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Un balance de la actuación del Banco Central Europeo

Eugenio Domingo Solans, Miembro del Consejo de Gobierno y del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, Conferencia de clausura del X Congreso AECA sobre "La Empresa Española ante el Siglo XXI" Zaragoza, 25 de septiembre de 1999.

Introducción

Desde mi nombramiento en mayo de 1998 como miembro del Comité Ejecutivo y del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) he tenido la ocasión - que entiendo como una grata obligación - de participar en distintos foros de muchos países con la finalidad de explicar al público europeo la actividad del BCE y la positiva realidad del euro.

Digo que es una obligación porque uno de los principios que el BCE tiene el compromiso de cumplir es el de transparencia y comunicación con los mercados, con los expertos y con el público europeo en general. Pienso que, en contra de lo que a veces se dice, el BCE tiene un alto grado de transparencia real y adecuada comunicación, mejor desde luego que la formal de otros bancos centrales. Ello es fundamental para labrar la credibilidad del BCE y rendir cuentas a los ciudadanos europeos, de los que hemos recibido nuestro mandato y a los que naturalmente nos debemos. Y digo que la obligación es grata porque el contacto con un público tan variopinto como el de los diferentes países de Europa es enriquecedor y constituye la mejor prevención contra el riesgo de quedar encerrado en una torre de marfil (en este caso en un rascacielos de Francfort llamado Eurotorre), sin más contacto con la realidad externa que el que proporcionan los datos estadísticos, los informes técnicos y los medios de comunicación.

Pues bien, aunque suene a tópico, la verdad es que ya tenía ganas de estar en Zaragoza, ciudad de la que procede mi familia materna, donde hice la "mili", donde tengo muchos amigos y donde aprendí algo de banca trabajando ocho años en el Banco Zaragozano y mucho de cómo hay que enfocar noble y sabiamente la vida. Aparte de donde nacemos o vivimos, normalmente somos de otra ciudad que, en mi caso, sería Zaragoza.

Quede constancia, por todo ello, de mi agradecimiento a AECA y, en particular, a mi amigo José Barea, compañero en la Universidad Autónoma de Madrid, a la que espero reincorporarme al término de mi mandato, y maestro de todos, por haberme invitado a pronunciar esta conferencia en Zaragoza.

Un activo intangible del BCE: la credibilidad

La partida más importante del balance de cualquier empresa se encuentra normalmente en el pasivo y es el beneficio neto que posteriormente se aplicará a dividendos o a reservas. En el caso del BCE el resultado contable importa menos. La partida básica del balance del BCE es un activo intangible llamado credibilidad. El principal empeño genérico del BCE en sus primeros meses de funcionamiento es ganarse la credibilidad de los 292 millones de habitantes del espacio euro y, por lo tanto, de los 39 millones de españoles. Se dice que no todos los alemanes creen en Dios, pero que todos creían en el Deutsche Bundesbank. Y yo me pregunto, cuántos de los 292 millones de habitantes de la euroárea y cuantos de los 39 millones de españoles creen en el BCE. Esta es la gran cuestión.

La credibilidad, la confianza es una planta frágil, de difícil cultivo. Requiere un entorno favorable, un terreno adecuado, mucho abono e intensos cuidados para enraizar. En ello estamos. Vds. pueden jugar un importante papel en este entorno favorable, con su aceptación del euro, con el reconocimiento de que sus ventajas superan ampliamente a sus posibles inconvenientes y a las inevitables molestias derivadas de su implantación, con su inequívoca afirmación de que es el único escenario viable para la economía española y con su crítica constructiva a la actuación del BCE.

La credibilidad viene a ser el fondo de comercio del BCE. Su consolidación requiere tiempo y es la consecuencia del equilibrado funcionamiento de los diversos componentes o facetas de la institución, de suerte que el valor final de la misma es superior a la mera suma del valor de sus partes. Paso, pues, a considerar algunas facetas o partidas concretas del balance del BCE que constituyen la base de su credibilidad, de su fondo de comercio, consciente de que ni el poco tiempo del que yo dispongo ni la paciencia que Vds. tienen, con ser mucha, permite referirme a todo lo que merecería anotarse en el balance de actuación del BCE.

