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Fabio Panetta
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Un euro digital ampliamente disponible y fácil de usar

Intervención de Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo

Bruselas, 24 de abril de 2023

Me complace comparecer hoy de nuevo ante esta Comisión como parte de nuestra serie de audiencias sobre el proyecto del euro digital, que entra ahora en el tramo final de su fase de investigación. El Consejo de Gobierno del BCE aprobó recientemente un tercer conjunto de opciones de diseño para el euro digital, sobre las que también hemos debatido en anteriores comparecencias. Publicamos hoy un informe en el que se expone el punto de vista del Eurosistema sobre la forma en que los ciudadanos podrían acceder al euro digital, mantenerlo y empezar a utilizarlo. El informe también examina cómo podrían distribuir los intermediarios el euro digital, así como los servicios y las características que podría ofrecer[1].

Nuestro trabajo en los últimos meses no se ha limitado a investigar cuestiones técnicas. También hemos creado grupos de discusión para conocer la opinión de los posibles usuarios sobre las diferentes características que debería tener un monedero digital, lo que nos ayudará a diseñar un producto que responda a sus necesidades[2].

En una economía moderna, poder pagar de forma digital es una necesidad básica.

Con el efectivo, los bancos centrales proporcionan ya un medio de pago libre de riesgos, ampliamente accesible y fácil de utilizar, que no excluye a nadie. Pero la rápida digitalización de nuestras economías nos obliga a complementar el efectivo con el resultado de su evolución en el ámbito digital: un euro digital.

Como banco central, tenemos que estar preparados para el futuro y asegurarnos de que el dinero que emitimos mantenga su papel de ancla monetaria en la era digital, garantizando así que un euro sea un euro independientemente de su forma y de dónde estemos. Ello consolida la confianza de los ciudadanos en nuestra moneda[3].

Para que este ancla monetaria sea eficaz, el euro digital tendría que estar alineado con las preferencias del público. Todos los ciudadanos de la zona del euro deberían poder usarlo para pagos diarios en línea, en comercios y entre particulares.

En mi intervención de hoy, me centraré en cómo podemos garantizar que todos los ciudadanos de la zona del euro puedan acceder a un euro digital y utilizarlo fácilmente cuando lo deseen, independientemente de cuál sea su banco o su país de procedencia. Nadie estaría obligado a utilizar el euro digital, pero todos deberían tener la opción de utilizarlo, al igual que ocurre ahora con el efectivo.

Como legisladores europeos, ustedes adoptarán decisiones que serán fundamentales para que logremos este objetivo. Por tanto, algunas de mis observaciones se referirán al euro digital también desde un punto de vista regulatorio.

Garantizar que el euro digital esté ampliamente disponible y sea fácil de usar

Actualmente no existe ningún medio de pago digital europeo que sea universalmente aceptado en el conjunto de la zona del euro. En consecuencia, no sorprende que los europeos consideren que la capacidad de pagar en cualquier lugar sería la característica más importante de un posible euro digital[4]. Dicho de otro modo, desean que esta característica clave de los billetes en euros, esté presente también en el ámbito digital.

En el BCE hemos investigado soluciones técnicas que permitirían a los particulares realizar pagos en euros digitales fácilmente en cualquier lugar de la zona del euro[5]. Pero si queremos que el euro digital tenga estas características propias del efectivo, necesitamos un marco regulatorio adecuado.

El legislador confirió curso legal a los billetes en euros en el Tratado[6], por lo que los ciudadanos pueden utilizarlos en toda la zona del euro[7]. Los billetes son la prueba tangible de que compartimos una moneda única.

El legislador también podría dar al euro digital estatus de dinero de curso legal[8]. Si se introdujera, el euro digital sería un bien público, y los europeos esperarían poder acceder a él y utilizarlo con facilidad en cualquier lugar de la zona del euro. Por tanto, sería más beneficioso y práctico para todos los usuarios que los comerciantes que aceptan pagos digitales estuvieran obligados a aceptar el euro digital como dinero de curso legal[9].

El requisito de que los comerciantes acepten el euro digital también podría considerarse una oportunidad. Por ejemplo, aumentaría la resiliencia de los pagos europeos y estimularía la competencia[10], lo que, a su vez, contribuiría a abaratar los pagos, con claros beneficios para todos los ciudadanos de la zona del euro[11]. Si queremos que el euro digital sea ampliamente utilizable, la aceptación es solo una cara de la moneda. La otra es el acceso.

