativa a la UMC apoyando el desarrollo y la integración de las infraestructuras paneuropeas de los mercados financieros (véase sección 4.3).

Revisión del marco prudencial para las entidades de crédito y el sector financiero no bancario

Es indispensable un marco prudencial sólido para el sector financiero no bancario

Algunas partes del sector financiero no bancario, como los fondos del mercado monetario y algunos fondos de inversión, sufrieron tensiones significativas durante las turbulencias que registraron los mercados en marzo. Pese a que uno de los objetivos de la UMC es un papel más relevante para la intermediación financiera no bancaria en la financiación de la economía, sigue siendo crucial realizar un seguimiento efectivo de este sector.

Es indispensable reforzar la resiliencia del sector financiero no bancario de forma que refleje las perspectivas macroprudenciales, con el fin de poder abordar adecuadamente los riesgos sistémicos que podrían materializarse en este sector. Así pues, en 2020, el BCE continuó defendiendo las reformas de la regulación macroprudencial de este sector y contribuyó extensamente a los debates técnicos sobre esta materia celebrados en foros tanto de la UE como internacionales.

El BCE respaldó iniciativas para asegurar la resiliencia de las entidades de crédito

En relación con el marco prudencial del sector bancario, el BCE respaldó la propuesta de la Comisión Europea de introducir modificaciones específicas en el RRC en respuesta a la pandemia de COVID-19. El BCE consideró que estas eran complementarias a sus medidas supervisoras de mitigación y dio su opinión en su dictamen. En concreto, el BCE apoyó las modificaciones relativas a las disposiciones transitorias para mitigar el impacto de las disposiciones de la NIIF 9 en el capital regulatorio, la extensión temporal del tratamiento preferente de los préstamos dudosos garantizados por los gobiernos nacionales u otras entidades públicas, y el aplazamiento de la aplicación del colchón de la ratio de apalancamiento para las entidades de importancia sistémica mundial.

Asimismo, el BCE sugirió ajustes en el mecanismo de exclusión temporal del cálculo de la ratio de apalancamiento de determinadas exposiciones frente a bancos centrales, con el objetivo de aumentar la eficacia de las medidas de política monetaria utilizadas para reducir el impacto económico de la pandemia de COVID-19 y de respaldar el crédito bancario a los hogares y las empresas. Además, en línea con las normas del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, el BCE subrayó la necesidad de dotar de mayor flexibilidad a las autoridades competentes en su evaluación de los modelos internos para el riesgo de mercado, a fin de mantener la capacidad de las entidades de crédito para proporcionar liquidez a los mercados y realizar actividades de creación de mercado, prestando así apoyo a la economía real.

Recuadro 4
La respuesta fiscal de la UE a la crisis y el impacto sobre el sector bancario y la integración europea

El impacto de la crisis y el motivo por el que se necesita una respuesta europea

La pandemia de coronavirus planteó retos sin precedentes para las economías europeas en 2020. La escala y la naturaleza común de la perturbación económica fueron argumentos de peso para dar una respuesta común: aunque la pandemia de coronavirus afectó a todos los Estados miembros de la UE, la crisis amenazaba con generar fragmentación y divergencias potencialmente gravosas entre países a más largo plazo, lo que perjudicaría al mercado único y tendría repercusiones negativas para todos los Estados miembros.

Por este motivo, en abril de 2020, el Eurogrupo acordó un primer conjunto de medidas —las denominadas «tres redes de seguridad»— para ayudar a los Estados miembros a abordar los efectos inmediatos de las medidas de contención necesarias sobre sus economías. En conjunto, el Instrumento de Apoyo ante la Crisis Pandémica del Mecanismo Europeo de Estabilidad, el Fondo de Garantía Paneuropeo del Grupo del Banco Europeo de Inversiones y el instrumento europeo de apoyo temporal para mitigar los riesgos de desempleo en una emergencia (SURE, por sus siglas en inglés) suman 540 mm de euros en préstamos y avales disponibles para apoyar a los países, las empresas y los trabajadores europeos.

A medida que la crisis siguió desarrollándose se fue haciendo más evidente que el tamaño y la duración de la perturbación requerirían un apoyo extraordinario y continuado. A finales de julio de 2020, los jefes de Estado o de Gobierno de la UE acordaron, junto con el presupuesto de la UE, establecer un fondo de recuperación de carácter excepcional, «Next Generation EU» (NGEU), por valor de 750 mm de euros que sería financiado mediante la emisión de deuda común de la UE. El BCE defendió enseguida una respuesta económica europea común a la crisis y, en línea con las competencias que le confiere el Tratado, participó en los debates celebrados en foros de la UE proporcionando información puntual sobre las perspectivas económicas europeas y las necesidades de financiación esperadas.

Características principales del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia

El instrumento de recuperación NGEU se ha diseñado para destinarlo sobre todo a los países afectados más gravemente por la crisis. El programa principal del NGEU, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), proporcionará hasta 312,5 mm de euros en subvenciones y hasta 360 mm de euros en préstamos a los Estados miembros de la UE para financiar inversiones y reformas acordadas previamente. Los desembolsos se efectuarán cuando se alcancen con éxito determinados hitos y objetivos preacordados, y las inversiones y reformas deben llevarse a cabo antes del final de 2026. Las inversiones y reformas que se beneficien de estos fondos deben dirigirse a mejorar la resiliencia y el potencial de crecimiento y de empleo de las economías, dando respuesta a las recomendaciones específicas por país formuladas cada año en el marco del Semestre Europeo. También deben ayudar a acelerar las transiciones verde y digital, destinándose al menos el 37 % de todos los fondos del MRR a inversión relacionada con el clima y el 20 % a proyectos de digitalización.

Apoyo a la recuperación de la economía real e implicaciones para la deuda pública

El apoyo fiscal proporcionado a escala tanto nacional como de la UE ha sido esencial para mitigar el impacto de la pandemia sobre la economía. Aunque una acusada contracción económica temporal era inevitable debido a los confinamientos, era importante minimizar cualquier daño permanente en la economía protegiendo las capacidades productivas y los puestos de trabajo. La respuesta fiscal europea facilita la igualdad de condiciones en el apoyo a las empresas y a los hogares al respaldar a los Estados miembros que han sufrido de manera especialmente intensa la crisis y la encararon con niveles de deuda pública que ya eran elevados. Next Generation EU puede proporcionar apoyo macroeconómico significativo, de casi el 5 % del PIB de la zona del euro, si se utiliza en su totalidad. Se espera que alrededor de dos tercios de las subvenciones del NGEU asignadas a países de la zona del euro se destinen a seis países cuya ratio de deuda pública respecto al PIB es superior al 100 %.

Las medidas fiscales europeas también alivian la importante carga que la crisis impone sobre las finanzas públicas nacionales. El funcionamiento de los estabilizadores fiscales automáticos, los estímulos fiscales y las medidas de apoyo a la liquidez contribuyen a incrementar significativamente la deuda pública y las necesidades de financiación. Las redes de seguridad europeas, y en particular el ambicioso plan europeo de recuperación, junto con el apoyo de las medidas de política monetaria, ayudaron a calmar los mercados financieros y a mantener unas condiciones de financiación muy favorables para los países, pese al aumento de la deuda pública. Los recursos fiscales que la UE ha puesto a disposición podrían cubrir alrededor de una tercera parte de las necesidades de financiación soberanas derivadas de la crisis en los países de la zona del euro con altos niveles de deuda y reducir su endeudamiento en alrededor de un 6 % del PIB, en promedio, antes del final de 2026.

Evitar el contagio al sector bancario

Aunque las consecuencias últimas de la crisis del COVID-19 sobre el sector bancario siguen siendo inciertas, las entidades de crédito de la zona del euro se encontraban en una situación muy distinta cuando estalló el COVID-19 que cuando comenzó la crisis financiera de 2008. Los recursos de capital y las ratios de liquidez de las entidades de la unión bancaria se han incrementado sustancialmente, lo que ha aumentado la capacidad de resistencia del sector. Además, los instrumentos de política y el marco de gobernanza de la unión bancaria permitieron a la Supervisión Bancaria del BCE adoptar con rapidez decisiones cruciales que tuvieron un impacto considerable en la capacidad de los bancos para soportar posibles pérdidas, mientras continuaban sirviendo a la economía real. Entre estas medidas se incluyeron restricciones al reparto de dividendos y la posibilidad de utilizar los colchones de capital y de liquidez.

Durante 2020, el apoyo fiscal a la economía real protegió en gran medida a las entidades de crédito de tener que reconocer pérdidas. Asegurar la eficacia continuada de este apoyo será esencial, ya que las medidas aplicadas en respuesta a la crisis del COVID-19 no prevén respaldo al sector financiero. Según el COVID-19 Vulnerability Analysis del BCE, en conjunto, el sector bancario debería estar suficientemente capitalizado para resistir las tensiones provocadas por la pandemia. Al mismo tiempo, las autoridades deben estar preparadas para aplicar medidas adicionales en caso de que se materialice un escenario muy severo.

Importancia de la integración europea

Aunque Next Generation EU se ha diseñado como un instrumento temporal, la posibilidad de activar estas herramientas en crisis futuras ya es un cambio importante en el conjunto de instrumentos de la UE. Por primera vez, Europa está proporcionando financiación de forma temporal mediante la emisión de deuda común para complementar las políticas fiscales nacionales. Esto podría abrir la posibilidad de recurrir a medidas similares en el futuro si se dieran circunstancias extremas parecidas.

La emisión temporal de deuda común en el marco del NGEU —junto con la emisión conjunta de deuda ya realizada en el contexto del SURE— también supone un paso más hacia la creación de un activo seguro europeo. Este es un paso crucial para reforzar el papel del euro en los mercados financieros mundiales que ayudará a avanzar hacia la unión de los mercados de capitales. La implementación con éxito de Next Generation EU impulsaría además el crecimiento y la convergencia de forma significativa y, por tanto, facilitaría una mayor integración fiscal en el futuro.

4 Buen funcionamiento de las infraestructuras de mercado y de los pagos

Una de las tareas básicas del Eurosistema es asegurar el buen funcionamiento de los sistemas de pago, tarea que está estrechamente interrelacionada con las responsabilidades del Eurosistema en los ámbitos de la política monetaria y de la estabilidad financiera. El Eurosistema desempeña un papel fundamental en el desarrollo, la gestión y la vigilancia de las infraestructuras y acuerdos de mercado que facilitan el intercambio seguro y eficiente de pagos, valores y activos de garantía en toda la zona del euro. También actúa como catalizador de la integración y la innovación en el mercado de pagos y valores.

4.1 Servicios TARGET

Los servicios TARGET del Eurosistema constan de tres servicios de liquidación: TARGET2, un sistema de liquidación bruta en tiempo real (RTGS, por sus siglas en inglés) para los pagos en euros relacionados con las operaciones de política monetaria del Eurosistema, las transacciones entre entidades de crédito y las operaciones comerciales; TARGET2-Securities (T2S), una plataforma única para la liquidación de valores en Europa, y el servicio de liquidación de pagos inmediatos de TARGET (TIPS, por sus siglas en inglés), que permite a los proveedores de servicios de pago ofrecer a sus clientes la transferencia inmediata de fondos durante las 24 horas del día, todos los días del año.

Más de 1.000 bancos utilizan TARGET2 para iniciar operaciones en euros, ya sea por cuenta propia o de sus clientes. Si se tienen en cuenta las sucursales y filiales, pueden estar accesibles a través de TARGET2 más de 44.000 entidades de crédito en todo el mundo. En 2020, TARGET2 procesó una media de 345.006 pagos diarios por un importe medio diario de 1,8 billones de euros.

TARGET2 será sustituido por T2 en 2022

Como el ecosistema de pagos ha cambiado de forma sustancial en los últimos diez años como consecuencia de los avances tecnológicos, de los nuevos requerimientos regulatorios y de cambios en las necesidades de los usuarios, el Eurosistema tiene previsto sustituir TARGET2 por T2, que tendrá un nuevo componente de liquidación bruta en tiempo real (RTGS) y el componente de gestión centralizada de la liquidez, que optimizará la gestión de la liquidez en todos los servicios TARGET. T2 utilizará el estándar de mensajería ISO 20022 y permitirá efectuar pagos en varias divisas.

En vista de los retos planteados por la pandemia de COVID-19 y el aplazamiento de la migración global de los pagos transfronterizos de SWIFT al estándar ISO 20022, el plazo del proyecto del Eurosistema se ha ampliado de 2021 a 2022, tras consultarlo con la comunidad financiera europea. En 2020, el proyecto entró en una fase de pruebas internas de software conocida como «pruebas de aceptación del Eurosistema». Al final de 2020, se publicó el Real Time Gross Settlement User Handbook (manual de usuario de RTGS).

T2S es el resultado de una iniciativa para abordar el elevado grado de fragmentación del panorama de liquidación de valores en Europa y acabar con los complejos procedimientos de liquidación transfronteriza y con las dificultades ocasionadas por las diferencias entre países en las prácticas de liquidación.

En la actualidad, la plataforma T2S conecta a 21 depositarios centrales de valores (DCV) de 20 mercados europeos y permite liquidar valores en euros y en coronas danesas. En 2020, procesó una media de 687.476 operaciones al día por un importe medio diario de 672,53 mm de euros[47]. Desde principios de marzo hasta mediados de abril, la incertidumbre de los mercados causada por la pandemia de COVID-19 generó un aumento extraordinario de los volúmenes procesados, y el 16 de marzo se alcanzó un máximo de 1.088.815 operaciones liquidadas.

En noviembre de 2020 se introdujo un mecanismo de sanción en T2S para ayudar a los DCV a cumplir sus obligaciones con arreglo al régimen de disciplina de liquidación establecido en el Reglamento sobre DCV. Esta nueva y compleja funcionalidad continuará probándose a lo largo de 2021 como preparación para la entrada en vigor de las disposiciones pertinentes del Reglamento en febrero de 2022.

La plataforma TIPS se puso marcha en noviembre de 2018 y, a finales de 2020, contaba con nueve mercados de la zona del euro conectados y más de 3.800 proveedores de servicios de pago accesibles. En julio de 2020, el BCE anunció importantes medidas para asegurar el alcance paneuropeo de los pagos inmediatos a través de TIPS para finales de 2021. Además, aprovechando la capacidad de TIPS de operar con varias monedas, el Sveriges Riksbank y el Eurosistema firmaron un contrato que permite al banco central de Suecia ofrecer a los usuarios suecos un nuevo servicio de pagos inmediatos en coronas suecas (RIX-INST), basado en la plataforma TIPS, a partir de mayo de 2022. En 2020, el Danmarks Nationalbank solicitó incorporarse a T2, y expresó su interés en unirse a TIPS, a más tardar, en 2025.

En 2020 se aprobó la futura política de precios de T2 y se revisó la política de precios de TIPS.

En cuanto al funcionamiento de las infraestructuras de mercado del Eurosistema durante la crisis del COVID-19, no se produjeron incidentes operativos graves relacionados con la situación. Con todo, durante el año, hubo algunos incidentes operativos por otras causas que requirieron la adopción de medidas de seguimiento para evitar que se repitieran. Tras el incidente en TARGET2 del 23 de octubre de 2020, el BCE anunció una revisión independiente que también tendrá en cuenta otras incidencias que afectaron a los servicios TARGET en 2020. Los principales resultados de la revisión se compartirán con los participantes en el mercado y se publicarán en el segundo trimestre de 2021.

Además de los tres servicios de liquidación, el Eurosistema está desarrollando un nuevo servicio TARGET, concretamente el Sistema de Gestión de Activos de Garantía del Eurosistema (ECMS, por sus siglas en inglés). El objetivo es garantizar que se dispone de un sistema único de gestión de activos de garantía con una funcionalidad común capaz de gestionar los activos utilizados como garantía en las operaciones de crédito del Eurosistema en todas las jurisdicciones de la zona del euro. En 2020 se completó la fase de especificaciones del proyecto. La fecha de entrada en funcionamiento se aplazó a noviembre de 2023 después de que se decidiese ampliar en un año el plazo del proyecto T2, respondiendo así a las inquietudes de los participantes en el mercado sobre la posibilidad de que el actual entorno adverso dificultase sus preparativos.

4.2 Vigilancia y la función de banco central emisor

Para garantizar la seguridad y la eficiencia de las infraestructuras de los mercados financieros y los pagos, el Eurosistema establece objetivos en reglamentos, normas, orientaciones y recomendaciones específicos sobre vigilancia, y lleva a cabo sus tareas en este ámbito recopilando datos, evaluando la información mediante su contrastación con los objetivos de vigilancia y, en caso necesario, promoviendo el cambio.

En 2020, el Eurosistema siguió vigilando los sistemas de pago de importancia sistémica (SIPS, por sus siglas en inglés) evaluando el funcionamiento de los sistemas y las modificaciones que se fueron introduciendo, así como su nivel de ciberresiliencia. Además de TARGET2, EURO1, STEP2-T y CORE(FR), ahora se considera que Mastercard Clearing Management System es un SIPS. Se inició una revisión del Reglamento relativo a los SIPS con una consulta pública, con el fin de especificar claramente los criterios para determinar qué bancos centrales del Eurosistema deberían ser designados autoridad competente para vigilar los SIPS.

Nuevo marco de vigilancia de los instrumentos, esquemas y acuerdos de pago electrónico (PISA, por sus siglas en inglés)

El Eurosistema también continuó vigilando los sistemas de pago no SIPS, incluidos los sistemas de pagos inmediatos y los esquemas de pago. Con el fin de establecer principios de vigilancia de los instrumentos, esquemas y acuerdos de pago electrónico de forma más simple, orientada al futuro y armonizada, el BCE publicó la propuesta del nuevo marco de vigilancia del Eurosistema de los instrumentos, esquemas y acuerdos de pago electrónico (PISA, por sus siglas en inglés) para someterlo a consulta pública.

Sobre la base del seguimiento continuado del fraude en las operaciones con tarjeta, el Eurosistema publicó su sexto informe de vigilancia sobre fraude en los pagos con tarjeta. El informe demostró que, en el período comprendido entre 2014 y 2018, este tipo de fraude siguió predominando en las operaciones efectuadas a distancia, es decir, por internet y por correo y teléfono.