La estabilidad de precios, prioridad del BCE

La partida prioritaria a considerar al efectuar un balance de la actuación del BCE es la estabilidad de precios. El artículo 105.1 del Tratado de la Unión Europea o de Maastricht lo dice con claridad meridiana al establecer que el "objetivo principal del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) será mantener la estabilidad de precios". Según el BCE, este objetivo prioritario se cumple si el incremento interanual del índice armonizado de precios al consumo (HICP) para el conjunto de la euroárea se sitúa por debajo del 2% en una perspectiva a medio plazo. Como la inflación en la euroárea se viene moviendo en torno al 1% (1,2% exactamente en agosto), puede concluirse que el objetivo se está cumpliendo con un amplio margen y que, por lo tanto, la partida más importante del balance del BCE - la estabilidad interna - arroja un saldo positivo.

El resultado del BCE en sus primeros meses no puede basarse, en cambio, en la evolución del tipo de cambio del euro con respecto a otras divisas. La piedra de toque para medir la calidad de una moneda es su grado de estabilidad interna. La estabilidad externa se deriva, inevitablemente, a medio plazo, de la estabilidad interna. ¿Conoce alguien alguna moneda estable que no haya sido también una moneda fuerte?

Una amplia digresión acerca del nivel de inflación en España

Volviendo al bajo nivel de inflación en Europa, no resulta arriesgado afirmar que una pregunta flota en el ambiente. La pregunta tiene ver, naturalmente, con la valoración que debe merecer la inflación española que, con un 2,3% en el índice armonizado, rebasa el límite convencional de estabilidad del BCE de por debajo del 2% antes indicado. Como uno de los primeros responsables de la estabilidad de precios en Europa, no voy a ser yo quien no muestre preocupación por el nivel de inflación en España. Vaya pues por delante que lo considero un problema serio. Pero también creo que para valorar adecuadamente este problema es preciso tener en cuenta algunos puntos.

En primer lugar cabe decir que el límite convencional de estabilidad del 2% se refiere al conjunto de la euroárea, es decir, se trata de una media ponderada y por lo tanto es inherente a ella que haya países que estén por encima y otros por debajo, como revelan los datos del HICP hechos públicos por Eurostat correspondientes a agosto, en los que los Países Bajos registran una inflación del 2,5% y Francia y Austria del 0,5%.

Lo cierto es que el diferencial de inflación de la economía española con respecto a resto de la euroárea no es de difícil explicación. Obedece, básicamente, a la distinta posición cíclica de la economía española, que se ha beneficiado, entre otros factores, de una mayor reducción de los tipos de interés y de unas mejores expectativas asociadas a la introducción del euro. Esta mayor demanda confrontada a una oferta en ocasiones rígida, en unos mercados no suficientemente competitivos, ha dado como resultado un incremento excesivo de los precios, especialmente en determinados subsectores del sector servicios, más al abrigo de la competencia exterior. Además de ello, factores de carácter transitorio, como el incremento de precios de determinados productos alimenticios por razones climáticas, o factores externos, como el notable incremento del precio del petróleo, con mayor incidencia en nuestro país, también explican el diferencial de inflación.

La inflación es un fenómeno monetario a medio plazo. Con una política monetaria común y una vez absorbidos los impactos de distinta intensidad que sobre cada economía ha tenido el paso de la política monetaria doméstica a la política monetaria del euro, que en el caso español no han sido despreciables, tenderá a haber una mayor convergencia en el nivel de inflación de la euroárea. En el bien entendido que siempre habrá diferencias de inflación entre países y regiones, no ya por impactos asimétricos locales, o porque la inflación también obedezca a factores reales ligados, por ejemplo, al efecto Balassa-Samuelson, sino incluso por razones monetarias, puesto que los mecanismos de transmisión de la política monetaria y los hábitos financieros del público varían entre los diferentes sistemas financieros europeos. Según los últimos datos de agosto, en la euroárea la diferencia máxima de inflación entre países es del 2% (los Países Bajos en el extremo más alto y Francia y Austria en el más bajo). Siempre habrá diferencias en el nivel de inflación, pero serán diferencias limitadas.

En términos absolutos, el nivel de inflación de la economía española podría resultar admisible. El punto concreto de preocupación a este respecto es el diferencial de inflación con Europa y el efecto de dicho diferencial de inflación sobre la capacidad de competir de nuestra economía. En otras palabras, lo relevante es cuál es el diferencial de inflación de los bienes comercializables sometidos a la competencia externa y la respuesta segura es que es sin duda menor que el del índice general.