Particulares y comerciantes esperan poder obtener el euro digital en sus bancos[12], al igual que actualmente con el efectivo[13]. Los ciudadanos deberían poder empezar a utilizar el euro digital sin dificultades y sin tener que cambiar de banco. En nuestros contactos periódicos, asociaciones de consumidores y comerciantes[14] han indicado que la mejor manera de garantizar un amplio acceso a los consumidores sería obligar a los bancos y otros proveedores de servicios de pago de la zona del euro a poner el euro digital a disposición de sus clientes[15]. Los intentos anteriores de crear iniciativas paneuropeas en materia de pagos han puesto de manifiesto que garantizar un amplio acceso en toda la zona del euro siempre ha requerido, en última instancia, medidas regulatorias[16].

Por tanto, ambas caras de la moneda —la aceptación generalizada y el amplio acceso— son necesarias para que el euro digital sea un bien público que responda a las expectativas de consumidores y comerciantes.

Estos dos aspectos también son fundamentales para alcanzar otros objetivos de las políticas públicas, por ejemplo, para que el euro digital favorezca la inclusión financiera y genere oportunidades para los intermediarios financieros.

Un euro digital ofrecería una nueva plataforma de innovación auténticamente europea y permitiría a esos intermediarios crear servicios disponibles inmediatamente para sus clientes en toda Europa. Podría ayudar a los proveedores nacionales de pagos y a las nuevas soluciones de pagos inmediatos a crecer y operar a escala europea. Además, reduciría la actual dependencia de un reducido número de proveedores dominantes, lo que reforzaría la competencia y la resiliencia.

Asegurar una experiencia de pago sin fronteras en Europa

Durante los últimos 20 años, los billetes en euros han permitido que todos los ciudadanos en la zona del euro reconozcan y utilicen fácilmente dinero público, con independencia de cuál sea su país de residencia o de dónde realicen el pago.

Y el euro digital debería permitir exactamente lo mismo. Los ciudadanos deberían poder pagar y recibir pagos en euros digitales en cualquier punto de la zona del euro, independientemente del intermediario que utilicen para acceder al euro digital o del país en que se encuentren.

Para conseguirlo, necesitamos un conjunto de normas comunes, lo que denominamos un «esquema de pago»[17].

El alcance de estas normas se circunscribirá a lo que sea estrictamente necesario para establecer y ofrecer a los usuarios una experiencia de pago armonizada y adecuada y permitir e incentivar al mismo tiempo el desarrollo de nuevos servicios y soluciones por parte de los intermediarios supervisados[18].

Aunque el euro digital lo distribuyan intermediarios supervisados, conviene recordar que será un pasivo del banco central. Su emisor —el Eurosistema— sería responsable ante los ciudadanos de la zona del euro de la adecuación del euro digital a sus necesidades de pago. Por tanto, el Eurosistema debería tener la competencia para establecer las normas para asegurar que la estandarización del uso del euro digital en el futuro sea equiparable a la del efectivo en la actualidad. Lo haría asegurando el consenso de todas las partes interesadas: consumidores, minoristas, entidades de crédito e instituciones financieras no bancarias.

Garantizar una amplia disponibilidad mediante los incentivos económicos adecuados

Deberían utilizarse incentivos económicos para fomentar la distribución activa del euro digital y lograr que esté disponible de forma generalizada. Ya hemos propuesto cuatro principios básicos para un modelo de compensación del euro digital[19].

En anteriores audiencias me pidieron más detalles sobre estos principios, así que voy a explicarles nuestras ideas sobre ellos. Sin embargo, en última instancia serán ustedes, como legisladores europeos, quienes tendrán la responsabilidad principal de decidir sobre el marco regulatorio de las comisiones.

El primer principio es que, por su naturaleza de bien público, el euro digital debería estar al servicio de la sociedad. Creemos que su uso básico cotidiano debería ser gratuito para los consumidores[20].

El segundo principio es que se debería compensar a los intermediarios por los servicios que presten, como ocurre con otros pagos digitales.

El tercero, que deben existir salvaguardias legislativas que impidan que los intermediarios cobren comisiones excesivas a los comerciantes si estos están obligados a aceptar el euro digital como dinero de curso legal. Aunque creemos que el euro digital permitiría comisiones más competitivas, este principio garantizaría que las comisiones que se cobren a los comerciantes no superen los niveles actuales para medios de pago comparables.

El último principio es que el Eurosistema soportaría sus propios costes, por ejemplo los de las actividades de liquidación[21] y los derivados de la gestión de las normas comunes para la realización y la recepción de pagos en euros digitales. Esto reflejaría el carácter de bien público del euro digital y seguiría la misma lógica que se aplica actualmente al efectivo. El dinero que se ahorraría gracias a la asunción de esos costes por el Eurosistema redundaría en última instancia en beneficio de los usuarios finales.

El camino a seguir

Permítanme que concluya.

El diseño del euro digital y su marco regulatorio son esenciales para asegurar que conserve sus características fundamentales como bien público.