El Eurosistema siguió promoviendo la ciberresiliencia de las infraestructuras de los mercados financieros, apoyando el establecimiento de la Iniciativa para el Intercambio de Información e Inteligencia Cibernéticas (CIISI-EU, por sus siglas en inglés), y la adopción y aplicación del marco TIBER-EU.

Por lo que respecta a la liquidación de valores, después de la primera evaluación global de la vigilancia de la plataforma T2S en funcionamiento, se analizaron los avances logrados por el operador del sistema en la subsanación de las deficiencias detectadas en determinadas áreas. Asimismo, se evaluó la funcionalidad del mecanismo de sanción que sirve de apoyo a los DCV de T2S (véase también la sección 4.1) frente al régimen de disciplina en la liquidación recogido en el Reglamento sobre los DCV.

En cuanto al funcionamiento operativo, la vigilancia del Eurosistema se centró en particular en los incidentes ocurridos en los Servicios TARGET durante 2020, colaborando de forma activa con el operador del sistema con el fin de evaluar exhaustivamente los incidentes y las medidas adoptadas para evitar que volvieran a producirse. El funcionamiento operativo seguirá siendo una de las prioridades en las que se centrará la vigilancia del Eurosistema durante el próximo año.

Con respecto al funcionamiento durante la crisis del COVID-19, las infraestructuras de los mercados financieros no registraron incidentes operativos graves relacionados con la situación de pandemia. Sin embargo, en el primer semestre de 2020 se detectaron puntualmente problemas con las cadenas de suministro de terceros situados en zonas muy afectadas, así como ligeros retrasos en la prestación de servicios y una disminución de la eficiencia de la liquidación durante el pico de la pandemia por tener que procesar volúmenes superiores a los habituales.

La pandemia y la volatilidad asociada de los mercados también influyeron en las prácticas de pago y liquidación. Los requerimientos de márgenes de las entidades de contrapartida central (ECC) se incrementaron notablemente. Por tanto, los participantes en el mercado que estaban menos preparados para gestionar su liquidez en situaciones de estrés sufrieron tensiones de liquidez en algunos momentos.

En su calidad de banco central emisor del euro, el Eurosistema participa en la autorización y en la revisión y evaluación periódicas de los DCV de conformidad con el Reglamento sobre los DCV. En 2020, el Eurosistema contribuyó a seis procesos de autorización y a doce de revisión y evaluación. Es la única autoridad que interviene en la autorización y la revisión de todos los DCV de la zona del euro y, por consiguiente, ayuda a facilitar la aplicación de un enfoque coherente en estas tareas, desempeñando así una función clave en la salvaguardia de la seguridad y la eficiencia de la liquidación de valores.

Por lo que respecta a las ECC, el Eurosistema, en su función de banco central emisor del euro, participó en los colegios de supervisores y en los grupos de gestión de crisis. El BCE se incorporó al nuevo CCP Supervisory Committee y al CCP Policy Commitee creados por la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés), y colaboró en el desarrollo del nuevo marco de supervisión de las ECC con arreglo al Reglamento Europeo de Infraestructuras de Mercado revisado (EMIR 2), en particular en el contexto del Brexit. El BCE también analizó el impacto procíclico de la volatilidad de los mercados en las ECC y en sus miembros para contribuir a los debates en curso. En vista de la adopción del marco regulatorio de la UE sobre la recuperación y la resolución de las ECC, el Eurosistema comenzó los trabajos preparatorios para desempeñar su función, como banco central emisor, en los colegios de resolución. El BCE coordinará el enfoque del Eurosistema, ya que la planificación de la recuperación y la resolución de ECC individuales requiere una evaluación coordinada del riesgo sistémico.

4.3 Innovación e integración en las infraestructuras de mercado y los pagos

El sector financiero está inmerso en una importante transformación impulsada por la innovación y la digitalización. En el mercado de pagos minoristas han aparecido nuevos participantes, nuevos canales de acceso a los servicios de pago y nuevas formas de iniciación de pagos. Nuevos competidores, que no proceden del sector financiero y/o que son de fuera de Europa, están planteando retos para los participantes más tradicionales del mercado. Aunque abrirse a la competencia mundial es crucial para fomentar la innovación, una dependencia excesiva de soluciones y tecnologías de pagos foráneas conlleva el riesgo de que el mercado europeo de pagos sea más vulnerable a perturbaciones externas —como las ciberamenazas— y menos capaz de apoyar al mercado único y la moneda única. Además, es posible que los proveedores de servicios de pago con una posición predominante en el mercado mundial no actúen necesariamente en beneficio de los actores europeos.

La estrategia de pagos minoristas del Eurosistema incluye los pagos inmediatos, una solución paneuropea de pagos y un posible euro digital

Para aprovechar el potencial innovador de la digitalización y hacer frente a los desafíos crecientes para la soberanía europea en el mercado de pagos, el Eurosistema ha desarrollado una estrategia amplia para los pagos minoristas. Sus principales elementos son la implantación de los pagos inmediatos, el desarrollo de una solución paneuropea de pagos y la investigación de la posibilidad de crear un euro digital (véase recuadro 5).

Para que los pagos inmediatos estén a disposición de todos los ciudadanos y empresas no solo a nivel nacional sino en toda Europa, es necesario que más proveedores de servicios de pago se adhieran al esquema de transferencias SEPA inmediatas y que se garantice el pleno alcance paneuropeo (véase la sección 4.1 sobre las medidas del Eurosistema para asegurar el alcance paneuropeo de los pagos inmediatos).

El Eurosistema también apoya las medidas dirigidas a superar la fragmentación de las soluciones para los usuarios finales para la iniciación de pagos y los pagos en el punto de interacción (es decir, pagos realizados en punto de venta físico y en comercio electrónico). Concretamente, fomenta soluciones de pago que cumplan los cinco objetivos clave formulados en 2019: alcance paneuropeo con buena experiencia de usuario, comodidad y coste reducido, seguridad y protección, gobernanza y marca europeas, y aceptación global, con énfasis en la mejora de los pagos transfronterizos, en especial con países de fuera de la UE.

En 2020 el BCE también continuó analizando los criptoactivos, centrándose en las implicaciones de las stablecoins emitidas por el sector privado para la política monetaria, la estabilidad financiera, las infraestructuras de mercado y los pagos, así como para la supervisión bancaria. A la luz de este análisis, el objetivo del BCE es desarrollar y aplicar una amplia respuesta política para mitigar el posible impacto adverso de las stablecoins en el entorno financiero y de pagos de la UE, y al mismo tiempo promover iniciativas sólidas que aporten beneficios a las empresas y a los consumidores europeos. El BCE respalda la labor de la comunidad internacional, concretamente la hoja de ruta del G-20 publicada por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, por sus siglas en inglés), para lograr que los pagos transfronterizos ―que con frecuencia se ven afectados por la ineficiencia y la opacidad― sean más rápidos, baratos, transparentes e inclusivos.

Para impulsar una mayor integración de los mercados financieros en Europa, en 2020, el Eurosistema siguió promoviendo la armonización de la postcontratación de todo el mercado. En lo que respecta a la armonización de la gestión de los activos de garantía, a mediados de año había recibido planes de adaptación de todos los mercados europeos a los que se aplican los estándares del manual único de gestión de activos de garantía para Europa (SCoRE, por sus siglas en inglés). El Eurosistema también comenzó a hacer un seguimiento y a evaluar los progresos en el cumplimiento de los estándares de SCoRE. En consonancia con el aplazamiento del proyecto ECMS (véase sección 4.1), la fecha de implementación de SCoRE se pospuso de noviembre de 2022 a noviembre de 2023.

En 2020, el Grupo Consultivo sobre las Infraestructuras del Mercado para Valores y Activos de Garantía del BCE continuó apoyando la creación de una unión de los mercados de capitales. Concretamente, presentó sugerencias específicas al foro de alto nivel sobre la unión de los mercados de capitales en relación con los procedimientos de retención de impuestos y los eventos corporativos.

Recuadro 5
Un euro digital

La transformación del sector financiero a través de la digitalización (véase sección 4.3) también está afectando a los medios de pago. Con el avance de la digitalización, existen varios escenarios en los que los bancos centrales podrían decidir emitir una moneda digital accesible a todos los ciudadanos y empresas para que puedan realizar sus pagos.

El BCE y los bancos centrales nacionales de la zona del euro están estudiando detenidamente las implicaciones económicas, estratégicas, tecnológicas y sociales de la emisión de un euro digital. Un euro digital a disposición del público en general podría impulsar la digitalización de los mercados financieros europeos y de la economía de la UE en su conjunto, así como reforzar su independencia estratégica. Podría complementar al efectivo como medio de pago, especialmente si el uso de efectivo sigue disminuyendo. También podría dar respuesta a los desafíos que pueden derivarse de formas de dinero emitidas por el sector privado o de monedas digitales emitidas por otros bancos centrales.

El Eurosistema está examinando las oportunidades, los retos y las características de diseño de un posible euro digital, aunque no ha asumido ningún compromiso ni ha tomado ninguna decisión sobre su emisión. Un euro digital no sustituiría al efectivo, sino que lo complementaría. El efectivo seguirá estando a disposición de todo el que quiera utilizarlo. Un euro digital daría a los ciudadanos acceso a un medio digital de pago sencillo, de confianza, libre de riesgo y gratuito para su uso básico como medio de pago y que se podría utilizar en toda la zona del euro.

Se están identificando las características de diseño de un posible euro digital. Cualquier diseño debe cumplir una serie de principios y requerimientos, tales como accesibilidad, solidez, seguridad, eficiencia y privacidad, y al mismo tiempo observar el marco regulatorio pertinente. El euro digital debe diseñarse de manera que se eviten posibles consecuencias no deseables derivadas de su emisión. Debería permitir que la zona del euro se beneficie del aumento de eficiencia, al tiempo que se minimizan los efectos adversos sobre la política monetaria y la estabilidad financiera o sobre la prestación de servicios por parte del sector bancario. Los riesgos potenciales podrían mitigarse con medidas como un sistema de remuneración por tramos o límites a las tenencias de euros digitales, aspectos que deben seguir investigándose.

En octubre de 2020 se inició una consulta pública sobre un euro digital para recabar las opiniones del público en general y de los profesionales, y para garantizar que cualquier nueva forma de dinero y medio de pago que proporcione el Eurosistema goce de la confianza del público. Paralelamente, el Eurosistema continúa con su análisis, que incluye la experimentación con soluciones técnicas. En 2021 decidirá si se pone en marcha un proyecto sobre el euro digital.

5 Iniciativas para facilitar el funcionamiento de los mercados y servicios financieros prestados a otras entidades

En respuesta a la situación de emergencia generada por la pandemia de COVID-19, el BCE estableció varias líneas swap con otros bancos centrales en marzo y en abril de 2020 para proporcionar liquidez en las principales monedas internacionales, e introdujo nuevas líneas swap y repo durante el verano para aumentar la provisión de liquidez en euros. No intervino en los mercados de divisas, como también se indicó en los datos trimestrales sobre las intervenciones del BCE en estos mercados, que se publican desde mayo de 2020.

En octubre de 2020 se cumplió con éxito un año de publicación del tipo de interés a corto plazo del euro (€STR), una contribución del BCE a la reforma de los tipos de interés de referencia. El €STR está sustituyendo progresivamente al índice medio del tipo de interés del euro a un día (eonia). En 2020, el BCE prosiguió con su fructífero diálogo con los participantes en los mercados financieros a través de sus grupos de contacto con los mercados, y la información obtenida ha ayudado a aumentar la eficiencia y la eficacia en la aplicación de la política monetaria del BCE.

En 2020, el BCE siguió siendo responsable de la gestión de diversas operaciones financieras en nombre de la UE y continuó desempeñando una función general de coordinación en relación con el marco de Servicios de Gestión de Reservas del Eurosistema.

5.1 Evolución de las operaciones de mercado

Líneas de liquidez en euros y en moneda extranjera

Las líneas de liquidez ayudan al BCE a cumplir su objetivo de estabilidad de precios, a evitar la escasez de liquidez en euros y a impulsar el uso del euro en las transacciones internacionales

Al garantizar que las entidades de contrapartida de fuera de la zona del euro dispongan de financiación en euros, los acuerdos de swap y de cesión temporal (repo)[48] del Eurosistema ayudan al BCE a cumplir su objetivo de estabilidad de precios, evitan que la escasez de liquidez en euros fuera de la zona del euro se convierta en riesgo para la estabilidad financiera e impulsan el uso del euro en las transacciones financieras y comerciales internacionales[49]. Estos acuerdos contribuyen a la fluidez en la transmisión de la política monetaria en la zona del euro al impedir un posible endurecimiento en la concesión de crédito en parte o en toda la zona debido a turbulencias financieras, lo que redunda en beneficio de la economía europea en su conjunto y de todos los ciudadanos europeos. La provisión de divisas a las entidades de contrapartida de la zona del euro alivia la presión en los mercados mundiales de financiación, ayudando así a mitigar los efectos de tales tensiones en la oferta de crédito a los hogares y a las empresas, tanto en la zona del euro como en el extranjero.

Es importante reconocer que las líneas swap y repo sirven de mecanismo de apoyo que no debe competir con los mercados de financiación privada, ni sustituirlos, en la provisión de liquidez en euros a no residentes en la zona del euro. Sin embargo, la mera existencia de mecanismos de liquidez de carácter preventivo puede tener un efecto tranquilizador en los mercados y ayudar a mantener su funcionamiento ordenado.

Figura 2

Resumen de las líneas de liquidez del BCE

Fuente: BCE.

Los acuerdos de líneas swap suscritos entre el grupo de bancos centrales más importantes garantizan el acceso recíproco a la moneda de cada banco central, aunque, en la práctica, la mayoría de estos acuerdos actualmente no se utilizan o se usan solo en una dirección. Las líneas swap bilaterales establecidas entre el BCE y bancos centrales no pertenecientes a la zona del euro permiten a estos últimos proporcionar euros a sus entidades de contrapartida nacionales. Los importes suelen estar limitados, y se considera que los riesgos de las líneas swap están mitigados, en cierta medida, por los pagos recibidos. El 15 de marzo de 2020, el BCE, en una acción coordinada con otros bancos centrales importantes (el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, la Reserva Federal y el Banco Nacional de Suiza), anunció que ofrecería operaciones semanales de provisión de liquidez en dólares estadounidenses con vencimiento de 84 días (además de las operaciones a una semana) y reduciría el precio de todas las operaciones en dólares estadounidenses. Tras este anuncio, el BCE ofreció operaciones con vencimientos de una semana y de 84 días, y ajustó la frecuencia de estas operaciones (diaria, semanal o mensual) en función de la situación en los mercados financieros.

El 20 de marzo de 2020, el BCE anunció que reactivaría la línea swap bilateral establecida con el Danmarks Nationalbank y aumentaría su importe a 24 mm de euros. En abril también acordó nuevas líneas swap bilaterales con el Hrvatska narodna banka (Banco Nacional de Croacia) y el Banco Nacional de Bulgaria, que permiten a ambos bancos centrales proporcionar euros a entidades de contrapartida nacionales hasta un máximo de 2 mm de euros en cada caso.

Durante 2020, el BCE estableció líneas repo bilaterales con varios bancos centrales no pertenecientes a la zona del euro (véase cuadro 2), y el 25 de junio estableció la facilidad repo del Eurosistema (EUREP, por sus siglas en inglés), que crea un marco general que podrá ser utilizado por un amplio conjunto de bancos centrales de fuera de la zona del euro. Con arreglo a esta facilidad, los bancos centrales pueden obtener liquidez en euros a cambio de activos de garantía adecuados, que serán instrumentos de renta fija negociables denominados en euros emitidos por Gobiernos centrales e instituciones supranacionales de la zona del euro.

Cuadro 2

Resumen de las líneas repo bilaterales establecidas en 2020

Fuente: BCE.

Contribución del BCE a la reforma de los tipos de interés de referencia

El BCE siguió desempeñando un papel importante en la reforma de los tipos de interés de referencia de la zona del euro principalmente de dos maneras: en primer lugar, proporciona un tipo de referencia sólido y fiable —el tipo a corto plazo del euro (€STR)— y, en segundo lugar, sirve de catalizador de la iniciativa del mercado al ocuparse de la secretaría del grupo de trabajo del sector privado sobre tipos de interés libres de riesgo para la zona del euro.

El €STR empezó a publicarse el 2 de octubre de 2019. Este tipo refleja el coste de financiación de las entidades de crédito de la zona del euro en el mercado mayorista de depósitos a un día y se basa íntegramente en información estadística confidencial diaria relacionada con las operaciones del mercado monetario, recopilada de conformidad con el Reglamento relativo a las estadísticas de los mercados monetarios (MMSR, por sus siglas en inglés).

Transcurrido un año desde que empezó a publicarse el €STR, el BCE llevó a cabo una revisión de la metodología para su cálculo, de conformidad con el artículo 15, apartado 2, de la Orientación sobre el €STR que requiere que examine, al menos una vez al año, si los cambios en el mercado exigen cambios en el tipo y en su metodología. En la revisión se consideró si el tipo de interés reflejaba correctamente las dinámicas del mercado subyacentes, si se basa en un volumen suficiente de datos y si no presenta sesgos. Se llegó a la conclusión de que la metodología podía medir correctamente el tipo de interés subyacente definido y que la base para medir el coste de financiación en el mercado mayorista de depósitos a un día seguía siendo adecuada.

Dada la solidez y representatividad del €STR, se anima a los participantes en el mercado a utilizarlo en operaciones con derivados y productos distintos de derivados, ya que el eonia dejará de emplearse el 3 de enero de 2022. Para promover e impulsar un mayor uso del €STR, incluso en las disposiciones sobre tipos alternativos en contratos basados en el tipo de oferta en el mercado interbancario del euro (euríbor), el BCE ha decidido publicar tipos medios compuestos y un índice compuesto basados en el €STR[50].

