Opciones de búsqueda
Home Medios El BCE explicado Estudios y publicaciones Estadísticas Política monetaria El euro Pagos y mercados Empleo
Sugerencias
Ordenar por

¿Cómo estamos descarbonizando nuestras tenencias de bonos corporativos?

19 de septiembre de 2022 (actualizado el 1 de octubre de 2022)

La crisis climática es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Plantea graves riesgos para la economía y afecta a la estabilidad de precios, que es nuestro mandato primordial como banco central. Por ello, tenemos el firme compromiso de hacer cuanto esté en nuestras manos para luchar contra el cambio climático dentro de nuestro mandato.

El cambio climático influye de distintas maneras en nuestro trabajo, por ejemplo, afecta a los riesgos climáticos a que están expuestos los activos que mantenemos. Esta es una de las áreas en las que vamos a actuar: descarbonizaremos nuestras tenencias de bonos corporativos, en una senda en línea con el objetivo de 1,5 grados del Acuerdo de París. Para ello, estamos analizando qué están haciendo las empresas que emiten bonos, conocidas como «emisores», para mitigar su impacto climático. Desde octubre de 2022 estamos comprando más a las que tienen mejor comportamiento en este ámbito y menos a los que tienen peor comportamiento.

¿Qué bonos corporativos comprábamos antes?

En el marco de nuestra política monetaria, compramos bonos corporativos basándonos en una cartera de referencia que nos sirve de guía para decidir cuánto asignamos a un determinado sector o empresa. Anteriormente, esa cartera de referencia reflejaba lo que había en el mercado, es decir, en general, comprábamos más de las empresas que emitían más bonos.

¿Cómo nos exponen a los riesgos climáticos nuestras tenencias de bonos corporativos?

En general, cuando compramos un bono, aceptamos el riesgo de que pierda valor a lo largo del tiempo. El cambio climático puede ser una de sus causas: los fenómenos meteorológicos extremos, como los incendios o las inundaciones, pueden afectar a las instalaciones de las empresas o de sus clientes, y destruir sus almacenes, fábricas o centros de datos. Es lo que se conoce como «riesgo físico».

Las empresas también pueden sufrir lo que se suele denominar «riesgos de transición», es decir, los riesgos derivados de la transición hacia una economía más verde. Es posible que los consumidores quieran empezar a comprar productos alternativos, o que los bienes y servicios se encarezcan si los gobiernos imponen impuestos sobre el carbono. En algún momento, los legisladores también podrían prohibir determinados productos intensivos en carbono. Y la innovación técnica puede beneficiar a algunas empresas, mientras que otras tendrán dificultades para seguir el ritmo.

Todos estos cambios podrían afectar gravemente a las empresas intensivas en carbono, como los productores de energía o las empresas de transporte que dependen de combustibles fósiles, si no se adaptan a tiempo. Y si tienen problemas financieros debido a tales acontecimientos, esto afecta al valor de sus bonos.

¿Por qué son importantes estos riesgos físicos y de transición para el BCE y para los bancos centrales nacionales de los países de la zona del euro? El Eurosistema mantiene bonos de muchas empresas y sectores distintos, por lo que estamos expuestos a esos riesgos. Con la descarbonización de nuestra cartera pretendemos reducir dicha exposición.

Estas medidas también apoyan la transición verde de la economía, en línea con los objetivos de neutralidad climática de la UE.

¿Cómo hacemos que nuestras compras sean más verdes?

Desde octubre de 2022 estamos reorientando nuestras compras a empresas con mejor comportamiento climático. Esto significa que estamos incrementando el peso en nuestra cartera de las empresas con mejor comportamiento climático frente a aquellas que tienen peor comportamiento. En consecuencia, nuestra cartera es cada vez menos intensiva en carbono.

Seguimos comprando bonos de empresas de distintos sectores. El volumen total de nuestras compras sigue guiándose exclusivamente por nuestro objetivo de estabilidad de precios. Pero a las empresas les resulta cada vez más difícil obtener financiación si no mejoran su comportamiento climático.

El objetivo general es adaptar nuestra cartera de bonos a una senda compatible con los objetivos del Acuerdo de París.

Más información en nuestra nota de prensa y preguntas frecuentes.

¿Cómo funciona exactamente?

Para evaluar el comportamiento climático de los emisores calculamos una puntuación climática basada en tres criterios:

Emisiones retrospectivas

Comprobamos la huella de carbono de las empresas. También valoramos su evolución en comparación con otras empresas del mismo sector y con todos los emisores de bonos que forman parte de nuestros programas de compras de bonos corporativos. Los emisores con mejor comportamiento en ambos ámbitos obtienen una puntuación más alta.

Objetivos prospectivos

Analizamos los objetivos que se fijan las empresas para reducir sus emisiones en el futuro. Los emisores con objetivos más ambiciosos obtienen una puntuación más alta.

Divulgación de información sobre el clima

Examinamos el nivel de transparencia de las empresas sobre sus emisiones de gases de efecto invernadero. Las que publican datos de alta calidad reciben una puntuación más elevada.

¿Cómo ayuda esto a combatir el cambio climático?

Esta reorientación de nuestras compras reduce nuestra exposición al riesgo climático derivada de nuestras tenencias de bonos. Al mismo tiempo, crea un incentivo para que las empresas de cualquier sector sean más transparentes sobre sus riesgos climáticos y su huella de carbono, y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esta es una de las maneras en que contribuimos a la transición ecológica y a los objetivos de neutralidad de carbono de la UE,

pero está claro que no podemos hacerlo solos. Las empresas deben cumplir sus compromisos de reducción de emisiones. Y, por supuesto, la lucha contra el cambio climático corresponde, ante todo, a los gobiernos y los parlamentos. Disponen de las mejores herramientas para hacer frente a este reto vital. Como banco central de la zona del euro, haremos lo que esté en nuestras manos dentro de nuestro mandato.