Más importante aún que el problema de dicho diferencial de inflación es la respuesta que seamos capaces de dar al problema. Tal respuesta se encierra en la palabra "ajustes". Hay ajustes posibles y un ajuste imposible a nivel nacional, el del tipo de cambio. Entre los ajustes posibles, los hay deseables y los hay indeseables. Entre los deseables, cabe señalar el cumplimiento estricto del Pacto de Estabilidad y Crecimiento e insistir en la línea de las medidas adoptadas por el Gobierno para flexibilizar la oferta e introducir más competencia en determinados mercados. Pero, sobre todo, hace falta que los agentes económicos españoles modifiquen sus referencias y tengan en cuenta en sus análisis, en sus decisiones y en sus reivindicaciones la realidad del mercado en el que compiten, que es el europeo. Hay que mirar más a la inflación europea y menos a la española y mucho menos a la de cada Comunidad Autónoma, por la sencilla razón de que competimos principalmente en el mercado europeo. Sin olvidar que se compite con todo: desde luego con el precio y con la calidad de los productos, pero también con el nivel de gasto público y con el nivel y estructura de los impuestos, con las reglas que rigen en el mercado laboral, etc. Finalmente, el último ajuste posible y deseable con el que dar respuesta al problema del diferencial de la inflación española es que los aumentos salariales se adecuen a los aumentos de productividad del propio sector de actividad, que se "microeconomicen", si se me permite esta expresión.

Este es el gran cambio a asimilar por parte de los agentes económicos españoles y cuanto antes se consiga, tanto mejor, puesto que no existe una alternativa viable. El sistema económico siempre encuentra su ajuste. Si este no se produce como consecuencia de las medidas de las autoridades y de las decisiones y reacciones libremente decididas por los agentes económicos, el ajuste se producirá, de forma menos fluida y más lesiva - en definitiva, de forma indeseable - a partir de las interdependencias mecánicas entre las variables macroeconómicas relevantes. Es decir, el diferencial de inflación no compensado por aumentos de la productividad causará pérdida de competitividad y menor producción y empleo. Así de claro.

Actuaciones en el campo de la política monetaria

En el campo de la política monetaria, el BCE ha definido con precisión su objetivo prioritario de estabilidad establecido en el Tratado de Maastricht, ha diseñado una estrategia de política monetaria genuina y adecuada a las necesidades del Eurosistema y ha diseñado y elegido en cada momento los instrumentos y procedimientos más apropiados para llevarla a efecto con notable flexibilidad. El BCE ha demostrado, sobre todo, que es capaz de tomar decisiones de política monetaria en la dirección, intensidad y momento apropiados, en coherencia con su estrategia y teniendo en cuenta la situación global del conjunto de la Euroárea. Pienso, también, que lo ha sabido explicar claramente al público y a los mercados. En política monetaria, una buena comunicación, una acertada explicación del qué y del porqué de una medida, puede ser tan importante como la medida en si.

Las decisiones activas de política monetaria son lo más vistoso de la actuación del BCE. Es lo que más destacan los medios de comunicación. Las decisiones pasivas, esto es, decidir no hacer nada, que a veces es más difícil que decidir hacer algo, tiene menos impacto. Y lo que realmente es menos conocido del BCE y, por lo tanto, es menos valorado, es la compleja base de sistemas, métodos y procedimientos de muy diversa índole, sin los que la política monetaria no podría funcionar. Debo y quiero resaltar, por tanto, que primero el Instituto Monetario Europeo (IME) y después y sobre todo el BCE han desarrollado una labor previa en las áreas de estadística, sistemas de pagos y sistemas de información y de comunicación sin la que no hubiera sido posible ni tomar decisiones acertadas de política monetaria ni instrumentar las medidas adoptadas. Todo ello debe tenerse en cuenta al hacer balance de la actuación del BCE.