Entretanto, el grupo de trabajo sobre tipos de interés libres de riesgo para la zona del euro, que se encarga de: i) orientar a los participantes en el mercado en su transición del eonia, ampliamente utilizado, al €STR y ii) recomendar tipos de interés alternativos adecuados para sustituir al euríbor, lo que ha contribuido de manera esencial al plan de contingencia para un escenario en el que euríbor deje de emplearse definitivamente. Tras dos consultas públicas, sobre tipos alternativos al euríbor y sobre eventos que harían necesario el uso de tipos alternativos al euríbor, se espera que, en el segundo trimestre de 2021, el grupo de trabajo publique sus recomendaciones sobre los tipos alternativos al euríbor más adecuados para cada categoría de activos y una serie de eventos desencadenantes del uso de tipos alternativos de aplicación general. Se anima a los participantes en el mercado a que tomen nota de las recomendaciones y las tengan en cuenta en la planificación del uso de tipos alternativos.

Grupos de contacto con los mercados

En 2020, los mercados financieros experimentaron retos específicos y desarrollos imprevistos. En ese tiempo de elevada incertidumbre, el BCE concedió gran valor a las interacciones con los participantes en los mercados que se produjeron a través de sus grupos de contacto con los mercados. En varias ocasiones, el Bond Market Contact Group (grupo de contacto del mercado de renta fija), el Foreign Exchange Contact Group (grupo de contacto del mercado de divisas), el Money Market Contact Group (grupo de contacto del mercado monetario) y el ECB Operations Managers Group (grupo de contacto del BCE de responsables de cuestiones operativas) fueron convocados a reuniones ad hoc para intercambiar opiniones sobre la evolución de los mercados financieros y sobre su funcionamiento. Se animó a los participantes en los mercados a que expresaran abiertamente sus puntos de vista en los debates y a que plantearan sus dudas, lo que ayudó al BCE a identificar posibles puntos de tensión en el sistema financiero y a evaluar su capacidad de resistencia, en particular durante la irrupción del coronavirus en Europa en la primavera de 2020. La información obtenida contribuyó a aumentar la eficiencia y la eficacia de la aplicación de la política monetaria del BCE.

Presentación de información sobre las intervenciones en el mercado de divisas

En septiembre de 2019, el Consejo de Gobierno del BCE decidió publicar datos adicionales sobre las intervenciones del BCE en el mercado de divisas. Desde mayo de 2020, estos datos se publican en un cuadro en el sitio web del BCE y en el Statistical Data Warehouse. Se actualizan trimestralmente con un retraso de un trimestre. La información publicada en los cuadros trimestrales también se resume una vez al año en el Informe Anual del BCE (véase cuadro 3). Cuando no ha habido ninguna intervención en el mercado de divisas en el trimestre correspondiente, se indica expresamente.

En 2020, el BCE no intervino en el mercado de divisas. Desde la introducción del euro, el BCE ha intervenido en este mercado en dos ocasiones: en 2000 y en 2011.

Cuadro 3

Intervenciones del BCE en el mercado de divisas

Fuente: BCE.

El marco de información abarca las intervenciones en el mercado de divisas que llevó a cabo el BCE unilateralmente y de forma coordinada con otras autoridades, así como las intervenciones «en los márgenes» efectuadas en el contexto del Mecanismo de Tipos de Cambio (MTC II).

5.2 Gestión de las operaciones de endeudamiento y de préstamo realizadas por la UE

El BCE procesa los pagos relacionados con diversos programas de préstamos de la UE

El BCE es responsable de la gestión de las operaciones de endeudamiento y de préstamo realizadas por la UE con arreglo al mecanismo de ayuda financiera a medio plazo (MTFA, por sus siglas en inglés)[51], al Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEEF)[52] y al instrumento europeo de apoyo Temporal para atenuar los riesgos de desempleo en una emergencia (SURE, por sus siglas en inglés)[53].

En 2020, el BCE procesó pagos de intereses en relación con los préstamos concedidos en el marco del MTFA. A 31 de diciembre de 2020, el saldo vivo total de los préstamos otorgados en el contexto de este mecanismo ascendía a 200 millones de euros. En 2020, el BCE también procesó pagos diversos y pagos de intereses relacionados con los préstamos otorgados al amparo del MEEF. El saldo vivo total de estos préstamos a 31 de diciembre de 2020 se cifraba en 46,8 mm de euros. Asimismo, el BCE tramitó en 2020 los desembolsos de préstamos SURE a Estados miembros. A 31 de diciembre de 2020, el saldo vivo de los préstamos concedidos con arreglo a este instrumento era de 39,5 mm de euros.

Del mismo modo, el BCE es responsable de la gestión de los pagos generados por las operaciones efectuadas en el contexto de la Facilidad Europea de Estabilización Financiera (FEEF)[54] y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)[55]. En 2020, el BCE procesó pagos por intereses y comisiones en relación con dos préstamos concedidos al amparo de la FEEF.

Por último, el BCE es responsable de tramitar todos los pagos relacionados con el acuerdo de préstamo suscrito con Grecia[56]. A 31 de diciembre de 2020, el saldo vivo total de los préstamos concedidos en virtud de este acuerdo ascendía a 52.193,75 millones de euros.

5.3 Servicios de gestión de reservas del Eurosistema

Varios bancos centrales del Eurosistema prestan servicios con arreglo al marco de ERMS

En 2020 se continuó prestando una amplia gama de servicios financieros dentro del marco de Servicios de Gestión de Reservas del Eurosistema (ERMS, por sus siglas en inglés) establecido en 2005 para la gestión de activos de reserva denominados en euros de sus clientes. Algunos de los bancos centrales nacionales del Eurosistema prestan servicios financieros con arreglo a este marco, en condiciones y términos armonizados, y de conformidad con los estándares del mercado, a bancos centrales, autoridades monetarias y organismos públicos situados fuera de la zona del euro, así como a organizaciones internacionales. El BCE desempeña una función general de coordinación, hace un seguimiento del correcto funcionamiento de los servicios, promueve cambios para mejorar el marco y prepara los informes correspondientes para el Consejo de Gobierno del BCE.

El número de cuentas de clientes de ERMS era de 260 a finales de 2020, en comparación con 273 a finales de 2019. El total de tenencias agregadas (que incluyen las tenencias de efectivo y de valores) gestionado en el marco de ERMS aumentó alrededor de un 1,7 % en 2020 con respecto a 2019.

El marco jurídico de los ERMS se actualizó en 2020 con el fin de reforzar los incentivos para lograr mayor transparencia en la presentación de informes y el intercambio de información dentro del Eurosistema en el contexto de la prestación de los ERMS.

6 Más billetes en circulación y volumen históricamente bajo de falsificaciones

El BCE y los bancos centrales nacionales (BCN) de la zona del euro son los responsables de emitir los billetes en euros dentro de la zona del euro, con el fin de garantizar la disponibilidad de efectivo y de mantener la confianza en la moneda. Pese al impacto de la pandemia en el consumo y en el comportamiento de pago, el número de billetes en euros en circulación siguió aumentando considerablemente, mientras que el número de billetes falsos retirados de la circulación descendió a un mínimo histórico.

6.1 Demanda persistente y elevada de billetes en euros

El número de billetes en euros en circulación y su importe han ido en aumento, en general a un ritmo mayor que el crecimiento económico, desde 2002

En 2020, el número de billetes en euros en circulación y su importe aumentaron en torno a un 10 %. Al final del año, circulaban 26.500 millones de billetes en euros por un importe total de 1.435 mm de euros (véanse gráficos 21 y 22). Los billetes de 50 euros representaron prácticamente la mitad del número y del importe de los billetes en circulación. A mediados de marzo de 2020, tras declararse que el COVID-19 constituía una pandemia, se observó un aumento muy acusado de la demanda de efectivo durante unas semanas, en especial de las denominaciones de 200 y 100 euros, como consecuencia del incremento de la demanda de efectivo como depósito de valor por precaución. En los meses siguientes se registró un descenso de las retiradas de efectivo habituales de las entidades crédito y de sus ingresos de efectivo en los BCN, debido a las medidas de confinamiento y a cambios en los hábitos de pago, lo que condujo a una reducción de hasta el 20 % del volumen en el ciclo del efectivo en el resto de 2020 con respecto a 2019. Sin embargo, los billetes en circulación siguieron creciendo durante 2020, principalmente como resultado de la mayor incertidumbre y de un impulso general por atesorar billetes en situaciones de crisis.

Gráfico 21

Número e importe de los billetes en euros en circulación

(escala izquierda: mm de euros; escala derecha: miles de millones)

Fuente: BCE.

Gráfico 22

Importe de los billetes en euros en circulación, por denominaciones

(mm de euros)

Fuente: BCE.

En términos de importe, una proporción significativa de los billetes en euros se encuentran fuera de la zona del euro

Un estudio reciente sugiere que la proporción de billetes en euros en circulación fuera de la zona del euro oscila entre el 30 % y el 50 % del importe total de los billetes en euros en circulación. El estudio presenta evidencia de que estos billetes se utilizan como depósito de valor y para liquidar operaciones.

La producción de billetes en euros se comparte entre los BCN de la zona del euro, a los que se asignó en total la producción de aproximadamente 5.700 millones de billetes en 2020.

El número total de monedas en euros en circulación aumentó un 2 % en 2020, hasta situarse en 138.000 millones de piezas al final del año. El importe de las monedas en circulación ascendía a 30 mm de euros, cifra que supera en un 1,4 % la registrada a finales de 2019.

En 2020, las entidades de crédito depositaron en los BCN de la zona del euro 25.000 millones de billetes por un importe total de alrededor de 800 mm de euros. El 12 % de estos billetes (es decir, 3.000 millones) fueron sustituidos por billetes nuevos para mantener la alta calidad de los billetes en circulación.

6.2 El uso del efectivo por parte de los ciudadanos

Estudio sobre el uso del efectivo en la zona del euro

En 2019, el BCE inició su segundo estudio sobre los hábitos de pago de los consumidores en la zona del euro (SPACE, por sus siglas en inglés) para analizar el uso del efectivo y de instrumentos de pago distintos del efectivo. El estudio mostró que el 73 % de todos los pagos efectuados por los consumidores en el punto de venta y en operaciones entre particulares se liquidaron en efectivo. En términos de importe, los pagos en efectivo representaron el 48 % del importe total de las operaciones, seguidos de los pagos con tarjeta, que supusieron el 41 %.

El efectivo seguirá siendo importante en el futuro

Del estudio también se desprende que para el 55 % de los encuestados es importante o muy importante seguir teniendo la opción de pagar con efectivo en el futuro. Asimismo, los resultados revelaron que el 34 % de los participantes en el estudio mantienen reservas de efectivo, ya sea para saldar operaciones o con fines de ahorro.

Una encuesta realizada en toda la zona del euro en julio de 2020 reveló que la pandemia de COVID-19 había tenido un fuerte impacto en los hábitos de pago de los consumidores, ya que el 40 % de los encuestados señalaron que habían utilizado menos el efectivo en sus pagos. El principal motivo del cambio en los hábitos de pago inducido por la pandemia fueron las medidas para aumentar la conveniencia del uso de medios de pago distintos del efectivo.

Mantenimiento de la disponibilidad y de la aceptación del efectivo en euros

La estrategia Cash 2030 del Eurosistema tiene por objeto garantizar un acceso adecuado al efectivo y su aceptación como medio de pago

Para mantener la confianza en los billetes y monedas en euros, y la libertad de los consumidores para elegir el medio de pago, en 2020, el Consejo de Gobierno del BCE adoptó una nueva estrategia para el efectivo. La estrategia sobre el efectivo del Eurosistema, Cash 2030, publicada en diciembre de 2020, define las prioridades y los objetivos estratégicos que deben alcanzarse en los próximos años para garantizar que todos los ciudadanos y empresas de la zona del euro sigan teniendo un acceso adecuado a servicios de efectivo, y que este continúe siendo un medio de pago generalmente aceptado. La reducción de la huella ecológica de los billetes en euros y el desarrollo continuado de billetes innovadores y seguros son también elementos importantes que serán abordados.

Para alcanzar estos objetivos, el Eurosistema ha comenzado a analizar la cobertura geográfica de los puntos de servicios de efectivo de las entidades de crédito y la evolución de las comisiones estándar que aplican las entidades a sus clientes por depositar y retirar billetes y monedas. Asimismo, el BCE y los BCN han entablado un diálogo directo con la comunidad bancaria y con otras partes involucradas en el ciclo del efectivo sobre la adecuación de los servicios de efectivo, dado que las entidades de crédito seguirán siendo los principales agentes en el sistema de distribución minorista de efectivo y en la comprobación de la autenticidad y de la calidad de los billetes en circulación. Tras la irrupción de la pandemia, el BCE y los BCN realizaron esfuerzos especiales, en estrecha cooperación con todos los participantes en el ciclo del efectivo, para hacer frente a las dificultades derivadas de los confinamientos y para mitigar el efecto disruptivo en los ciclos nacionales de efectivo.

Nivel bajo de transmisibilidad del coronavirus a través de billetes

El riesgo de contagiarse de COVID-19 al pagar con efectivo es insignificante

Desde que apareció el COVID-19, el BCE ha estado trabajando estrechamente con varios laboratorios para determinar hasta qué punto podría contribuir el uso de efectivo a la propagación del virus. Se han estudiado dos aspectos relacionados, aunque diferentes: primero, el tiempo que el virus puede sobrevivir en la superficie de los billetes y de las monedas (capacidad de supervivencia); segundo, la cantidad de virus que puede transferirse del dinero en efectivo a la mano de una persona (transmisibilidad). Los resultados de estas pruebas respaldan las opiniones expresadas anteriormente por muchas organizaciones eminentes de que el riesgo de transmisión mediante el uso del efectivo es bajo. Las pruebas mostraron que la cantidad de virus que podría transmitirse en los pagos con efectivo es tan baja que el riesgo de contagio es insignificante.

El número de billetes falsos en euros registró un mínimo histórico

En 2020, el número de billetes falsos en euros se redujo hasta su nivel más bajo desde 2003, y se retiraron de la circulación alrededor de 460.000 billetes falsos. En comparación con el número de billetes en euros auténticos en circulación, la proporción de falsificaciones registró un mínimo histórico y se situó en 17 unidades por millón (véase gráfico 23).

Gráfico 23

Número de billetes falsos por cada millón de billetes en euros auténticos en circulación

(unidades por millón)

Fuente: BCE.

Los falsificadores se centran principalmente en las denominaciones de 20 y de 50 euros, que en 2020 representaron, en conjunto, más de dos tercios del número total de billetes falsos retirados de la circulación. El billete de 20 euros ha sustituido al de 50 euros como el más falsificado. También ha aumentado la proporción de billetes falsos de baja calidad, que son fáciles de detectar porque carecen de los elementos de seguridad de los billetes o son imitaciones de mala calidad.

El BCE aconseja al público que se mantenga alerta cuando reciba billetes y que no deje de aplicar el método «toque-mire-gire»

Pese a la disminución de la calidad de los billetes falsos, el BCE sigue aconsejando al público que se mantenga alerta cuando reciba billetes, que no deje de aplicar el método «toque-mire-gire» y que no se limite a examinar solamente uno de los elementos de seguridad. Además, de forma continuada se imparten cursos de formación a los profesionales encargados del manejo del efectivo tanto dentro como fuera de Europa, y se distribuye al público material informativo actualizado como medida de apoyo a la lucha del Eurosistema contra la falsificación. Asimismo, el BCE colabora con Europol, Interpol y la Comisión Europea en la consecución de este objetivo.

7 Estadísticas

El BCE —en colaboración con los bancos centrales nacionales (BCN)— elabora, recoge, compila y difunde una amplia gama de estadísticas y datos que sirven de apoyo a la política monetaria del BCE, así como a las tareas relacionadas con la estabilidad financiera y otras funciones del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS). Estas estadísticas también son utilizadas por las autoridades públicas, las organizaciones internacionales, los participantes en los mercados financieros, los medios de comunicación y el público en general, y ayudan al BCE a aumentar la transparencia de su trabajo.

Este capítulo se centra en cómo reducir la carga informativa de las entidades de crédito manteniendo la calidad de las estadísticas, en las nuevas estadísticas de la zona del euro y en la provisión de datos y de estadísticas durante la pandemia de COVID-19. Se incluyen dos recuadros que ponen el foco, respectivamente, en el cumplimiento del tipo a corto plazo del euro (€STR) con los principios elaborados por la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) y en la revisión de las normas estadísticas internacionales en la que se abordan los desarrollos que tienen implicaciones significativas para las políticas y las funciones de banca central.

7.1 Estrategia de presentación de información: reducción de costes y mejora de la calidad

El SEBC presentó propuestas para reducir la carga informativa y mejorar la calidad de los datos, así como la sincronización con los trabajos sobre el IReF

En su aportación al próximo informe de viabilidad de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) sobre un sistema de información integrada para las entidades de crédito, el SEBC explicó su estrategia de recopilación de datos de las entidades (véase figura 3) y formuló propuestas para reducir la carga informativa de las entidades en los ámbitos de la presentación de información estadística, de resolución y prudencial, sin que se pierda el contenido informativo indispensable para las funciones de política monetaria, resolución y supervisión[57].

Este objetivo puede lograrse con:

  • un diccionario de datos estándar común y un modelo de datos común para los requerimientos de información estadística, de resolución y prudencial;
  • mejoras de los procedimientos, como eliminar duplicidades en las solicitudes de información y mejorar el intercambio de datos entre autoridades;
  • una mayor cooperación entre las autoridades europeas, y entre las autoridades y el sector bancario, para lograr un modelo de datos común y procedimientos más inteligentes.

El SEBC también propuso la sincronización con los trabajos sobre su marco integrado de información (IReF, por sus siglas en inglés).

Figura 3

Estrategia del SEBC para la recopilación de datos de las entidades de crédito

Fuente: BCE.
Nota: BIRD es el diccionario de información integrada de las entidades de crédito, MUS es el Mecanismo Único de Supervisión y MUR es el Mecanismo Único de Resolución.

7.2 Novedades y mejoras en las estadísticas de la zona del euro

Pese a la pandemia de COVID-19, el BCE llevó a cabo sus planes de proporcionar nuevas estadísticas

El 7 de abril de 2020, el BCE publicó por primera vez estadísticas consistentes de balanza de pagos de la zona del euro y las cuentas sectoriales de la zona, facilitando así el uso combinado de estos dos conjuntos de datos con fines analíticos.