Les corresponde a los legisladores europeos decidir si el euro digital será un medio de pago inclusivo y verdaderamente europeo —ampliamente utilizable y accesible en toda la zona del euro, gratuito en lo que respecta a su uso básico y que ofrezca los máximos niveles de privacidad—. El éxito de un euro digital estará en sus manos.

El BCE está dispuesto a seguir debatiendo sobre todos estos temas con ustedes durante el proceso legislativo. A lo largo de la próxima fase del proyecto, que está previsto que se inicie más avanzado el año, incorporaremos los ajustes en el diseño del euro digital que se consideren necesarios a raíz de las deliberaciones legislativas[22]. Durante esa fase desarrollaremos y probaremos las posibles soluciones técnicas y los mecanismos operativos necesarios para producir un euro digital.

Estos dos procesos —el legislativo y el de diseño— deberían avanzar en paralelo, de modo que estemos en situación de empezar a emitir rápidamente un euro digital si y cuando se considere procedente. La posible decisión del Consejo de Gobierno de emitir un euro digital se tomaría después de que se haya adoptado el acto legislativo.

Tomaremos todas las medidas necesarias para que el euro digital sea realmente un bien público. Sin embargo, todas las instituciones europeas deben hacer su trabajo si queremos lograr nuestro objetivo común: que el euro digital sea un éxito. Por eso esperamos con interés la propuesta legislativa de la Comisión Europea. Será un paso adelante decisivo para el euro digital y situará a Europa a la vanguardia del trabajo sobre monedas digitales de banco central en el G7.

Quedo a su disposición para responder a sus preguntas.

  1. Véase BCE (2022), Progress on the investigation phase of a digital euro, septiembre; BCE (2022), Progress on the investigation phase of a digital euro – second report, diciembre; BCE (2023), Progress on the investigation phase of a digital euro – third report, abril; y BCE (2022), Letter from Fabio Panetta to Ms Irene Tinagli on progress reporting on the investigation phase of a digital euro, 14 de junio. El primer informe examina temas como el mecanismo de transferencia, la privacidad y las herramientas para controlar la cantidad de euros digitales en circulación. El segundo se centra en el papel de los intermediarios, el modelo de liquidación, el aumento y el reembolso de saldo y un modelo de distribución del euro digital. El tercer informe presenta la opinión del Eurosistema sobre el acceso al euro digital, el mantenimiento de saldo, el alta, aspectos de distribución, los servicios y sus funcionalidades.

  2. Véase Kantar Public (2022), Study on New Digital Payment Methods, marzo; y Kantar Public (2023), Study on Digital Wallet Features, abril.

  3. La confianza de los ciudadanos en el dinero emitido por intermediarios privados (como los depósitos bancarios) se basa en la capacidad para convertirlo, a la par, en dinero de banco central libre de riesgo (como el efectivo). Véase, por ejemplo, «Monedas digitales de banco central: un ancla monetaria para la innovación digital», Disscurso pronunciado por Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, en el Real Instituto Elcano, Madrid, 5 de noviembre de 2021.

  4. Los grupos de discusión han sugerido que la posibilidad de «realizar pagos en cualquier lugar» es para los ciudadanos la principal característica que un nuevo instrumento de pago digital debe tener. Esta conclusión fue idéntica en todos los países y grupos de edad. Véase Kantar Public (2022), Study on New Digital Payment Methods, marzo; y Kantar Public (2023), Study on Digital Wallet Features, abril.

  5. Panetta, F. (2023), «El euro digital: nuestro dinero dónde y cuándo lo necesitemos», intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Bruselas, 23 de enero.

  6. Artículo 128, apartado 1, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

  7. El hecho de que los billetes y monedas en euros tengan curso legal significa que son un medio de pago válido para liquidar una deuda monetaria, a menos que las partes hayan acordado otro medio de pago. La definición de dinero de curso legal se basa en tres criterios principales: i) aceptación obligatoria, ii) aceptación al valor nominal y iii) capacidad de liberar de obligaciones de pago.

  8. También se espera que la Comisión Europea publique una propuesta sobre el alcance del curso legal de los billetes y monedas en euros en el segundo trimestre de 2023. Aunque el principal objetivo de las medidas legislativas relacionadas con el efectivo es preservar su uso y disponibilidad generalizados, para el euro digital el objetivo sería establecer su uso y disponibilidad desde cero.

  9. Conferir estatus de dinero de curso legal al euro digital puede contribuir a favorecer su adopción y su uso, creando una espiral positiva de efectos de red (en la que el valor y la utilidad de un sistema de pago aumentan en proporción al número de usuarios que se incorporan a la red y operan en ella). Es decir, cuanto mayor sea el número de usuarios de un sistema de pago concreto, mayor será su utilidad y su facilidad de uso para todos ellos.