Preparación de los billetes en euros

Otra área de actividad que quiero destacar por ser - junto con la genérica de formulación de la política monetaria, la estadística y los sistemas de información y de comunicación - una de mis responsabilidades directas en el BCE es la de producción y emisión de billetes de euro. Todas las laboriosas preparaciones para poner en circulación los billetes el 1° de enero del 2002, fecha decidida por el Consejo de Ministros de la Unión Europea, siguen el ritmo previsto. La fabricación de billetes de euro ya ha empezado y también se ha decidido crear un Centro de Análisis de Falsificaciones que se ubicará en el BCE en Frankfurt. Sólo estando directamente involucrado en la producción de billetes se es capaz de captar toda la complejidad que el proceso encierra. A su debido tiempo, se informará al público de los detalles de los nuevos billetes y monedas de euro con la finalidad de que se familiaricen con ellos y de que se minimice el riesgo de las falsificaciones. Se tomarán las medidas necesarias para que la sustitución de los billetes y monedas denominados en pesetas por los euros se haga con fluidez, causando los menores inconvenientes posibles. Cuando en una casa se hace una reforma, las molestias son inevitables y todos las aceptamos y acabamos considerando que valió la pena. Así es como pienso que el público europeo y español debe considerar esa gran reforma en nuestra casa común europea que es la sustitución de los billetes y monedas nacionales por euros.

Independencia y perspectiva europea

Un elemento clave para la credibilidad del BCE es el respeto a su independencia. Se podrá discutir el mayor o menor acierto de las actuaciones y decisiones del BCE en su primer año de actividad, pero lo que nadie podrá decir es que el BCE y las personas que forman parte de sus órganos de gobierno no han actuado con plena independencia de las presiones políticas y económicas del entorno. El BCE también ha demostrado tener independencia con respecto a los mercados, en el sentido de que sus decisiones no se han visto ni determinadas ni influidas por la evolución de los mercados sino que, por el contrario, la política monetaria del BCE está guiando su curso.

Naturalmente, independencia no significa ni soledad, ni incomunicación, ni opacidad ni ausencia de rendición de cuentas. El BCE es plenamente consciente de que rendir cuentas ante el Parlamento Europeo y comunicarse adecuadamente con el público y con los mercados son condiciones esenciales para la eficacia de la política monetaria y para la credibilidad de la institución, como ya he señalado.

También quiero señalar que durante su primer año de funcionamiento el SEBC se ha esforzado en actuar como lo que es, como un sistema, como un conjunto armónico e interdependiente de instituciones. La coordinación entre el BCE y los bancos centrales nacionales del Eurosistema se está consiguiendo plenamente gracias, principalmente, a la actuación del Consejo de Gobierno y de los diferentes Comités existentes por áreas de actividad.

Finalmente, aunque no menos importante, debo referirme al esfuerzo realizado por el Eurosistema en la línea de adoptar, en su actividad y en sus decisiones, una perspectiva global europea, sin sesgos nacionales. De nuevo se podrá discutir si una medida ha sido más o menos acertada, pero sería incorrecto e inconveniente para el proyecto común del euro afirmar que dicha medida se ha tomado para beneficiar a un determinado país en detrimento de otro. No sería este el enfoque más constructivo al valorar las decisiones del BCE.

Conclusión: Un arranque con normalidad

Ya para terminar mi intervención, y aunque pueda sorprender, me atrevo a decir que tal vez lo más difícil que hasta ahora han hecho el BCE y el Eurosistema ha sido arrancar con normalidad. A nadie se le escapará que no constituye precisamente una tarea fácil unificar diez monedas de once países, instituir un banco central y un sistema de bancos centrales con la debida coordinación, diseñar una política monetaria para una gran área económica y financieramente heterogénea, producir nuevas estadísticas monetarias al servicio de la nueva política económica, establecer un nuevo sistema de pagos (TARGET), iniciar la producción de billetes, tender una infraestructura técnica de sistemas de información y comunicación, fundamentar jurídicamente todos los pasos dados, conseguir una adecuada comunicación con los mercados y el público, relacionarse con otras instituciones, encontrar y organizar una sede y, por último, pero no por ello menos importante, formar los equipos humanos capaces de hacer todo esto. Desde luego que no ha sido una tarea fácil. Pero todo esto ya se ha realizado en poco tiempo y se ha conseguido que funcione bien, con "normalidad", como antes decía. Pocas veces la normalidad habrá constituido el premio más merecido y ansiado para un esfuerzo colectivo en beneficio de todos los ciudadanos europeos.

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