Los tipos de cambio efectivos del euro y los indicadores armonizados de competitividad, así como las ponderaciones utilizadas de las cifras de comercio, se actualizaron el 1 de julio de 2020.

En 2020, el BCE desarrolló nuevas herramientas de comunicación para facilitar el acceso a sus datos y estadísticas por parte del público general. La primera publicación digital interactiva del BCE, titulada «Perspectivas estadísticas: Dinero, crédito y tipos de interés de los bancos centrales», es una combinación de elementos visuales, textos y gráficos interactivos redactados en un lenguaje sencillo, y se publicó en 23 idiomas de la UE. Las estadísticas nacionales y de la zona del euro incluidas se actualizan en tiempo real cada vez que se publican nuevos datos. En un artículo del blog del BCE publicado en el Día Mundial de las Estadísticas Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, explica el valor estratégico de los datos y estadísticas de alta calidad para la formulación de políticas del BCE.

7.3 Provisión de datos y estadísticas durante la pandemia

El BCE tuvo que adaptarse para proporcionar las estadísticas necesarias para hacer frente a la crisis del COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha planteado desafíos sin precedentes para los responsables de la elaboración de políticas, haciendo necesario el seguimiento de indicadores (proxies) de alta frecuencia de la actividad económica, así como de indicadores estadísticos estándar para calibrar la respuesta de política monetaria del BCE en tiempo real en momentos de gran incertidumbre. La pandemia también ha supuesto retos considerables y variados, tanto para las entidades informadoras como para los responsables de compilar las estadísticas.

En un esfuerzo conjunto, el BCE y Eurostat identificaron los principales problemas para la elaboración de las estadísticas de balanza de pagos, como la suspensión de las encuestas en frontera, la reducción del número de respuestas y los retrasos por parte de las entidades que informan directamente, en particular las sociedades no financieras, así como la menor calidad y las demoras en la obtención del acceso a datos administrativos (por ejemplo, las declaraciones del IVA) y los estados financieros anuales. Se analizó una lista de fuentes alternativas que podrían utilizarse para reducir las deficiencias y se sentaron las bases para una mayor colaboración y cooperación entre las instituciones responsables de recopilar la información.

En este contexto, fue esencial mantener la continuidad de las actividades relacionadas con las estadísticas y los datos supervisores del SEBC y del Sistema Estadístico Europeo (SEE).

La cooperación con las entidades informadoras, los BCN, el SEE y Eurostat fue fundamental

En abril, el BCE ajustó algunas exigencias de información e invitó a los BCN y a las entidades informadoras a que encontraran soluciones pragmáticas en el marco jurídico vigente para que la presentación de datos se mantuviera dentro de unos límites manejables para las entidades, preservando al mismo tiempo la calidad de la información estadística, de modo que conserve su vigencia y utilidad[58]. El BCE también colaboró estrechamente con los BCN, con Eurostat y con institutos nacionales de estadística para elaborar enfoques comunes de mitigación de riesgos con respecto a las fuentes de datos y los métodos de estimación, con el fin de reducir al mínimo la pérdida de calidad y los posibles problemas de comparabilidad entre países y regiones.

Los datos granulares recogidos por el BCE permitieron efectuar análisis detallados y oportunos

El desarrollo de varias medidas adoptadas por el Consejo de Gobierno del BCE para contrarrestar los efectos de la pandemia también se benefició de la flexibilidad proporcionada por los datos granulares recogidos por el BCE y por los BCN. Asimismo, el BCE adaptó la producción de datos para poder calibrar adecuadamente su respuesta, lo que incluyó, por ejemplo:

  • el procesamiento de la información sobre préstamos aportada por las entidades de crédito que participan en operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico;
  • la generación de datos diarios sobre emisiones brutas, amortizaciones y saldos vivos de deuda pública de los países de la zona del euro para calibrar los programas de compra de activos del BCE.

Recuadro 6
Cumplimiento del €STR con los principios de la IOSCO

El cumplimiento de los principios aplicables a los índices de referencia financieros elaborados por la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) asegura que el marco de control del tipo de interés a corto plazo del euro (€STR) se ajuste a las mejores prácticas internacionales.

El 30 de septiembre de 2020, el BCE publicó su declaración de cumplimiento del €STR con los principios de la IOSCO. La declaración ha sido verificada de forma independiente como parte de una auditoría externa realizada por la empresa auditora PricewaterhouseCoopers.

En los procedimientos del BCE relacionados con la gobernanza, la calidad y la rendición de cuentas del €STR se aplican los principios de la IOSCO —cuando es pertinente y adecuado— para asegurar que se dispone de un marco de control eficaz y transparente acorde con las mejores prácticas internacionales, orientado a proteger la integridad y la independencia del proceso empleado para determinar el €STR. En la declaración se explica cómo lleva a cabo el BCE la administración del €STR, se presenta una autoevaluación del cumplimiento de cada uno de los principios, y se describen los marcos y los procedimientos pertinentes.

Recuadro 7
Revisión de las normas estadísticas internacionales

Expertos del BCE y de los BCN están contribuyendo al proceso de actualización de dos manuales internacionales sobre el marco metodológico de las cuentas nacionales y sobre las estadísticas de balanza de pagos, que son importantes para las políticas y las funciones de banca central.

Las normas estadísticas internacionales son un conjunto armonizado de conceptos, definiciones, clasificaciones, normas contables y otras orientaciones relacionadas que constituyen la base para la compilación de estadísticas económicas oficiales con el objetivo de que sean adecuadas para la formulación de políticas, así como para el análisis y la investigación. Determinan qué flujos y posiciones económicos se recogen en indicadores macroeconómicos como el PIB, la deuda o la balanza por cuenta corriente, y cómo se registran.

Dado que las normas abarcan todas las áreas de las estadísticas económicas y están a disposición de todos los responsables de la compilación de datos de todo el mundo, facilitan la comparabilidad en todos los ámbitos estadísticos y en todas las áreas económicas nacionales e internacionales. Todos los datos y estadísticas económicos que utiliza el BCE se basan en dichas normas.

En marzo de 2020, los organismos internacionales competentes —la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas y el Comité del FMI sobre Estadísticas de Balanza de Pagos— decidieron emprender una revisión de dos manuales del sistema de normas: el Sistema de Cuentas Nacionales y el Manual de Balanza de Pagos y Posición de Inversión Internacional. En la revisión se abordarán fenómenos como la globalización, la digitalización, las nuevas formas de intermediación financiera y el cambio climático, y se establecerán los tratamientos estadísticos apropiados para incluirlos. Estas novedades tienen implicaciones significativas para las políticas y funciones de banca central, y sus efectos se están considerando, por ejemplo, en el contexto de la revisión en curso de la estrategia de política monetaria del BCE.

Habida cuenta de la importancia de las normas para el SEBC, expertos del BCE y de los BCN, junto con expertos de organizaciones internacionales, oficinas de estadística y otras autoridades nacionales, están contribuyendo al proceso de actualización. Está previsto que las nuevas normas estén finalizadas en 2025 y que posteriormente se incorporaren a la legislación europea en materia de estadística, incluida la del BCE.

8 Prioridades de investigación del BCE

La pandemia de COVID-19 también afectó a las actividades de investigación durante 2020, y se impulsaron los trabajos de investigación centrados en mejorar las herramientas para el análisis en tiempo real de las condiciones económicas y la valoración de las opciones de política. Al mismo tiempo, las redes de investigación y los grupos de trabajo establecidos continuaron con su labor. La cooperación con el mundo académico se vio limitada por la pandemia inicialmente, pero las actividades se reanudaron en la segunda mitad del año.

8.1 Actividades relacionadas con el COVID-19

Se realizaron esfuerzos por mejorar las herramientas para el análisis en tiempo real de las condiciones económicas y financieras

La pandemia de COVID-19 hizo que se intensificaran los esfuerzos por mejorar las herramientas de seguimiento de las condiciones económicas y financieras, con el fin de captar mejor y en tiempo real unas condiciones que cambian con rapidez.

Un ejemplo es la elaboración de indicadores mensuales y semanales de la actividad económica. Aunque los indicadores mensuales se han convertido en una herramienta estándar en las previsiones económicas en los diez últimos años, el análisis se ha mejorado y ahora se publican indicadores con frecuencia semanal gracias al uso de una variedad de datos nuevos, procedentes, en parte, de fuentes basadas en sitios web (véase recuadro 8).

Asimismo, los indicadores de tensiones financieras se han afinado para valorar semanalmente los riesgos de fragmentación financiera en la zona del euro. Estos indicadores muestran que la pandemia de COVID-19 inicialmente provocó una fuerte fragmentación, próxima a los niveles observados durante la crisis financiera global de 2008 y la crisis de la deuda soberana de la zona del euro de 2012[59]. Sin embargo, a mediados de septiembre de 2020, el grado de fragmentación financiera de la zona del euro prácticamente retornó a los niveles anteriores a la crisis, gracias a las rápidas respuestas de política económica y a la capacidad de resistencia generada por los mecanismos de respaldo financiero y por las reformas acometidas en los diez últimos años.

Una nueva encuesta realizada a través de internet relativa a las expectativas de los consumidores proporcionó información sobre la confianza de los hogares y las condiciones del mercado de trabajo

Otra fuente importante de información fue la encuesta sobre las expectativas de los consumidores (CES, por sus siglas en inglés) del BCE, una nueva encuesta a través de internet que comenzó a realizarse a principios de 2020 y que todavía está en fase piloto. La encuesta aporta información periódica sobre la confianza y las expectativas de los hogares, los planes de consumo y de ahorro, y las condiciones del mercado de trabajo. Se caracteriza por un nivel elevado de actualidad y armonización entre los países de la zona del euro, especialmente las cuatro economías de mayor tamaño[60].

La encuesta reveló diferencias entre países en las preocupaciones financieras de los hogares…

La nueva encuesta demostró ser muy valiosa para el seguimiento del sector hogares durante el brote de COVID-19. Por ejemplo, se preguntó a los hogares sobre la gravedad de las consecuencias financieras derivadas de la pandemia. Las respuestas revelan diferencias en sus preocupaciones financieras que varían de un país a otro (véase gráfico 24). Por ejemplo, los hogares encuestados en España y, en menor medida, en Italia, señalaron consecuencias financieras más graves que en Alemania y Países Bajos.

Gráfico 24

Preocupaciones de los hogares sobre las consecuencias financieras del COVID-19

(puntuaciones medias de preocupación)

Fuente: BCE.
Notas: El gráfico muestra la puntuación media de las respuestas de los hogares a la pregunta: «¿En qué medida le preocupa el impacto del coronavirus (COVID-19) en la situación financiera de su hogar?», y se basa en una escala de respuestas de 11 puntos que va de 0 («No me preocupa en absoluto») a 10 («Me preocupa extremadamente»). Los resultados mostrados corresponden a abril, julio y octubre de 2020.

... y una dependencia de las características demográficas y económicas de los hogares

Asimismo, la encuesta sugiere que los hogares más vulnerables a la perturbación del COVID-19 son aquellos con miembros jóvenes, niveles bajos de ingresos, empleos temporales o acceso limitado al crédito. Los hogares con mayores preocupaciones financieras tienden a reducir proporcionalmente más su gasto. También tenderían a utilizar menos las transferencias que pudieran recibir en el futuro como parte de los programas de apoyo público. Estas conclusiones pueden sugerir que las medidas de política fiscal muy concretas y focalizadas pueden contribuir de manera sustancial a la estabilización de las condiciones macroeconómicas durante la pandemia.

8.2 Redes de investigación

Los grupos (clusters) de investigación continuaron con sus actividades habituales

Las redes de investigación establecidas siguieron coordinando los trabajos de investigación realizados en el Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y manteniendo el contacto con investigadores académicos. Concretamente, los tres grupos de investigación del SEBC centrados en política monetaria, estabilidad financiera y aspectos de carácter estructural de las economías de la zona del euro organizaron seminarios sobre las cuestiones más apremiantes en sus áreas de trabajo. En el futuro, los grupos tienen previsto dar mayor prioridad a la investigación sobre cómo hacer frente a los desafíos derivados de un entorno de bajo crecimiento, inflación reducida, cambio climático e innovaciones tecnológicas financieras.

El grupo de trabajo de investigación sobre política monetaria, regulación macroprudencial y estabilidad financiera logró avances significativos

En 2020, el grupo de trabajo sobre política monetaria, regulación macroprudencial y estabilidad financiera puso en práctica numerosos proyectos en los que se analizaban los efectos de las políticas macroprudenciales. Una línea de investigación se centró en el efecto sobre la desigualdad derivado de las medidas macroprudenciales basadas en la capacidad de pago de los prestatarios (borrower-based measures)[61]. Aunque esas medidas pueden aumentar la desigualdad al dificultar la solicitud de préstamos a personas con niveles bajos de ingresos, también pueden reducirla en épocas de crisis al mitigar el impacto de una crisis en los grupos vulnerables. En otros proyectos se estudió cómo las políticas macroprudenciales —a través de su efecto en la estabilidad financiera y en el tipo de interés de equilibrio— afectan a la transmisión de la política monetaria, y cómo la política monetaria —mediante su impacto en la asunción de riesgos por los intermediarios financieros— influye en la necesidad de contar con políticas macroprudenciales. Una tercera línea de investigación se centró en los beneficios de la coordinación de las políticas monetaria y macroprudencial.

La red de investigación PRISMA estudió la frecuencia de los cambios en los precios individuales y los problemas de medición de los precios de consumo

La red de análisis de microdatos sobre la formación de precios (PRISMA, por sus siglas en inglés) estudia el proceso de formación de precios en empresas individuales y en el sector minorista utilizando conjuntos de microdatos sobre precios. En 2020, el grupo analizó la frecuencia de los cambios en los precios individuales para comprender mejor el proceso de inflación, actualizando la evidencia aportada por la Inflation Persistence Network (IPN) a principios de la década de 2000. También estudió los datos utilizados en el cálculo de los índices oficiales de precios de consumo.

La red sobre la situación financiera y el consumo de los hogares publicó los resultados de su encuesta de 2017

En marzo de 2020, la red sobre la situación financiera y el consumo de los hogares (Household Finance and Consumption Network, HFCN) publicó los resultados de la tercera edición (2017) de la encuesta sobre la situación financiera y el consumo de los hogares (Household Finance and Consumption Survey). Si bien la mediana de la riqueza neta de los hogares de la zona del euro se mantuvo, en general, estable entre 2014 y 2017, los hogares experimentaron aumentos generalizados de renta, y la mediana de los ingresos se incrementó un 4,1 %. Además, la concentración de la riqueza neta en los hogares más ricos de la zona del euro permaneció inalterada en ese período, aunque es posible que las presiones de financiación hayan disminuido en los hogares más endeudados de la zona. Los datos también contribuirán a comprender las heterogeneidades entre hogares en la transmisión de la política monetaria y en las presiones financieras.

CompNet estudió cómo compiten las empresas europeas en un entorno global plagado de dificultades derivadas del COVID- 19

El SEBC también mantiene vínculos con redes de investigación independientes, como la red de investigación sobre competitividad (Competitiveness Research Network o CompNet), un foro de investigación y análisis de las políticas en materia de competitividad y productividad. En 2020, CompNet organizó dos conferencias virtuales con el Národná banka Slovenska y el BCE, respectivamente. En la primera se examinó el desarrollo sostenible, los resultados de las empresas y las políticas de competitividad en pequeñas economías abiertas. En la segunda se analizaron los efectos de la pandemia de COVID-19 en el comercio internacional y en los flujos de capitales, así como las implicaciones de esta evolución para las empresas europeas. CompNet también publicó nuevos trabajos sobre cuestiones relativas a la productividad en el informe sobre productividad de las empresas de 2020 (Firm Productivity Report 2020).

8.3 Conferencias y publicaciones

Las conferencias se suspendieron en la primera mitad de 2020, pero posteriormente se reanudaron con un nuevo formato

Durante la primera mitad de 2020, la cooperación con el mundo académico se vio limitada por la pandemia y muchas conferencias periódicas se cancelaron o se aplazaron, incluido el Foro del BCE sobre Banca Central (ECB Forum on Central Banking), que iba a tener lugar en Sintra en junio/julio, pero que se celebró en formato virtual en noviembre. Las conferencias se reanudaron en la segunda mitad del año a través de eventos virtuales, entre los que destacaron la Conferencia Anual de Investigación y la Conferencia de Política Monetaria del BCE. En las dos conferencias se debatieron opciones de respuesta al COVID-19, pero también se presentaron trabajos de investigación innovadores relacionados con la transmisión de la política monetaria y las estructuras de los mercados financieros.

La publicación de trabajos de investigación no se vio afectada por el COVID-19

En 2020 se publicaron 161 trabajos preparados por expertos del BCE en la serie de documentos de trabajo (Working Paper Series) del BCE, así como diversos estudios metodológicos o sobre cuestiones más operativas de las políticas económicas en la serie de documentos ocasionales (Occasional Paper Series), la serie de documentos estadísticos (Statistics Paper Series) y la serie de documentos de debate (Discussion Paper Series) del BCE. Los resultados de muchas de las actividades de investigación del BCE también se plasmaron en la publicación de artículos en revistas académicas, mientras que algunos materiales se difundieron entre un público más general, como los trece artículos publicados en el Boletín de Investigación (Research Bulletin) del BCE.

Recuadro 8
Seguimiento de la economía en tiempo real

La predicción a muy corto plazo (nowcasting) de la economía es una tarea que forma parte del análisis económico desde hace mucho tiempo. En la zona del euro, los primeros datos oficiales del PIB trimestral se publican unas cuatro semanas después del final del trimestre. Mientras tanto, los economistas deben analizar la actividad económica utilizando diversos indicadores mensuales, como la producción industrial o encuestas de consumidores y empresas. El uso de métodos estadísticos para condensar la información de estos indicadores desempeña un papel importante en este análisis.

La pandemia de COVID-19 aumentó la necesidad de evaluar la actividad económica en tiempo real. Los investigadores del BCE y de los bancos centrales nacionales han intensificado sus esfuerzos para utilizar datos de alta frecuencia con el fin de crear estimaciones más puntuales de la actividad económica. Mientras que los indicadores tradicionales están disponibles mensualmente, la revolución del big data ofrece ahora indicadores de actividad económica con frecuencia semanal o incluso diaria, como datos de pagos por internet, datos de tráfico (pago de peajes de camiones), el consumo de electricidad, la contaminación atmosférica, datos de búsquedas en Google y muchos otros[62].