  10. El euro digital, como solución genuinamente paneuropea de pagos minoristas, permitiría aumentar la capacidad de negociación de los comerciantes en el mercado de pagos, dominado actualmente por un reducido número de proveedores dominantes.

  11. Véase Written feedback after the 6th Euro Retail Payments Board (ERPB) technical session, marzo de 2023.

  12. Los bancos se mencionan aquí como ejemplo de proveedores de servicios de pago que podrían distribuir el euro digital. El Eurosistema considera que todos los proveedores de servicios de pago, como se definen en la Directiva sobre Servicios de Pago revisada (DSP2) —es decir, las entidades de crédito, las entidades de dinero electrónico y las entidades de pago— podrían distribuir el euro digital.

  13. Panetta, F. (2022), «Aprovechar nuestras fortalezas: el papel de los sectores público y privado en el ecosistema del euro digital», intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Bruselas, 29 de septiembre.

  14. Véase Written feedback after the 6th Euro Retail Payments Board (ERPB) technical session, marzo de 2023.

  15. Sin esta obligación, el euro digital podría no ser universalmente accesible en todos los países de la zona del euro. Podría darse una situación en la que cada país de la zona del euro tenga solo unos pocos bancos (o incluso ninguno) que ofrezcan cuentas o monederos en euros digitales, obligando a muchos clientes a abrir una cuenta en otro banco porque el suyo no ofrece acceso al euro digital. Esto también pondría en peligro los efectos de red necesarios para el éxito de una solución de pago (véase la nota 9).

  16. Se pueden extraer lecciones de los retrasos en la consecución del ámbito paneuropeo en el caso de los esquemas de transferencias y adeudos directos de la SEPA y, posteriormente, del esquema de transferencias inmediatas SEPA. Para garantizar un amplio acceso al euro digital, es necesario establecer las medidas regulatorias necesarias en una fase más temprana del proceso.

  17. Panetta, F. (2022), «Aprovechar nuestras fortalezas: el papel de los sectores público y privado en el ecosistema del euro digital», intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Bruselas, 29 de septiembre.

  18. Para evitar imponer un esfuerzo inversor adicional a los intermediarios, el Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamientola nota de prensa sobre la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamiento del esquema del euro digital del esquema del euro digital está estudiando cómo aprovechar en lo posible las normas y soluciones ya existentes y cómo diseñar un euro digital que sea compatible con esas soluciones. El Grupo de Trabajo también tiene previsto reflexionar sobre los requisitos regulatorios vigentes y futuros. Véase , así como el mandato del Grupo de Trabajo y las solicitudes de expresiones de interésla relativa a la compatibilidad del esquema de expertos que deseen participar en las líneas de trabajo (por ejemplo, ).

  19. El modelo de compensación del euro digital hace referencia al marco que determinaría cómo se remunera a las entidades por su participación en un euro digital o por su uso. El modelo de compensación del euro digital es un esquema cuatripartito con variaciones referidas a tres aspectos: i) el precio para los particulares, ii) el precio para los comerciantes y iii) los costes para el Eurosistema. El modelo también podría incluir factores como las comisiones por operación y los tipos de interés, así como los incentivos y otros mecanismos para compensar a los usuarios. Véase BCE (2023), «Compensation model for the digital euro», presentación en el Consejo de Pagos Minoristas en Euros, 22 de febrero.

  20. BCE (2020), «Report on a digital euro», octubre. El catálogo de servicios básicos del euro digital aún no se ha definido, pero debería ser similar al que las entidades de crédito deben prestar en virtud de la Directiva sobre cuentas de pago básicas. Por tanto, dichos servicios básicos podrían incluir características tales como la apertura gratuita de monederos o cuentas en euros digitales, la realización de pagos entre particulares, así como la carga y reembolso de fondos en los monederos o cuentas en euros digitales. Si los consumidores tuvieran que pagar por los servicios básicos, el euro digital estaría, además, en desventaja con respecto a algunos de los medios de pagos digitales existentes.

  21. La liquidación puede definirse como la realización de una operación de pago con el fin de cumplir las obligaciones de los usuarios finales mediante la transferencia de fondos. Véase Panetta, F. (2022), «Aprovechar nuestras fortalezas: el papel de los sectores público y privado en el ecosistema del euro digital», intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Bruselas, 29 de septiembre.

  22. En otoño de este año, el Consejo de Gobierno podría decidir que comience la siguiente fase de preparación y experimentación. Esto es totalmente independiente de la decisión de si se emite o no un euro digital, que no se tomará hasta que haya concluido el proceso legislativo.

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