Estos indicadores han demostrado ser muy valiosos para estudiar la economía durante la pandemia. El índice del gráfico A, por ejemplo, muestra, junto con los niveles del PIB trimestral, una valoración semanal en tiempo real de la actividad económica de la zona del euro combinando un conjunto de datos semanales con los indicadores mensuales tradicionales. El índice está normalizado a un nivel de 100 en diciembre de 2019. El índice semanal muestra que la economía de la zona del euro entró en una recesión profunda en la primera semana de marzo de 2020, cuando se impusieron medidas de confinamiento, y registró un mínimo en la última semana de abril, antes de recuperarse gradualmente cuando se retiraron las medidas. Posteriormente, la actividad económica se mantuvo estable durante el resto del año.

Gráfico A

Indicador semanal de actividad de la zona del euro y PIB trimestral

(índice: diciembre de 2019 = 100)

Fuentes: BCE, Google, Eurostat, Markit e institutos nacionales de estadística.
Notas: La línea de color azul representa el nivel del indicador de frecuencia semanal. La línea de color rojo muestra el nivel del PIB trimestral. El indicador de actividad se normaliza a 100 = diciembre de 2019, mientras que el PIB se normaliza a 100 = cuarto trimestre de 2019.

9 Asuntos jurídicos

En este capítulo se describen los asuntos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) relativos al BCE y se proporciona información sobre los dictámenes del BCE y los casos de incumplimiento de la obligación de consultar al BCE en relación con proyectos de disposiciones legales que entren en su ámbito de competencia, así como sobre el seguimiento por parte del BCE del cumplimiento de las prohibiciones relativas a la financiación monetaria y al acceso privilegiado.

9.1 Asuntos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea relativos al BCE

El TJUE se mostró de acuerdo con el BCE en que el Consejo de Gobierno dispone de amplia discrecionalidad para mantener la confidencialidad de los resultados de sus deliberaciones

El 19 de diciembre de 2019 y el 21 de octubre de 2020, el Tribunal de Justicia dictó sentencia en dos recursos de casación relacionados con la confidencialidad de los resultados de las deliberaciones del Consejo de Gobierno (asuntos C-442/18 P y C-396/19 P, respectivamente). Los asuntos tienen su origen en dos solicitudes de acceso público a la decisión del Consejo de Gobierno de suspender el acceso de una entidad de crédito (Banco Espírito Santo) a los instrumentos de crédito de la política monetaria. El BCE había denegado el acceso a la parte de las actas del Consejo de Gobierno en las que se consignaba el importe del crédito concedido a Banco Espírito Santo a través de operaciones de política monetaria amparándose, entre otros, en el artículo 10, apartado 4, de los Estatutos del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) y del Banco Central Europeo, y en el artículo 4, apartado 1, letra a), primer guion, de la Decisión BCE/2004/3. En el recurso de casación, el Tribunal de Justicia aceptó los argumentos del BCE y anuló la parte impugnada de las sentencias del Tribunal General. Las dos sentencias establecen precedentes importantes sobre el acceso público a los resultados de las deliberaciones del Consejo de Gobierno. De acuerdo con el Tribunal de Justicia, los resultados de las deliberaciones, como las propias deliberaciones, son confidenciales, y siguen siéndolo a menos que el Consejo de Gobierno haya decidido hacerlos públicos, en todo o en parte. La divulgación de los resultados de sus deliberaciones es una «competencia exclusiva atribuida al Consejo de Gobierno». Los motivos alegados por el BCE al negarse a divulgar documentos en los que figuren los resultados de las deliberaciones, que se sustentan en que el documento solicitado es parte de las actas, son adecuados. La negativa a dar acceso a los resultados de las deliberaciones no está supeditada al requisito adicional de que el BCE acredite de qué manera el acceso a esa información «menoscabaría la protección del interés público».

El Reglamento Marco del MUS establece, en principio, la publicación sin anonimización de las decisiones sancionadoras

El 8 de julio de 2020, el Tribunal General dictó cuatro sentencias relativas a decisiones sancionadoras del BCE. En el asunto T-203/18 (VQ/BCE), el Tribunal desestimó todos los motivos alegados por la parte demandante. En concreto, determinó que el BCE no había vulnerado el principio de proporcionalidad al imponer la sanción y publicarla. El Tribunal aclaró asimismo que el marco jurídico establece el principio de publicación sin anonimización de las decisiones sancionadoras incluso antes de que expire el plazo de interposición de un recurso de anulación. En los otros tres asuntos, (T-576/18, T-577/18 y T-578/18), el Tribunal anuló parcialmente tres decisiones sancionadoras del BCE relativas a Crédit Agricole S.A. y a dos de sus filiales. El Tribunal consideró que las partes demandantes infringieron el artículo 26, apartado 3, del Reglamento (UE) nº 575/2013, ya que exige que las entidades de crédito obtengan autorización de las autoridades competentes antes de clasificar sus instrumentos de capital como instrumentos de capital de nivel 1 ordinario. No obstante, anuló las sanciones por apreciar que las decisiones impugnadas no proporcionaban suficientes detalles de la metodología seguida por el BCE para determinar el importe de las sanciones impuestas. Las partes demandantes han recurrido estas resoluciones ante el TJUE (asuntos C-456/20 P, C-457/20 P y C-458/20 P).

El TJUE confirmó el sentido amplio de la excepción relativa al «espacio de reflexión» del régimen de acceso público a los documentos del BCE

El 17 de diciembre de 2020, el TJUE desestimó en su totalidad el recurso de casación interpuesto por Fabio De Masi y Yanis Varoufakis contra una sentencia del Tribunal General (C-342/19 P). La sentencia, de 12 de marzo de 2019, confirmó que el BCE podía basar su decisión de no dar acceso público a un dictamen jurídico externo obtenido en 2015 en la excepción relativa al «espacio de reflexión» prevista en el artículo 4, apartado 3, párrafo primero, de la Decisión BCE/2004/3 (2004/258/CE). El TJUE dictaminó que la excepción del «espacio de reflexión» no se limita a los documentos relativos a un proceso específico de toma de decisiones, sino que está vinculada al principio de independencia de los bancos centrales establecido en el artículo 130 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. El Tribunal recordó que el BCE debe poder perseguir eficazmente los objetivos que se asignan a sus funciones a través del ejercicio independiente de las facultades específicas de que dispone a tal efecto en virtud del Tratado y de los Estatutos del SEBC. Asimismo, confirmó que a un documento pueden aplicarse varias de las excepciones establecidas en la Decisión BCE/2004/3, y que la excepción que se refiere al asesoramiento jurídico contemplada en el artículo 4, apartado 2, segundo guion, de la Decisión BCE/2004/3, no constituye una norma especial o lex specialis frente a la excepción relativamente amplia del «espacio de reflexión». Por último, el TJUE aclaró que la excepción del «espacio de reflexión» no exige que el BCE demuestre que la divulgación del documento controvertido perjudicaría gravemente su proceso de toma de decisiones.

El TJUE declaró que Eslovenia vulneró el principio de inviolabilidad de los archivos del BCE al proceder a la incautación de documentos en los locales de la Banka Slovenije

El 17 de diciembre de 2020, el Tribunal de Justicia, constituido en Gran Sala, declaró, en un procedimiento por incumplimiento presentado por la Comisión Europea contra Eslovenia (C-316/19), que, al proceder unilateralmente a la incautación de documentos relacionados con el desempeño de las funciones del SEBC y del Eurosistema en los locales de la Banka Slovenije (banco central de Eslovenia) en julio de 2016, Eslovenia incumplió su obligación de respetar la inviolabilidad de los archivos de la Unión Europea establecida en los artículos 2 y 22 del Protocolo sobre los privilegios y las inmunidades de la Unión Europea. En vista del sistema altamente integrado en el que operaba el BCE, el Tribunal de Justicia interpretó que el alcance del concepto de archivos de la Unión Europea abarcaba todos los documentos creados, procesados y enviados por el BCE o por los bancos centrales nacionales (BCN) en relación con el desempeño de las funciones del SEBC y del Eurosistema, tanto si obran en poder del BCE como si obran en poder de los BCN. Por tanto, las autoridades nacionales no podrán incautarse de esos documentos en los locales de los BCN sin haberse coordinado previamente con el BCE. Además, el Tribunal de Justicia declaró que, al no cooperar adecuadamente con el BCE para eliminar las consecuencias ilícitas de ese incumplimiento, Eslovenia había incumplido también su obligación de cooperación leal.

9.2 Dictámenes del BCE y casos de incumplimiento

El artículo 127, apartado 4, y el artículo 282, apartado 5, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea requieren que el BCE sea consultado acerca de cualquier propuesta de acto de la UE o proyecto de disposición legal nacional que entre en su ámbito de competencia. Todos los dictámenes emitidos por el BCE se publican en EUR-Lex. Los dictámenes del BCE sobre propuestas de legislación de la UE se publican también en el Diario Oficial de la Unión Europea. En 2020, el BCE adoptó seis dictámenes sobre propuestas de actos de la Unión y 31 dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales que entraban en su ámbito de competencia.

Casos claros e importantes de incumplimiento de la obligación de consultar

Se registraron cinco casos de incumplimiento de la obligación de consultar al BCE sobre proyectos de disposiciones legales[63], cuatro respecto de legislación nacional y uno en relación con legislación de la Unión. De ellos, cuatro se consideran claros e importantes. Dos de estos casos se refieren a legislación eslovena relativa al aplazamiento de pagos de préstamos y a medidas de liquidez para la economía eslovena como consecuencia del COVID-19, y se consideraron claros e importantes por su impacto potencial en el banco central nacional, en las posiciones de capital y de liquidez de las entidades de crédito eslovenas, en las operaciones de política monetaria del Eurosistema y en el cumplimiento de la prohibición de financiación monetaria con arreglo al artículo 123 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Otro caso relacionado con un proyecto de disposición legal italiana para el establecimiento de un mecanismo de reembolso de las compras realizadas a través de medios de pago electrónicos se consideró claro e importante debido a su efecto en los medios de pago, en particular en el efectivo. El caso relativo a la legislación de la Unión Europea estaba relacionado con el Reglamento relativo a la creación de un instrumento europeo de apoyo temporal para atenuar los riesgos de desempleo en una emergencia (SURE, por sus siglas en inglés) a raíz del brote de COVID-19 y se consideró claro e importante por su posible efecto en el BCE y en los BCN en relación con la administración de los préstamos SURE. El BCE es plenamente consciente de la gran celeridad con la que tuvo que concluirse el proceso legislativo en los dos casos relativos a legislación eslovena y en el relacionado con el Reglamento SURE de la UE, en vista de la situación de emergencia derivada de la pandemia y en particular, en el caso del SURE, de la necesidad de ponerlo en marcha con rapidez como parte de las tres redes de seguridad a corto plazo acordadas por el Eurogrupo.

El BCE emitió dictámenes sobre propuestas de legislación de la UE

El BCE emitió dictámenes sobre propuestas de legislación de la UE relativas a la modificación de los marcos prudencial y para la titulización en respuesta a la pandemia de COVID-19, y un dictamen por iniciativa propia sobre la administración, por parte del BCE y de los BCN, de los préstamos con arreglo al Reglamento SURE. El BCE emitió un dictamen sobre una propuesta de legislación de la UE relativa a la exención de determinados índices de referencia de tipos de cambio de terceros países y la designación de índices de referencia sustitutivos para determinados índices de referencia en cesación. También adoptó dictámenes sobre una propuesta de la UE relativa al régimen cambiario aplicable al franco CFA y al franco comorano, y sobre el nombramiento de un nuevo miembro del Comité Ejecutivo del BCE.

El BCE adoptó dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales

El BCE adoptó dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales relativas a los bancos centrales nacionales, entre ellos: sobre una propuesta de reforma integral del Sveriges Riksbank; sobre la independencia institucional y financiera del Hrvatska narodna banka; sobre modificaciones de los criterios de nombramiento del gobernador y los demás miembros del Consejo de Administración del Banco de Portugal, así como sobre el procedimiento de nombramiento de los miembros de los órganos de decisión del De Nederlandsche Bank; sobre la reforma del Consejo de Supervisión del Eesti Pank y del Consejo General del Sveriges Riksbank; sobre la cooperación estrecha entre el BCE y el Hrvatska narodna banka y el Banco Nacional de Bulgaria, respectivamente, en el Mecanismo Único de Supervisión; sobre el papel del Eesti Pank en situaciones de defensa nacional y sobre la exención del reclutamiento militar a los miembros del Consejo del Latvijas Banka; sobre la función del Hrvatska narodna banka en el cálculo del tipo de interés nacional de referencia del coste medio de financiación del sector bancario croata; sobre la función del Central Bank of Ireland como encargado del registro de titularidad real de determinadas entidades financieras; sobre la función del Banco de España en la supervisión del cumplimiento de los requisitos de registro para prevenir el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo por parte de los proveedores de servicios de monedas virtuales; sobre el papel del Bank of Greece para garantizar el cumplimiento de determinadas obligaciones relacionadas con la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA, por sus siglas en inglés); sobre la función del De Nederlandsche Bank en el Comité de Estabilidad Financiera de los Países Bajos; sobre la provisión de liquidez de emergencia a entidades no bancarias por el Lietuvos bankas; sobre la inyección de liquidez a corto plazo por la Banca Naţională a României al Fondo de Garantía de Depósitos Bancarios; sobre la recopilación y el intercambio de datos por parte del Danmarks Nationalbank; sobre el derecho de los administradores concursales y los liquidadores de entidades de crédito a mantener fondos en cuentas del Latvijas Banka, y sobre la financiación por el Bank of Greece, la Banca d’Italia, el Central Bank of Malta y el Oesterreichische Nationalbank de las obligaciones de sus respectivos Estados miembros frente al Fondo Monetario Internacional.

El BCE emitió dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales relativas a la supervisión prudencial de entidades de crédito, entre ellos: un dictamen sobre la cooperación estrecha en el Mecanismo Único de Supervisión entre el BCE y el Hrvatska narodna banka; dos dictámenes sobre la cooperación estrecha con el Banco Nacional de Bulgaria, y un dictamen sobre el tratamiento a efectos de capital de los certificados de participación emitidos por una entidad de crédito de Luxemburgo.

El BCE emitió dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales relativas a los medios de pago, entre ellos: sobre la limitación del efectivo en los pagos postales en Bélgica; sobre la garantía de un nivel mínimo de servicios de caja en Hungría y Suecia, y sobre las limitaciones de los pagos en efectivo a profesionales en Dinamarca.

El BCE emitió dictámenes sobre proyectos de disposiciones legales nacionales relativas a la regulación bancaria y financiera, y a la estabilidad financiera, entre ellos: sobre el apoyo del Estado al sistema de garantía de depósitos en Luxemburgo; sobre la supresión del impuesto especial a ciertas instituciones financieras en Eslovaquia; sobre la identificación y la remisión de información por parte de las instituciones financieras sobre el destino de las sumas depositadas en cuentas de ahorro en Bélgica, y sobre las medidas destinadas a limitar los riesgos macroprudenciales de los préstamos garantizados por inmuebles residenciales en Alemania.

El BCE emitió un dictamen sobre un proyecto de disposición legal búlgara relativa al tipo de cambio oficial de la leva búlgara en el mecanismo de tipos de cambio (MTC II).

El BCE emitió un dictamen sobre un proyecto de disposición legal austríaca relativa a la presentación de información estadística de la balanza de pagos.

9.3 Cumplimiento de las prohibiciones relativas a la financiación monetaria y al acceso privilegiado

De conformidad con lo dispuesto en el artículo 271, letra d), del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, el BCE tiene encomendada la tarea de supervisar el cumplimiento de las prohibiciones recogidas en los artículos 123 y 124 del Tratado y en los Reglamentos (CE) nº 3603/93 y nº 3604/93 del Consejo por parte de los bancos centrales nacionales (BCN) de la UE. Con arreglo al artículo 123, queda prohibida la autorización de descubiertos o la concesión de cualquier otro tipo de créditos por el BCE y por los BCN en favor del sector público de los Estados miembros y de las instituciones u organismos de la UE, así como la adquisición en el mercado primario de instrumentos de deuda emitidos por estas instituciones. En virtud del artículo 124, queda prohibida cualquier medida que no se base en consideraciones prudenciales que establezca un acceso privilegiado del sector público de los Estados miembros y de las instituciones u organismos de la UE a las entidades financieras. En paralelo al Consejo de Gobierno del BCE, la Comisión Europea supervisa el cumplimiento de estas disposiciones por parte de los Estados miembros.

El BCE también supervisa las adquisiciones realizadas por los bancos centrales de la UE en el mercado secundario de instrumentos de deuda del sector público del Estado miembro de que se trate, del sector público de otros Estados miembros y de organismos e instituciones de la UE. De conformidad con los considerandos del Reglamento (CE) nº 3603/93 del Consejo, las adquisiciones de instrumentos de deuda del sector público en el mercado secundario no deben servir para eludir el objetivo del artículo 123 del Tratado. Es decir, tales adquisiciones no deben constituir una forma de financiación monetaria indirecta del sector público.

En general, las disposiciones de los artículos 123 y 124 del Tratado se cumplieron

El ejercicio de seguimiento realizado por el BCE en 2020 confirmó que, en general, se cumplieron las disposiciones de los artículos 123 y 124 del Tratado.

El ejercicio de seguimiento puso de manifiesto que, en 2020, la mayoría de los BCN aplicaban políticas de remuneración de los depósitos del sector público que cumplían plenamente los límites máximos de remuneración. No obstante, algunos BCN deben garantizar que el tipo de interés al que se remuneran los depósitos del sector público no se sitúe por encima del límite.

El BCE seguirá efectuando un seguimiento de la vinculación del Magyar Nemzeti Bank con la Bolsa de Budapest, ya que la adquisición de una participación mayoritaria del Magyar Nemzeti Bank en la Bolsa de Budapest en noviembre de 2015 podría seguir planteando problemas de financiación monetaria.

La reducción de los activos relacionados con la Irish Bank Resolution Corporation por parte del Central Bank of Ireland durante 2020 mediante la venta de bonos a tipo de interés variable a largo plazo es un avance en la dirección necesaria de enajenación íntegra de estos activos. Continuar con las ventas a un ritmo adecuado podría aliviar en mayor medida los graves problemas relacionados con la financiación monetaria que persisten.

10 El BCE en el contexto internacional y de la UE

En 2020, el BCE siguió manteniendo un estrecho diálogo con sus socios europeos e internacionales, y centró especialmente la atención en la comunicación en el ámbito de su rendición de cuentas ante el Parlamento Europeo con el fin de explicar las medidas sin precedentes adoptadas en el contexto de la pandemia de COVID-19. El BCE participó de forma constructiva en los diálogos en el G-20 y contribuyó activamente a los debates en el Fondo Monetario Internacional (FMI), en particular a los relacionados con el impacto de la pandemia. También siguió cooperando con bancos centrales de economías emergentes.

10.1 Rendición de cuentas del BCE

La independencia y la rendición de cuentas son dos caras de la misma moneda

Durante la pandemia de COVID-19, el BCE ha logrado responder con medidas contundentes gracias, en parte, a su capacidad para actuar con plena independencia. Esta facultad le fue otorgada a través de un proceso democrático y le permite desempeñar sus funciones al margen de presiones políticas a corto plazo[64]. La independencia, a su vez, se sustenta en mecanismos de rendición de cuentas eficaces para garantizar que el BCE está cumpliendo su mandato. El BCE ha tratado constantemente de asegurar que las prácticas de rendición de cuentas sean efectivas y de explicar sus actuaciones a los ciudadanos de toda Europa y a sus representantes en el Parlamento Europeo. Por lo tanto, estas prácticas, en su evolución, han ido más allá de los requisitos establecidos en el artículo 284, apartado 3, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. También se complementan con el control jurisdiccional por parte del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

Cuando el BCE adoptó medidas sin precedentes al irrumpir la pandemia, su presidenta participó en un intercambio ad hoc de puntos de vista sobre el asunto con representantes de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. Este intercambio se sumó a las cuatro comparecencias ordinarias ante dicha comisión celebradas en 2020, en las que la presidenta también analizó expresamente los criterios fundamentales para garantizar unas prácticas efectivas de rendición de cuentas. El BCE y el Parlamento Europeo acordaron estrechar su cooperación en el contexto de la revisión de la estrategia del BCE.

Asimismo, la presidenta del BCE participó en el debate plenario sobre el Informe Anual 2018 del BCE en febrero de 2020 y el vicepresidente presentó el Informe Anual 2019 del BCE ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios en mayo de 2020. En relación con esta comparecencia, el BCE publicó sus comentarios a las observaciones formuladas por el Parlamento Europeo en la resolución de este último sobre el Informe Anual 2018. Además de asistir a las comparecencias ordinarias, Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, participó en la Semana Parlamentaria Europea en febrero de 2020, en la que se trató la profundización y ampliación de la Unión Económica y Monetaria, y en intercambios de puntos de vista con la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios sobre el papel internacional del euro en julio de 2020, así como sobre un euro digital en octubre de 2020. El BCE también respondió a 48 preguntas remitidas por escrito por miembros del Parlamento Europeo en 2020, lo que representa un incremento significativo con respecto al año anterior.

Las últimas encuestas del Eurobarómetro indican que el 75 % de los encuestados en la zona del euro apoya el euro y que el 40 % tiende a confiar en el BCE[65]. Estos resultados muestran que la confianza en el BCE sigue siendo sensible a los resultados económicos —posiblemente también a los que están fuera de su control— así como la necesidad de que el BCE continúe participando en un diálogo constructivo con el Parlamento Europeo y la ciudadanía para explicar sus decisiones y escuchar sus preocupaciones.

10.2 Relaciones internacionales

G-20

El BCE participó de forma constructiva en las iniciativas del G-20 centradas en ofrecer una respuesta adecuada a la crisis del COVID-19

Con la aparición de la pandemia de COVID-19, el G-20 aprobó un plan de actuación global centrado en la adopción de medidas de emergencia para mitigar las repercusiones económicas de la crisis, proteger el sistema financiero internacional y apoyar a las economías pobres. Asimismo, acordó poner en marcha, junto con el Club de París, una Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI, por sus siglas en inglés) de carácter temporal dirigida a los países más pobres, y refrendó un marco común para el tratamiento de la deuda más allá de la DSSI. También se intensificó el trabajo en los ámbitos de las infraestructuras y de la inclusión financiera, en vista de los nuevos retos planteados por la crisis. En cuestiones relativas al sector financiero y en colaboración con el Consejo de Estabilidad Financiera, el G-20 elaboró un informe sobre las implicaciones de la prociclicidad de las agencias de calificación crediticia para la estabilidad financiera, así como una hoja de ruta para reforzar los mecanismos de pagos transfronterizos de alcance global. El G-20 también debatió sobre las stablecoins globales, en las que prevé seguir trabajando en 2021. Los debates sobre fiscalidad digital continuarán en 2021.

Políticas relacionadas con el FMI y con la arquitectura financiera internacional

El FMI reaccionó con rapidez a la crisis a través de su análisis y de la concesión de préstamos de emergencia

El BCE continuó participando activamente en los debates sobre el sistema monetario y financiero internacional mantenidos en el FMI y en otros foros, aportando su perspectiva a las posiciones comunes adoptadas por países de la Unión Europea o de la zona del euro. Estos debates se centraron principalmente en el impacto de la pandemia de COVID-19.

El FMI desempeñó un papel fundamental en la respuesta de la comunidad internacional a la crisis, a la que contribuyó, entre otras cosas, con un análisis de la situación económica y financiera. También aplicó con celeridad una serie de medidas, como la provisión de financiación de emergencia a un número sin precedentes de países, la concesión de nuevas Líneas de Crédito Flexible, el alivio de la deuda de los países miembros más pobres y la introducción de un nuevo instrumento de préstamo, la Línea de Liquidez a Corto Plazo (Short-Term Liquidity Line). La financiación proporcionada durante la crisis se mantuvo dentro de la capacidad de préstamo existente del FMI, que asciende a alrededor de 1 billón de dólares. Esta capacidad de préstamo se ha mantenido para los próximos años gracias a la duplicación de los Nuevos Acuerdos de Préstamo (NAB, por sus siglas en inglés) del FMI, que se hizo efectiva el 1 de enero de 2021, y a una nueva ronda de acuerdos de préstamos bilaterales. Con todo, se debe realizar un estrecho seguimiento de la demanda de recursos del FMI. El BCE es partidario de que el FMI tenga una dotación adecuada de recursos como eje central de la red global de seguridad financiera.

En vista del impacto de la pandemia en la situación de endeudamiento de muchos países, el FMI intensificó considerablemente su programa de trabajo en temas relacionados con la deuda. Inició un debate sobre la mejora de la arquitectura internacional para resolver las crisis de deuda y anunció planes para seguir revisando sus propias políticas relativas a la deuda soberana. También continuó trabajando en la revisión integral de sus tareas de supervisión, un proceso que se realiza quinquenalmente y en el que se establecerán las prioridades de supervisión para 2020-2025, así como en la revisión del Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP, por sus siglas en inglés). En relación con este último, un informe elaborado por el Comité de Relaciones Internacionales del Sistema Europeo de Bancos Centrales contribuyó al debate internacional y formuló recomendaciones para aumentar la efectividad de los FSAP.

Cooperación internacional en el ámbito de la banca central con economías emergentes

El BCE siguió cooperando con bancos centrales de economías emergentes

Pese a la situación sin precedentes, el BCE siguió cooperando con bancos centrales de países no pertenecientes a la UE, en particular a través de los Memorandos de Entendimiento bilaterales existentes con importantes bancos centrales de África, Asia y América Latina, y de su cooperación estructurada con organizaciones regionales de bancos centrales y con el FMI. Esta colaboración refleja el interés internacional en las políticas, opiniones, marcos analíticos y procesos de trabajo del BCE. En los debates celebrados a nivel tanto de expertos como de responsables de política económica se consideraron las políticas y las funciones principales del BCE, así como cuestiones técnicas y de gobernanza. Concretamente, los temas relacionados con el COVID-19, el cambio climático y la digitalización desde la óptica de la banca central suscitaron un interés considerable. Además, como institución de la UE, el BCE continuó contribuyendo al proceso de ampliación de la UE mediante actuaciones específicas con bancos centrales de los países de los Balcanes Occidentales con perspectivas de adhesión a la UE.

Recuadro 9
Evolución del MTC II

El 10 de julio de 2020, la leva búlgara y la kuna croata se incorporaron al mecanismo de tipos de cambio (MTC II) con los niveles de sus tipos de cambio vigentes en ese momento. La inclusión de estas monedas siguió el procedimiento establecido en la Resolución del Consejo Europeo de 16 de junio de 1997, y también se tuvieron en cuenta factores fundamentales como el establecimiento de la unión bancaria. Antes de solicitar su integración en el MTC II, las autoridades búlgaras y croatas habían cumplido una serie de compromisos adquiridos previamente. El BCE y la Comisión Europea monitorizaron y evaluaron su cumplimiento en sus respectivos ámbitos de competencia, la supervisión bancaria y la política macroprudencial en el caso del BCE, y las políticas estructurales en el de la Comisión Europea. En línea con las prácticas seguidas anteriormente, Bulgaria y Croacia asumieron compromisos adicionales cuando se incorporaron al MTC II, con miras a garantizar una senda de convergencia sostenible hacia la zona del euro[66]. En paralelo a su integración en el MTC II, ambos bancos centrales han establecido una cooperación estrecha en materia de supervisión con el BCE[67]. Uno de los requisitos previos para que un país pueda adoptar el euro es que se incorpore al MTC II. La moneda debe participar en el MTC II sin experimentar tensiones graves, en particular sin que se produzca una devaluación frente al euro, durante al menos dos años. Tras una evaluación del cumplimiento de todos los criterios de convergencia, su entrada en la zona del euro deberá ser confirmada por una decisión del Consejo de la Unión Europea en consonancia con las disposiciones pertinentes del Tratado[68].

11 Mejora de la comunicación y de las actividades de divulgación

«Una buena comunicación constituye la base de la credibilidad del BCE y sustenta nuestra legitimidad ante el público para el que trabajamos».
Christine Lagarde, presidenta del BCE

Entre los numerosos efectos de la pandemia de coronavirus, uno de los más generalizados ha sido el nivel sin precedentes de incertidumbre que ha generado, no solo para la economía y la sociedad en su conjunto, sino también para cada persona, lo que ha provocado ansiedad y, a menudo, confusión. En tales circunstancias, una comunicación fiable, basada en hechos, oportuna y clara por parte de las autoridades es fundamental para proporcionar información de vital importancia y para generar confianza. Por ello, en 2020, el BCE ajustó e intensificó sus actividades de comunicación y divulgación (outreach). Proporcionó a los mercados y al público en general información puntual y fácilmente accesible sobre su análisis de las perspectivas económicas y de las medidas acordadas. Y, lo que es más importante, el BCE invirtió recursos en explicar los motivos de sus actuaciones, el efecto pretendido con ellas y los beneficios concretos para los ciudadanos, las empresas, las entidades de crédito y los Gobiernos de la zona del euro.

11.1 La comunicación en el contexto de la pandemia

El BCE adaptó su estrategia de comunicación a las restricciones asociadas a la pandemia y llevó a cabo la mayoría de sus actividades de comunicación de forma virtual

La pandemia ha enfrentado al BCE al reto de adaptarse a nuevas maneras de acercarse a públicos diferentes. Mediante el uso de herramientas de comunicación innovadoras, el BCE ha seguido prestando especial atención a la comunicación y ha mantenido bien informado a su público objetivo. También ha velado por que los mercados financieros y los expertos comprendan bien los detalles técnicos de sus medidas, y ha respondido con rapidez a las consultas planteadas. En una página web específica dedicada a la pandemia de coronavirus se ha publicado información fácilmente accesible sobre las actuaciones del BCE.

Un aspecto fundamental de este nuevo enfoque de la comunicación fue la sustitución de los encuentros presenciales por eventos, seminarios y conferencias virtuales. Dado que, al comienzo de la pandemia, los discursos y las entrevistas de miembros del Comité Ejecutivo se redujeron, el BCE amplió sus herramientas de comunicación con la puesta en marcha del blog del BCE. Este blog ofrece información sobre decisiones recientes y sobre tendencias relacionadas con la economía de la zona del euro y de otros países. Todos los artículos son elaborados por responsables de la política monetaria del BCE. En 2020 se publicaron 19 entradas en el blog, muchas de ellas sobre la respuesta del BCE a la crisis. Desde 2019, el podcast del BCE es otro importante canal para llegar al público en general. En 2020 se publicaron nueve episodios sobre temas que abarcaron desde los efectos de la pandemia en el BCE y en sus políticas y operaciones, hasta el papel de los bancos centrales en la lucha contra el cambio climático y la valoración de la posibilidad de emitir un euro digital.

En 2020, el Foro del BCE sobre Banca central (ECB Forum on Central Banking), dedicado al papel de los bancos centrales en un mundo cambiante («Central banks in a shifting world»), también se celebró de manera virtual. El nuevo formato, consistente en una retransmisión en directo desde un plató televisivo con integración de elementos interactivos, atrajo a más espectadores y logró un mayor impacto en las redes sociales, destacando la especial atención que recibió el discurso de la presidenta sobre política monetaria en la emergencia causada por la pandemia. Como en años anteriores, el concurso para jóvenes economistas amplió el acceso al Foro y despertó el interés de un público más joven.

El Centro de Visitantes del BCE, que suele ser muy frecuentado por escolares y estudiantes universitarios que desean aprender más sobre el BCE y sus políticas, tuvo que suspender las visitas presenciales. Entretanto, el BCE habilitó un acceso online al Centro y ofreció una visita virtual. La realización de la visita con un visor de realidad virtual proporciona una experiencia de inmersión aún más especial.

Los canales digitales han sido fundamentales para la comunicación durante la pandemia. La ampliación de la oferta de contenidos del BCE en internet, así como un aumento sustancial de las publicaciones de su presidenta y de otros miembros del Comité Ejecutivo en las redes sociales en las que el BCE está presente, han contribuido a extender la proyección del BCE y a fomentar una mayor participación online de sus seguidores, con 2,8 millones de interacciones en las redes sociales. Formatos virtuales específicos, como el diálogo mantenido en el Evento Europeo de la Juventud, fueron considerados atractivos, sobre todo entre el público más joven. En este evento, celebrado en mayo de 2020 y organizado conjuntamente con el Parlamento Europeo, la presidenta Christine Lagarde respondió a las preguntas de jóvenes europeos sobre sus inquietudes en torno a sus carreras profesionales, el futuro de Europa, la digitalización y el cambio climático. De igual forma, los esfuerzos del BCE por colaborar con personas con capacidad de influencia en redes sociales (influencers) o con organizaciones con experiencia en actividades de difusión, como Finanzfluss, un canal de YouTube sobre educación financiera, le han ayudado a conectar más con un público más joven y a atender sus preocupaciones.

11.2 La comunicación como proceso bidireccional: el BCE te escucha

El BCE permanece a la escucha para garantizar que lo que hacemos se ajusta a las percepciones y las expectativas de los ciudadanos europeos

Como parte de la revisión de su estrategia, el BCE también está evaluando sus prácticas de comunicación. Los objetivos, la estrategia y las decisiones del BCE deben ser ampliamente comprendidos y respaldados por las partes interesadas. Por ello, el BCE decidió acercarse no solo a expertos y analistas, sino también al público en general. Se ha comprometido a escuchar las expectativas de los ciudadanos europeos, a comprender mejor sus preocupaciones económicas y sus necesidades, y a analizar cómo puede atenderlas.

El primer encuentro de la serie «El BCE te escucha», que tuvo lugar en octubre de 2020, contó con la presencia de la presidenta Christine Lagarde y de Philip R. Lane, economista jefe del BCE. Este encuentro virtual congregó a 22 representantes de 18 organizaciones de la sociedad civil activas en nueve sectores diferentes y dedicadas, entre otras áreas, al medio ambiente, la sostenibilidad, el bienestar social, la empresa, la religión, la cultura y la transparencia.

Los participantes se unieron a la conversación en remoto desde siete países diferentes. El evento se estructuró en dos sesiones: la primera se centró en el impacto de la política monetaria y la comunicación del BCE, y la segunda en los retos globales de futuro. Los debates se llevaron a cabo con un espíritu abierto y franco.

Eventos similares organizados por los bancos centrales nacionales de los distintos países de la zona del euro contribuyeron a conocer mejor las preocupaciones y las expectativas de ciudadanos de todos los rincones de la zona.

Para conocer las ideas y las opiniones de una amplia variedad de partes interesadas, el BCE también puso en marcha un portal online, El BCE te escucha, con el fin de comprender mejor los puntos de vista de los ciudadanos acerca de la economía de la zona del euro y sus expectativas en relación con el BCE. En 2020 se recibieron casi 4.000 comentarios sobre la estrategia de política monetaria del BCE a través del portal.

Los comentarios y la información obtenidos a través del portal El BCE te escucha, en el evento del mismo nombre y en otros organizados por los bancos centrales nacionales se tendrán en cuenta en las deliberaciones sobre la revisión de la estrategia en 2021.

Además, el BCE puso en marcha una serie de webinars con organizaciones de la sociedad civil. El primero se celebró en septiembre de 2020 y se centró en el impacto del COVID-19 sobre la economía de la zona del euro y en la respuesta del BCE.

12 Resiliencia de la institución y gobernanza

El BCE está decidido a servir de inspiración a sus empleados y a fomentar su desarrollo y su compromiso. Pese a los nuevos retos derivados de la pandemia de COVID-19, el BCE siguió atrayendo y reteniendo talento y apoyando el crecimiento profesional continuado de su personal en 2020. Asimismo, logró nuevos avances en diversas iniciativas y procesos dirigidos a los empleados. Varios colegas del BCE han compartido sus experiencias en las especiales circunstancias y desafíos que afrontaron en 2020 en la sección «Conoce a nuestros empleados».

El BCE está plenamente comprometido con el mantenimiento de los máximos estándares de integridad y de buen gobierno. La actualización del régimen de denuncia de infracciones en 2020 refuerza el compromiso del BCE con sus valores comunes y anima a los empleados a hablar sin reservas.

12.1 Impulsar la excelencia en circunstancias extraordinarias

Los empleados son el eje central del desempeño del BCE

La pandemia de COVID-19 planteó nuevos retos al BCE. En 2020, su principal prioridad fue garantizar la salud y la seguridad de sus empleados, al tiempo que les ayudó a conciliar sus responsabilidades profesionales y personales, y a obtener los mejores resultados en su trabajo.

El BCE tomó varias medidas preventivas para proteger a su personal y garantizar que seguía cumpliendo su mandato. Al comienzo de la pandemia pidió a los empleados que trabajaran en remoto, con la excepción de los que debían realizar tareas esenciales en los edificios del BCE. También trasladó a algunos empleados a áreas con funciones críticas y que requerían soporte adicional.

El BCE adaptó continuamente su entorno de trabajo, sus normas y sus políticas para contribuir al bienestar de su plantilla, potenciar su crecimiento profesional y promover un entorno inclusivo, en particular en unas circunstancias tan excepcionales como las ocasionadas por la crisis del COVID-19. Esto se concretó, por ejemplo, en una labor de comunicación y concienciación periódica dentro de la organización, en un mayor apoyo emocional mediante asesoramiento médico y psicológico, así como en un horario de trabajo flexible y en apoyo para el cuidado de los hijos. El BCE también prorrogó temporalmente algunos contratos próximos a finalizar. La mayor parte de los nuevos empleados que se incorporaron al BCE lo hicieron en remoto.

Durante 2020, el BCE perseveró en su empeño por apoyar el desarrollo profesional de su personal. En enero de 2020 se implantó un nuevo marco de carreras profesionales que ha facilitado los cambios de función de los empleados dentro de la organización, horizontalmente o mediante ascensos a niveles superiores. Asimismo, el BCE ofreció oportunidades de desarrollo profesional a distancia, como sesiones formativas y cursos impartidos en formato de vídeo. Para desarrollar las capacidades de liderazgo, que desempeñan un papel fundamental en la gestión de su personal, el BCE invirtió en sesiones a distancia de coaching y de orientación para directivos y coordinadores de equipo sobre cómo afrontar la crisis del COVID-19 y liderar equipos virtuales o híbridos (virtuales y presenciales). También se compartieron con la plantilla consejos y buenas prácticas de otras organizaciones, y se creó un espacio específico en las plataformas internas del BCE en el que los empleados y los directivos pudieron intercambiar puntos de vista y hacer preguntas.

El BCE está comprometido a ser un espacio de trabajo que fomenta la transparencia, el respeto, la diversidad y la inclusión, y en 2020 continuó trabajando en esos ámbitos promoviendo un comportamiento inclusivo entre sus empleados, lo que fue crucial en un entorno de trabajo que pasó a ser predominantemente virtual. Por lo que se refiere a la igualdad de género, en 2020, el BCE adoptó una nueva estrategia basada en nuevos objetivos de género y un conjunto de medidas adicionales para apoyar la diversidad de género. Por primera vez, estos objetivos incluyen las decisiones de contratación y de promoción de mujeres, así como el porcentaje total de mujeres en la plantilla del BCE.

Figura 4

Objetivos de contratación y promoción, y de porcentaje total de mujeres en la plantilla del BCE

Fuente: BCE.
Nota: El porcentaje de mujeres en la plantilla se mide sobre la base de los empleados con contratos indefinidos y de duración determinada.

Pese a la pandemia de COVID-19, el BCE continuó con sus actividades de concienciación en materia de diversidad y de inclusión. Con el apoyo de sus redes de empleados, conmemoró varios acontecimientos importantes en este ámbito, como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, el Día Internacional de la Mujer, el Día Internacional contra la Homofobia, Bifobia, Interfobia y Transfobia (IDAHOBIT, por sus siglas en inglés), el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, y el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. En 2020, el BCE también acogió con satisfacción la creación de una nueva red de empleados denominada «Parents Network» (Red de Familias), cuya misión es velar por que la institución adquiera una mayor concienciación sobre cuestiones relacionadas con la familia y promueva la cultura, las políticas y los servicios que mejor atiendan a los intereses y las necesidades de los progenitores y de los futuros padres y madres.

Para hacer un seguimiento del bienestar del personal y comprender sus necesidades y preocupaciones en las extraordinarias circunstancias actuales, el BCE decidió realizar sondeos breves de manera periódica. Estos sondeos se seguirán realizando mientras dure la pandemia de COVID-19 y permitirán que el BCE tome medidas adecuadas para apoyar a sus empleados, mantener su bienestar y compromiso, y fomentar una cultura de trabajo inclusiva.

12.2 Conoce a nuestros empleados

Massimo Antolini, asesor, Dirección General de Sistemas de Información

Trabajo en la Unidad de Servicios a Usuarios Finales, en la que nos encargamos de suministrar y gestionar ordenadores portátiles y teléfonos, así como de proporcionar servicios de mensajería, herramientas de colaboración y servicios de videoconferencia a todo el BCE, garantizando así que los compañeros puedan trabajar y permanecer en contacto con independencia del lugar en el que se encuentren. También damos asistencia a los miembros del Comité Ejecutivo y a sus oficinas sobre cualquier asunto relacionado con las tecnologías de la información (TI).

Junto con otros equipos de la División de Servicios de Infraestructura y Operaciones, proporcionamos acceso remoto a todos los servicios de TI del BCE. Gracias al acceso remoto, los colegas del BCE se han adaptado al teletrabajo desde el inicio de la pandemia de COVID-19, con lo que se ha reducido el riesgo de contagio en nuestros edificios. Aunque la tecnología no puede sustituir por completo los beneficios que aportan la presencia física y los contactos personales, ha ayudado a asegurar la continuidad de negocio y a fomentar la resiliencia de la organización desde la introducción de las restricciones relacionadas con el coronavirus.

También instalamos equipos de videoconferencia avanzados en varias salas de reuniones para los compañeros que han seguido trabajando presencialmente, y siempre hemos estado disponibles para ofrecer soporte continuado a nuestros usuarios. Estos esfuerzos ya han dado sus frutos: tanto los empleados como los miembros del Comité Ejecutivo han adquirido nuevas competencias y ahora utilizan esta moderna infraestructura con confianza para celebrar reuniones virtuales y participar en actos interinstitucionales y con medios de comunicación por videoconferencia. La disminución de los viajes ha permitido liberar agendas para dar cabida a más eventos, y podría decirse que el BCE nunca ha sido tan accesible ni ha estado tan a disposición del público como durante este período.

Shani Kopolo, becaria, Dirección General de Recursos Humanos

Recientemente he obtenido un título de Máster después de cursar estudios de gestión internacional de recursos humanos en la Universidad de Edimburgo. Mis orígenes están en Finlandia y en Zambia, y crecí en Viena, donde asistí a un colegio internacional. Al haber estado expuesta a tantas culturas diferentes, me hacía mucha ilusión incorporarme al BCE. Como becaria del equipo de Cultura del Trabajo (Working Culture) de la División de Gestión del Talento, trabajo en proyectos relacionados con la diversidad y la inclusión, entre otros. El objetivo de nuestras iniciativas es garantizar que el BCE sea un centro de trabajo en el que todos los compañeros se sientan valorados, respetados, incluidos y empoderados para dar lo mejor de sí mismos. Estos principios siempre han sido importantes, pero la pandemia de COVID-19 ha hecho que adquieran aún más relevancia, como he experimentado personalmente. Mi incorporación al BCE durante la pandemia supuso algunos retos a la hora de integrarme en el equipo, de pedir consejo y de aprender cómo funcionan las cosas, ya que no era posible recurrir a las formas habituales de interrelación personal. Con todo, la posibilidad de hablar con mis compañeros por videollamada en lugar de usar el correo electrónico fue de gran ayuda cuando empecé. Mi equipo también se esforzó al máximo por implicarme, lo que me ha demostrado que nuestro trabajo en remoto sobre la inclusión está siendo fundamental para el bienestar de los empleados en épocas tan excepcionales como la pandemia de COVID-19.

Julia Körding, lead expert en riesgos financieros, Dirección de Gestión de Riesgos

Me incorporé al BCE en 2006 después de hacer un doctorado y un postdoctorado en matemáticas puras porque quería estar en contacto con el mundo real y mejorar la vida de las personas. El objetivo del BCE de trabajar en beneficio de todos los ciudadanos de Europa es lo que me motiva cada día. A principios de 2020 trabajaba en la Dirección General de Secretaría, donde me ocupaba de coordinar reuniones del Consejo de Gobierno y de preparar el Informe Anual 2019 del BCE. Cuando surgió la necesidad de recursos para apoyar la respuesta del BCE a la pandemia de COVID-19, rápidamente me trasladé a la Dirección de Gestión de Riesgos y empecé en abril de 2020. Mi formación matemática me permitió ayudar al equipo a analizar nuevas fuentes de evaluación del crédito y a diseñar medidas de mitigación de riesgos adecuadas, con el objetivo de que las entidades de crédito pudieran presentar más préstamos como garantía en las operaciones de política monetaria y mantener la financiación de la economía real. Durante muchos meses solo me reuní con mis compañeros de forma virtual. Debatir cuestiones técnicas complejas desde casa usando un ordenador portátil no siempre fue fácil, pero estar rodeada de un gran equipo hizo que resultara una experiencia muy gratificante. Me siento orgullosa de haber contribuido un poco a paliar el impacto de la pandemia en la vida de los ciudadanos de la zona del euro.

Belén Pérez Esteve, experta senior en divulgación al público, Dirección General de Comunicación

Para que el BCE pueda cumplir su mandato de estabilidad de precios, es necesario que tanto los participantes en el mercado como los ciudadanos europeos comprendan su cometido, especialmente en circunstancias extremas como la pandemia de coronavirus. Como miembro del equipo de comunicación externa (External Engagement), ayudo a explicar las funciones del BCE al público en general organizando iniciativas dirigidas a los jóvenes europeos. Como este colectivo ha sido uno de los que más han padecido los efectos económicos de la pandemia, en 2020 dedicamos muchos esfuerzos a ofrecer alternativas virtuales efectivas a los eventos presenciales previstos, así como formatos innovadores adaptados a los jóvenes. Uno de los eventos que finalmente tuvo que celebrarse de manera virtual por la pandemia fue un diálogo con la presidenta Christine Lagarde en el marco del Evento Europeo de la Juventud, en el que los participantes pudieron formularle preguntas directamente. Nuestro equipo también organizó varias entrevistas para Finanzfluss, un canal de YouTube sobre educación financiera, así como una campaña en redes sociales con el Foro Europeo de la Juventud para dar voz a los jóvenes europeos en el contexto de la revisión de la estrategia del BCE. Estar al día de las tendencias en comunicación y de las preferencias del público en la era digital, y en especial durante una pandemia, es un reto, pero es extremadamente gratificante cuando alcanzas el objetivo de que se conozca mejor lo que hacemos y de conectar con nuevos públicos.

Olivier Strube, principal expert en emisión de billetes, Dirección de Billetes

Soy responsable de planificar las entregas de billetes en euros —principalmente desde las nueve imprentas en las que se producen— a los 19 bancos centrales nacionales (BCN), que los ponen a disposición de los ciudadanos. Suelo elaborar el calendario de entregas mensuales de un año determinado para todos los BCN con varios meses de antelación a partir de la demanda de efectivo prevista utilizando un software de optimización para alinear la oferta y la demanda de forma eficiente. En marzo de 2020, antes del primer confinamiento ocasionado por la pandemia, hubo una elevada demanda imprevista de billetes, y posteriormente se produjeron cierres parciales o totales de las imprentas y de los centros de tratamiento de efectivo encargados de seleccionar los billetes aptos para ser puestos nuevamente en circulación, lo que provocó una disminución inesperada de la oferta de billetes. Esta combinación inusual de perturbación de oferta y de demanda hizo que tuviera que volver a planificar todo el calendario de entregas y a poner en marcha más de veinte envíos ad hoc a toda Europa de remesas de billetes de nuestras reservas estratégicas. Tuve que hacer un seguimiento meticuloso de las reservas y de la oferta de billetes, y estar en contacto con los BCN para garantizar que no hubiera escasez de billetes en ningún país de la zona del euro. Una aplicación desarrollada internamente que nos proporcionó proyecciones de distintos escenarios de oferta y de demanda también nos ayudó a afrontar este reto. Me sentí imbuido de un espíritu verdaderamente europeo, ya que los 19 BCN colaboraron con pragmatismo durante este difícil período para garantizar que todos los ciudadanos pudieran disponer de efectivo cuando y donde lo necesitaran.

Anne van der Graaf, participante en el programa de graduados, Dirección General de Operaciones de Mercado

En mi segundo año como participante en el programa de graduados me he incorporado a la Unidad de Mercados de Bonos de la Zona del Euro, y mi principal cometido es ayudar a los BCN a realizar compras de bonos corporativos como parte del programa de compra de activos (APP) y del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP). Contribuyo de manera directa a garantizar que, pese a las circunstancias extremas provocadas por la pandemia de coronavirus, las empresas aún puedan obtener condiciones de financiación ventajosas. Me considero afortunada por haber podido adquirir experiencia de forma presencial en la sala de operaciones del BCE. Como las restricciones sobre el número de personas que pueden estar en la oficina han aumentado, la pandemia de coronavirus ha transformado sustancialmente mi jornada de trabajo y he tenido que seguir desde casa la evolución de los mercados de renta fija de la zona del euro. La habitación de invitados —por lo demás, acogedora— de mi apartamento es ahora mi oficina, y la batería de mi compañero de piso, que está al lado de mi mesa, se convierte en un «estimulante mueble de oficina».

Stefan Wredenborg, senior team lead y secretario del Comité de Estabilidad Financiera, Dirección General de Política Macroprudencial y Estabilidad Financiera

Una modalidad de cooperación importante entre el BCE, los bancos centrales y las autoridades de supervisión nacionales se desarrolla a través de las estructuras de comités. Una de ellas es el Comité de Estabilidad Financiera que, debido a la pandemia, trabajó con más intensidad en 2020. Hubo reuniones virtuales con más frecuencia con el fin de analizar la evolución de la estabilidad financiera y las decisiones de política macroprudencial. Asumí el cargo de secretario del Comité en 2020 y tuve que «empezar a toda velocidad» en esta nueva función, lo que fue posible gracias a un traspaso fluido por parte de mi predecesor, a los excelentes colegas del equipo de la secretaría y al asesoramiento del presidente del Comité.

2020 fue un año complicado, también para los miembros del Comité, ya que todos tuvimos que acostumbrarnos a nuevas formas de colaborar y, al mismo tiempo, gestionar una carga de trabajo mayor. Creo que lo conseguimos, gracias a un gran espíritu de colaboración, a la excelente labor de análisis de los expertos de las autoridades nacionales y del BCE, y al apoyo de nuestros servicios de TI, que nos ayudaron a enfrentarnos a la nueva realidad virtual. Aunque puede ser paradójico, creo que, como comité, este año hemos estrechado vínculos, pese a que no nos hemos reunido físicamente. Ver por videoconferencia a los representantes de todos los países de la UE desde su casa, en lugar de estar sentados en torno a una mesa de reuniones, nos hizo sentir que verdaderamente estamos juntos en este difícil período. Ahora bien, todos echamos de menos reunirnos en persona de vez en cuando, ¡y también la oportunidad de ponernos al día durante las pausas de las reuniones!

12.3 Reforzamiento de los estándares de integridad y de buen gobierno

La actualización del régimen y de la política de denuncia de infracciones protege la integridad del BCE, promueve el buen gobierno corporativo y permite a los empleados hablar sin reservas

Para proteger la integridad del BCE y promover el buen gobierno corporativo, en 2020 se estableció un régimen y una política de denuncia de infracciones actualizados. Este nuevo régimen incluye una herramienta interna para comunicar de forma anónima posibles incumplimientos de las obligaciones profesionales, conductas inadecuadas u otras irregularidades de manera sencilla y segura, así como la posibilidad de que los denunciantes y los testigos soliciten protección frente a represalias, en línea con los estándares más avanzados. Además, el alcance de dicha política se ha ampliado para incluir a todos los altos cargos del BCE. El régimen de denuncia de infracciones complementa el mecanismo de comunicación de infracciones del BCE existente, que se utiliza principalmente para la comunicación de información externa sobre cuestiones del ámbito de la supervisión bancaria.

El BCE desarrolló nuevas iniciativas y campañas de comunicación para mantener informada a la plantilla sobre normas y disposiciones deontológicas, y todos los nuevos empleados siguieron el programa de formación online obligatorio «Being ethical». La Oficina de Cumplimiento y Gobernanza respondió a más de 1.900 consultas sobre una gran variedad de temas en 2020, formuladas a partes iguales por empleados tanto de la función de banca central como de la de supervisión bancaria. Casi el 60 % de estas consultas se refirieron a operaciones financieras privadas de empleados, seguidas de cuestiones relativas a actividades externas y a conflictos de intereses (véase gráfico 25). Las verificaciones efectuadas con el apoyo de un proveedor de servicios externo confirmaron el cumplimiento generalizado de las normas sobre operaciones financieras privadas por parte de los empleados y de los miembros de los órganos de alto nivel del BCE.

Gráfico 25

Resumen de las consultas formuladas por empleados del BCE en 2020

(número de consultas)

Fuente: BCE.

En el ámbito del Eurosistema y del Mecanismo Único de Supervisión, la cooperación con los bancos centrales nacionales y las autoridades nacionales competentes continuó llevándose a cabo a través del grupo de trabajo de expertos en ética y cumplimiento (Ethics and Compliance Officers Task Force, ECTF), y se focalizó en la alineación y la coherencia de las orientaciones deontológicas vigentes en las distintas instituciones.

En la esfera internacional, el BCE se incorporó a la Red de Ética de las Organizaciones Multilaterales (ENMO, por sus siglas en inglés), un foro creado para intercambiar información y experiencias, fomentar la cooperación en cuestiones de interés común relacionadas con la integridad y promover estándares de actuación. La pertenencia del BCE a la ENMO demuestra su compromiso en materia de ética y de buen gobierno.

El Comité Deontológico del BCE, de conformidad con el Código de Conducta único para altos cargos del Banco Central Europeo, evaluó las Declaraciones de intereses presentadas por los miembros del Comité Ejecutivo, del Consejo de Gobierno y del Consejo de Supervisión para su publicación en los sitios web del BCE. A lo largo de 2020, el Comité Deontológico emitió un número más elevado de dictámenes, la mayoría relacionados con actividades emprendidas a título personal o tras el cese en el cargo.

Para seguir reforzando la transparencia, el Consejo de Gobierno decidió publicar en el sitio web del BCE los dictámenes emitidos por el Comité Deontológico, dirigidos a miembros actuales y futuros del Comité Ejecutivo, del Consejo de Gobierno y del Consejo de Supervisión del BCE, sobre conflictos de intereses y actividades profesionales remuneradas tras el cese en el cargo.

En 2020, el BCE respondió a 67 solicitudes de acceso a documentos del BCE remitidas por ciudadanos de la UE y dio acceso a más de 190 documentos (en algunos casos de forma parcial).

El Comité de Auditoría del BCE[69] llevó a cabo la revisión trienal de su mandato e introdujo disposiciones adicionales con el fin de responder a los llamamientos del Parlamento Europeo y de organizaciones no gubernamentales para que continúe reforzando y salvaguardando la independencia de sus miembros. Este Comité brinda asesoramiento al Consejo de Gobierno en aspectos clave del gobierno corporativo del BCE —en su función tanto de banco central como de supervisor bancario— y del Eurosistema. El Comité fue informado periódicamente de las medidas e iniciativas adoptadas por el BCE para abordar los riesgos financieros y operativos generados por la pandemia de COVID-19, y siguió apoyando la aplicación oportuna de las recomendaciones de auditoría pendientes.

Cuentas Anuales

https://www.ecb.europa.eu/pub/annual/annual-accounts/html/ecb.annualaccounts2020~0508aea2f9.es.html

Balance consolidado del Eurosistema a 31 de diciembre de 2020

https://www.ecb.europa.eu/pub/annual/balance/html/ecb.eurosystembalancesheet2020~0da47a656b.es.html

Estadísticas (sección disponible solo en inglés)

https://www.ecb.europa.eu/pub/pdf/annrep/ecb.ar_annex2020_statistical_section~ae79ac8ab8.en.pdf

© Banco Central Europeo, 2021

Apartado de correos 60640 Frankfurt am Main, Alemania
Teléfono +49 69 1344 0

Sitio web www.ecb.europa.eu

Todos los derechos reservados. Se permite la reproducción para fines docentes o sin ánimo de lucro, siempre que se cite la fuente.

Traducción efectuada por el Banco de España y el Banco Central Europeo. En caso de discrepancia, prevalece la versión original en inglés.

La recepción de datos para elaborar este informe se cerró el 25 de febrero de 2021 (las excepciones se indican expresamente).

Puede consultarse terminología específica y las siglas y abreviaturas en el glosario del BCE (disponible solo en inglés).

HTML ISBN 978-92-899-4636-0, ISSN 1725-2873, doi:10.2866/268587, QB-AA-21-001-ES-Q

  1. Al final de 2020, las perspectivas anticipaban una solución médica a la pandemia y la administración generalizada de vacunas a partir de mediados de 2021.
  2. La sección 1.2 refleja datos de la segunda estimación de Eurostat, publicada el 9 de marzo de 2021.
  3. Véase el recuadro titulado «Los efectos a largo plazo de la pandemia: resultados de una encuesta a empresas líderes», Boletín Económico», número 8, BCE, 2020.
  4. Véase el recuadro titulado «Valoración preliminar del impacto de la pandemia de Covid-19 sobre el mercado de trabajo de la zona del euro», Boletín Económico, número 5, BCE, 2020.
  5. Véase el recuadro 2 del artículo titulado «The impact of COVID-19 on potential output in the euro area», Boletín Económico, número 7, BCE, 2020.
  6. La orientación fiscal refleja la dirección y el tamaño del estímulo proporcionado por las políticas fiscales a la economía, más allá de la reacción automática de las finanzas públicas al ciclo económico, y se mide como la variación de la ratio de saldo primario ajustado de ciclo, excluidas las ayudas públicas al sector financiero. En el artículo titulado «The euro area fiscal stance», Boletín Económico, número 4, BCE, 2016, se presenta información más detallada sobre el concepto de orientación de la política fiscal de la zona del euro.
  7. Véanse las previsiones económicas del otoño de 2020 de la Comisión Europea.
  8. Para información más detallada, véase el artículo titulado «The initial fiscal policy responses of euro area countries to the COVID-19 crisis», Boletín Económico, número 1, BCE, 2021.
  9. Véanse las previsiones económicas del otoño de 2020 de la Comisión Europea.
  10. La sección 1.4 refleja datos de la segunda estimación de Eurostat publicada el 9 de marzo de 2021.
  11. Los factores que explican este incremento temporal de los precios de los alimentos se analizan detenidamente en el recuadro titulado «Evolución reciente de los precios de los alimentos en la zona del euro», Boletín Económico, número 5, BCE, 2020.
  12. Para un análisis de las dificultades para medir los precios de consumo durante la pandemia, véase el recuadro titulado «Patrones de consumo y problemas de medición de la inflación durante la pandemia de Covid-19», Boletín Económico, número 7, BCE, 2020.
  13. Para información más detallada, véanse los recuadros titulados «Los programas de regulación temporal de empleo y sus efectos sobre los salarios y la renta disponible», Boletín Económico, número 4, BCE, 2020, y «¿Pueden los datos sobre salarios negociados contribuir al análisis de la dinámica salarial durante la pandemia de Covid-19?», Boletín Económico, número 8, BCE, 2020.
  14. En la sección 3.3 y en el Informe Anual sobre las actividades de supervisión del BCE, 2020, se puede consultar información detallada sobre las medidas supervisoras adoptadas para relajar los requerimientos de capital y operativos de las entidades de crédito.
  15. El Consejo de Gobierno también anunció que, en todo caso, la futura extinción de la cartera del PEPP se gestionaría de forma que se eviten interferencias con la orientación adecuada de la política monetaria. La estrategia de reinversión del PEPP mitigaría el riesgo de un endurecimiento no justificado de las condiciones financieras.
  16. El Eurosistema también proporcionó apoyo de liquidez, primero en marzo a través de OFPML adicionales y después en abril, cuando lanzó una serie de siete operaciones de financiación a plazo más largo de emergencia frente a la pandemia (PELTRO, por sus siglas en inglés).
  17. El Eurosistema trata de realizar una asignación de activos neutral para el mercado, adquiriendo valores en todas las jurisdicciones a todos los plazos de vencimiento admitidos, de forma que refleje la composición del mercado de deuda pública de la zona del euro.
  18. Para más información sobre las operaciones de préstamo de valores en el marco de los distintos programas de compra de activos, véase «Securities lending of holdings under the asset purchase programme (APP) and the pandemic emergency purchase programme (PEPP)» en el sitio web del BCE.
  19. En el marco del PSPP, el BCE publica mensualmente la media mensual agregada del saldo de préstamos de valores del Eurosistema y el importe medio mensual agregado del efectivo recibido como garantía.
  20. Véase «The financial risk management of the Eurosystem’s monetary policy operations», BCE, julio de 2015.
  21. Véase también la página «Asset purchase programmes» en el sitio web del BCE.
  22. Los bonos de titulización de activos (ABS) deben tener al menos dos calificaciones crediticias otorgadas por una ECAI.
  23. Véase el artículo 138, apartado 3, letra b), de la Orientación (UE) 2015/510 del Banco Central Europeo, de 19 de diciembre de 2014, sobre la aplicación del marco de la política monetaria del Eurosistema (BCE/2014/60) (DO L 91 de 2.4.2015, p. 3).
  24. El límite por emisor se refiere al porcentaje máximo del saldo vivo de valores de un emisor que puede mantener el Eurosistema.
  25. Véanse los artículos titulados «La estrategia de política monetaria del Eurosistema orientada hacia la estabilidad», Boletín Mensual, BCE, enero de 1999, y «Resultados de la evaluación del BCE de su estrategia de política monetaria», Boletín Mensual, BCE, junio de 2003.
  26. Véase M. Parker, «The impact of disasters on inflation», Working Paper Series, n.º 1982, BCE, noviembre de 2016.
  27. Véase R. De Haas y A. Popov, «Finance and carbon emissions», Working Paper Series, n.º 2318, BCE, septiembre de 2019.
  28. Véase G. Benmir, I. Jaccard y G. Vermandel, «Green asset pricing», Working Paper Series, n.º 2477, BCE, octubre de 2020.
  29. Véase M. Agnoletti, S. Manganelli y F. Piras, «Covid-19 and rural landscape: the case of Italy», Working Paper Series, n.º 2478, BCE, octubre de 2020.
  30. Véase «Financial Stability Review», BCE, noviembre de 2020.
  31. Véase «Financial Stability Review», BCE, noviembre de 2020.
  32. Véanse, por ejemplo, «COVID-19 Vulnerability Analysis», Supervisión Bancaria del BCE, 28 de julio de 2020, y K. Budnik et al., «Banking euro area stress test model», Working Paper Series, n.º 2469, BCE, septiembre de 2020.
  33. De acuerdo con las solicitudes de cooperación estrecha con el BCE, la evaluación global de las entidades de crédito búlgaras se realizó en 2019 y la evaluación global de las entidades de crédito croatas se llevó a cabo en 2020.
  34. Véase «El BCE establece una cooperación estrecha con el banco central de Bulgaria», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 10 de julio de 2020.
  35. Véase «El BCE establece una cooperación estrecha con el banco central de Croacia», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 10 de julio de 2020.
  36. Véase «El BCE enumera las entidades búlgaras y croatas que supervisará directamente a partir de octubre de 2020», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 11 de septiembre de 2020.
  37. Véase «La supervisión bancaria del BCE relaja temporalmente los requerimientos de capital y operativos en respuesta al coronavirus», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 12 de marzo de 2020.
  38. Véase «La Supervisión Bancaria del BCE proporciona más flexibilidad a las entidades de crédito en respuesta al coronavirus», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 20 de marzo de 2020.
  39. Véase E. McCaul, «A pragmatic SREP delivers appropriate supervision for the crisis», The Supervision Blog, Supervisión Bancaria del BCE, 12 de mayo de 2020.
  40. Véase «La Supervisión Bancaria del BCE proporciona más flexibilidad a las entidades de crédito en respuesta al coronavirus», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 20 de marzo de 2020.
  41. Véase «El BCE permite una relajación temporal de la ratio de apalancamiento de las entidades de crédito tras declarar que concurren circunstancias excepcionales como consecuencia de la pandemia», nota de prensa, Supervisión Bancaria del BCE, 17 de septiembre de 2020. El Reglamento de Requerimientos de Capital (RRC), modificado por el denominado RRC «quick fix», permite que los supervisores bancarios, previa consulta al banco central pertinente, autoricen a las entidades de crédito a que excluyan de su ratio de apalancamiento determinadas exposiciones frente a bancos centrales.
  42. Reglamento (UE) n.° 575/2013 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de junio de 2013 , sobre los requisitos prudenciales de las entidades de crédito y las empresas de inversión, y por el que se modifica el Reglamento (UE) n.° 648/2012 (DO L 176 de 27.6.2013, p. 1), y, concretamente, su artículo 178, apartado 2.
  43. Véase A. Enria y E. Fernandez-Bollo, «Fostering the cross-border integration of banking groups in the banking union», The Supervision Blog, Supervisión Bancaria del BCE, 9 de octubre de 2020.
  44. Véase Dictamen del Banco Central Europeo, de 8 de noviembre de 2017, sobre las revisiones del régimen de gestión de crisis de la Unión (CON/2017/47) (DO C 34 de 31.1.2018, p. 17).
  45. Véase, por ejemplo, L. de Guindos, F. Panetta e I. Schnabel, «Europe needs a fully fledged capital markets union – now more than ever», The ECB Blog, BCE, 2 de septiembre de 2020.
  46. Véase «Financial Integration and Structure in the Euro Area», BCE, marzo de 2020.
  47. En enero de 2020 se adoptó un nuevo marco estadístico de T2S. Véase un resumen de los cambios principales y del impacto en los indicadores de T2S en el recuadro titulado «Changes in the T2S statistical framework» del informe anual de T2S de 2019.
  48. Un acuerdo repo es un acuerdo en el que el banco central prestamista da acceso a financiación en su moneda a otro banco central, aceptando activos denominados en esa moneda como garantía para asegurar el reembolso de los fondos por parte del banco central prestatario.
  49. Véase también F. Panetta e I. Schnabel, «The provision of euro liquidity through the ECB’s swap and repo operations», The ECB Blog, BCE, 19 de agosto de 2020.
  50. Véase «El BCE comenzará a publicar tipos de interés medios compuestos basados en el tipo a corto plazo del euro (€STR) el 15 de abril de 2021», nota de prensa, BCE, 18 de marzo de 2021.
  51. De conformidad con el artículo 141, apartado 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, los artículos 17, 21.2, 43 y 46.1 de los Estatutos del SEBC, y el artículo 9 del Reglamento (CE) nº 332/2002 del Consejo, de 18 de febrero de 2002.
  52. De conformidad con el artículo 122, apartado 2, y el artículo 132, apartado 1, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, los artículos 17 y 21 de los Estatutos del SEBC, y el artículo 8 del Reglamento (UE) nº 407/2010 del Consejo, de 11 de mayo de 2010.
  53. De conformidad con los artículos 17 y 21 de los Estatutos del SEBC (en conjunción con el artículo 10 del Reglamento [UE] 2020/672 del Consejo, de 19 de mayo de 2020, relativo a la creación de un instrumento europeo de apoyo temporal para atenuar los riesgos de desempleo en una emergencia [SURE] a raíz del brote de COVID-19).
  54. De conformidad con los artículos 17 y 21 de los Estatutos del SEBC (en conjunción con el artículo 3, apartado 5, del Acuerdo Marco de la FEEF).
  55. De conformidad con los artículos 17 y 21 de los Estatutos del SEBC (en conjunción con el artículo 5.12.1 de las Condiciones Generales para los Acuerdos sobre Líneas de Asistencia Financiera del MEDE).
  56. En el contexto del acuerdo de préstamo suscrito entre los Estados miembros cuya moneda es el euro (distintos de Grecia y de Alemania) y el Kreditanstalt für Wiederaufbau (actuando en aras del interés público, sujeto a las instrucciones de la República Federal de Alemania y con su aval), como prestamistas, la República Helénica como prestatario y el Bank of Greece como agente del prestatario, en virtud de lo previsto en los artículos 17 y 21.2 de los Estatutos del SEBC y el artículo 2 de la Decisión BCE/2010/4, de 10 de mayo de 2010.
  57. Con arreglo al artículo 430 quater del Reglamento de Requerimientos de Capital, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea encomendaron a la EBA un estudio de viabilidad y solicitaron que se tuviese en cuenta la aportación del SEBC.
  58. Véanse «ECB communication to reporting agents on the collection of statistical information in the context of COVID-19», BCE, 15 de abril de 2020, y «ECB communication to reporting agents on the extension of deadlines for the reporting of statistical information in the context of COVID-19», BCE, 29 de abril de 2020.
  59. Véase el artículo titulado «European financial integration during the COVID-19 crisis», Boletín Económico, número 7, BCE, 2020.
  60. La encuesta se lleva a cabo con periodicidad mensual y actualmente se realiza en las seis economías de mayor tamaño de la zona del euro con muestras de un tamaño aproximado de 2.000 encuestados en Alemania, España, Francia e Italia, y de 1.000 en Bélgica y Países Bajos.
  61. Las medidas macroprudenciales basadas en la capacidad de pago de los prestatarios incluyen, por ejemplo, límites aplicados a las ratios préstamo/valor (loan-to-value) y deuda/ingresos (debt-to-income).
  62. Véanse, por ejemplo, el seminario virtual del BCE titulado «Tracking the economy with high frequency data», 16 de octubre de 2020; S. Eraslan y T. Götz, «An unconventional weekly economic activity index for Germany», Technical Paper Series, n.º 2, Deutsche Bundesbank, 2020, y D. Delle Monache, S. Emiliozzi y A. Nobili, «Tracking economic growth during the Covid-19: a weekly indicator for Italy», Note Covid-19, Banca d’Italia, 27 de enero de 2021.
  63. Los casos de incumplimiento incluyen: i) los casos en los que una autoridad nacional no consultó al BCE sobre proyectos de disposición legal que entraban dentro de los ámbitos de competencia del BCE, y ii) los casos en los que una autoridad nacional consultó formalmente al BCE, pero sin dejarle tiempo suficiente para examinar el proyecto de disposición legal y adoptar su dictamen antes de la aprobación de dicha disposición.
  64. Véase R. Dall’Orto Mas, B. Vonessen, C. Fehlker y K. Arnold, «The case for central bank independence: a review of key issues in the international debate», Occasional Paper Series, n.º 248, octubre de 2020.
  65. Para un análisis de la situación, la evolución y el desglose sociodemográfico de la confianza de los ciudadanos en el BCE y de su apoyo al euro, véase «Citizen’s attitudes towards the ECB, the euro and Economic and Monetary Union», Boletín Económico, número 4, BCE, 2020.
  66. En el sitio web del BCE pueden consultarse los comunicados sobre el MTC II (Bulgaria y Croacia) y las cartas de solicitud de los dos países con la lista de compromisos asumidos antes y después la integración (Bulgaria y Croacia).
  67. Para más información, véase la sección 4.1 del Informe Anual sobre las actividades de supervisión del BCE, 2020.
  68. Para más información, véase «The European exchange rate mechanism (ERM II) as a preparatory phase on the path towards euro adoption – the cases of Bulgaria and Croatia», Boletín Económico, número 8, BCE, 2020.
  69. En febrero de 2020, Yannis Stournaras asumió la presidencia del Comité de Auditoría.